Un adiós inesperado

Por Redacción en octubre 1, 2024

Por MD. José Luis Verhelst Solano

Internista Reumatólogo

Nuestra vida se escribe por capítulos, algunos con cierres maravillosos, otros amargos y dolorosos y otros decepcionantes…pero lo que realmente es trascendente, se sostiene incólume ante los avatares del diario vivir. Es tremendamente preocupante lo que pasa en el Hospital Universitario San José; de la actual administración solo conocemos persecución, amenazas, engaño y un desconocimiento técnico pleno de la situación que están manejando. Bueno, una cosa es cierta, su deseo abiertamente expreso de posicionar al interior del Hospital San José a Astrasalud, creo que así se llama, una organización sindical que, sin músculo técnico ni financiero, pretende manejar la salud de los caucanos en este centro asistencial.

¿Entonces, cuál es la oportunidad? Resquebrajar los sindicatos existentes y con su personal que ya tiene experiencia y capacitación, alimentar el sindicato fantasma que quiere ingresar. Por eso no hay ninguna discusión técnica frente a los contratos sindicales; por eso las propuestas que se pasan con suficiente antelación no se analizan: se espera hasta el último día para dar el zarpazo sobre la presa: firmamos si me cede 8000 horas para el nuevo sindicato, si me cede el 50% de su personal, si se pasa a la nueva unión temporal…espere que ya viene alguien con músculo financiero…pásese, le damos contrato por un año y luego lo formalizamos, nuevamente todo inexistente.

Como nadie mordió el anzuelo entonces la siguiente jugada fue cerrar UCI III, donde converge personal asistencial de varias asociaciones sindicales, argumento: es que da pérdida, es que los médicos salen muy caros, todo sin ningún estudio ni soporte financiero; sería de reportar esto en los estudios de economía: el único hospital para que el que una UCI genera pérdidas; eso sin tener en cuenta lo que impacta la demanda insatisfecha para un hospital de III nivel, que maneja pacientes críticos y complicados y para el que a pesar del número de camas UCI con el que contamos, la demanda insatisfecha ya ronda cerca del 20%.

Como su propuesta se les cae, ya a altas horas de la noche llaman a nuestra representante legal para firmar contrato en las condiciones en que inicialmente lo presentamos: ¡sorpresa!, al analizar los números el valor del contrato alcanza para funcionar un poco más de un mes…realmente la desfachatez es muy grande…si se cede a sus pretensiones hay plata, si no es así, todo fluye a cuentagotas si es que fluye. Ese es el tenor de la negociación con la actual administración.

Falacia tras falacia…que su norte es la formalización de la planta y que por esa razón va en consonancia con el Gobierno nacional que no está de acuerdo con las asociaciones sindicales. Formalizar no es solo dinero, es un plan progresivo, técnicamente diseñado y no a dedo, autosostenible en el tiempo…tal plan no existe, ni siquiera sabemos si es verdad que existe el dinero. Los últimos meses han sido realmente insostenibles, la idea de los médicos ricos que se lucran del hospital, que tienen monopolios al interior de la institución, es otro argumento falso: les bastaría con analizar las declaraciones de renta para darse cuenta de lo real de la situación; tenemos asociaciones sindicales con un espíritu altruista para sus agremiados, porque la asociación es de todos, no tiene dueño, como si lo tiene el intermediario que quieren que ingrese al hospital y que finalmente lo que busca es lucrarse del trabajo de sus agremiados. ¿Entonces, regresar a que al San José? ¿A recibir las migajas que quieran darnos? ¿A vivir el estrés de la ausencia total de rumbo de nuestra institución? ¿A vivir esta misma situación fatídica cuando el contrato que quieran firmar se acabe? ¿A seguir bajo la tiranía de quien se pasea por los pasillos del hospital amenazando porque tengo el poder y “la organización me respalda”?

La institución Hospital Universitario San José es maravillosa, es nuestra casa matriz, el apego a ella es indescriptible, el amor por Ustedes que forman este excelso grupo de trabajo es inagotable, el gusto por la academia que se respira y vive en sus pasillos es adictivo, pero mi paciencia y mi salud mental tienen un límite. Se que estoy poniendo en juego muchas cosas, pro hoy quiero ser egoísta y buscar la paz y la tranquilidad de mi hogar y tal vez de otros rumbos que con sosiego me permitan seguir en esto, que tanto me apasiona.

Querido equipo de trabajo, a todos y cada uno de ustedes mil gracias, por tanto; el ejercicio diario en el amor y la atención por los nuestros tan necesitados fue siempre una experiencia enriquecedora, emocionante, gratificante. Junto a todos ustedes he crecido en espíritu y sabiduría, lo construido no merece el trato que hoy por hoy recibimos. Ojalá nuevos vientos me permitan algún día volver a la que siempre consideré mi casa. No desmayen, hemos luchado mucho, nos hemos desgastado en todas nuestras facetas para permitir que hoy quieran pisotear nuestra dignidad.