Supersalud certificó viabilidad del Hospital Susana López
Si EPS no le pagan oportunamente se podría afectar su proceso de salvamento
Pie de Foto: Jhon Alexander Realpe Cerón, gerente Hospital Susana López de Valencia.
En agosto de 2012 los ministerios de Hacienda y de Salud expidieron una resolución mediante la cual se catalogaba o se les daba un ranking a los hospitales de acuerdo con sus estados financieros. La información que se debía presentar era la correspondiente a la vigencia 2011, época para la cual los resultados del hospital Susana López de Valencia, HSLV, no eran los mejores debido a la deuda que había contraído con recursos propios para construir la Unidad Materno Infantil, UMI, por lo que fue clasificado en riesgo financiero alto, con posibilidad de liquidación e intervención.
Luego de un largo proceso interno, de pisar algunos callos y de tratar de superar el desorden administrativo, el equipo que se conformó para su salvamento, liderado por la subgerente administrativa, Liliana Guerrero Camayo, lo logró. Hoy es un hospital viable, como lo certificó en junio anterior la Superintendencia Nacional de Salud. No obstante, este centro asistencial de Popayán enfrenta la misma problemática de todos los hospitales públicos del país, debido a la alta cartera morosa de las EPS que demandan servicios pero no pagan oportunamente. A la fecha, estas empresas le deben $36 mil millones. Del régimen subsidiado las mayores deudas son las de Caprecom, con $6 mil millones, Salud Vida $4.900 millones, Enssanar $4.800 millones; y del contributivo las más endeudadas son la Nueva EPS, con $2.044 millones y Coomeva con $2.004 millones. Hasta el momento el HSLV ha sorteado la compleja situación financiera, en aras de atender en debida forma a los pacientes, pero si las EPS no pagan se vería obligado a cerrar servicios y, de paso, se iría al traste el proceso de salvamento que no ha sido fácil. Precisamente, sobre el plan adelantado el periódico La Campana dialogó con el gerente de esa Empresa Social del Estado, Jhon Alexander Realpe Cerón.
L.C. ¿Qué proceso se adelantó para alejar al HSLV del peligro de liquidación e intervención?
J.A.R. C. Se efectuó un programa de saneamiento fiscal ordenado por el Ministerio de Hacienda, el cual fue revisado en Bogotá, pero infortunadamente no se cumplió en su totalidad con los lineamientos metodológicos entregados por dicho Ministerio, que consistían en desarrollar técnicamente un programa que diera como resultado final la viabilidad de un hospital que podía autosostenerse en el tiempo, por lo tanto lo consideró inviable y le dio traslado a la Superintendencia Nacional de Salud, obligándonos a realizar un Plan de Gestión Integral del Riesgo (PGIR), bajo una nueva metodología estipulada por esa Superintendencia. Lo mismo pasó con el Hospital Universitario San José de Popayán, y con cerca de 300 centros asistenciales más en Colombia, que estaban en la misma situación.
Es de resaltar que el incumplimiento en la presentación de ese Plan, bajo los condicionamientos de la Superintendencia Nacional de Salud, nos hubiera llevado, no a la intervención, sino directamente a la liquidación, de ahí la gran responsabilidad que teníamos. A pesar de que la metodología era muy compleja por la cantidad de datos solicitados, fue más fácil, porque hubo acompañamiento de la Superintendencia y un trabajo técnico desarrollado por los funcionarios del hospital que conformaron un buen equipo, el cual fue muy bien coordinado por la Subdirectora Administrativa, Liliana Guerrero Camayo, logrando entregar oportunamente a la Superintendencia Nacional de Salud, el Plan de Gestión Integral del Riesgo (PGIR), que fue viabilizado en junio pasado.
L.C. En qué consiste ese plan, cómo se están manejando los recursos, qué organización se dio, porque entiendo que había desorden administrativo.
J.A.R.C. En parte tiene razón el Ministerio de Hacienda. Hubo desorden, puesto que por primera vez estábamos sometidos a un Programa de Saneamiento Fiscal o, a un Plan Integral de Gestión de Riesgo. Se coordinaron varias áreas, porque la base metodológica de este Plan parte de la información histórica financiera, hace un diagnóstico y después estudia las posibles soluciones administrativas y financieras que permitan la viabilidad del hospital, a fin de que no se convierta en un lastre para el Estado. El equipo conformado por la Subdirección Administrativa logró demostrar que el hospital es viable, que puede salir de los pasivos de manera rápida, obviamente si las EPS pagan oportunamente y si el Estado sigue ayudando con técnicas que generen liquidez. Pudimos demostrar que en menos de dos años estaremos saliendo de los pasivos presupuestales que tanto afectan al hospital. Eso fue lo que se demostró y aprobó la Superintendencia Nacional de Salud.
L.C. ¿Cuáles son esos pasivos?
J.A.R.C. Hay deudas laborales por la antigüedad del personal y por derechos adquiridos. Unos pasivos son a largo plazo, como el leasing, el crédito para la construcción de la UMI, que fue lo que afectó financieramente en el año 2012. Durante varios años se ha presentado desorden administrativo y financiero.
L.C. ¿Qué tanto daño hace el desorden administrativo y financiero, además del incumplimiento en los pagos por parte de las EPS?
J.A.R.C. El daño es grande. Se puede tener seguridad de cuánto se ha facturado, pero no de cuánto nos van a pagar, también se debe tener seguridad en los gastos en los que realmente se incurre, porque muchos pueden ser innecesarios por falta de control.
Precisamente, con el apoyo de la Subdirección Administrativa estamos ajustando la equivalencia entre los gastos y los ingresos, también poniendo controles al flujo de recursos y a los procesos administrativos, que a muchos funcionarios no les gustan porque implican revisión de cuentas de forma minuciosa, control de lo que se está gastando, comprando y pagando, lo que ha generado cierto roce institucional. Pero deben comprender que se hacen para que las cosas funcionen bien. Cuando había la fiesta del paguemos, paguemos y sin ningún control, se le estaba causando un grave detrimento al hospital, lo que podría haber ocasionado el cierre inminente de la institución.
L.C. ¿El HSLV no sabe qué debe, a quién le debe y cuánto debe?
J.A.R.C. Precisamente toda esa información financiera es la que ha estado verificando detalladamente la Subdirectora Administrativa, con el fin de que exista claridad absoluta en este tema, obteniendo a la fecha unos resultados muy positivos a nivel institucional.
L.C. ¿En este momento cómo está atendiendo el HSLV los pagos al personal médico, a los administrativos y a los proveedores?
J.A.R.C. Con las deudas a 31 de diciembre del 2014 estamos al día. Desde que estoy en la gerencia del hospital, una de las políticas ha sido pagar primero al personal y lo que vaya quedando se destina a proveedores, nos da pena con ellos pero es la única forma de funcionar, pues la rotación de pagos a los mismos, debe ser congruente con la rotación de pagos que percibimos por parte de las EPS.
L.C. ¿Cómo va la deuda adquirida por la construcción de la Unidad Materno Infantil, UMI?
J.A.R.C. La deuda está alrededor de los $2.800 millones, de los cerca de $9.500 millones del crédito solicitado en su momento. El pago total de esta obligación culmina en el 2018, con la cual estamos al día y no hemos incurrido en intereses.
L.C. ¿Cuál ha sido el retorno de esa inversión?
J.A.R.C. El retorno lo esperábamos a más tiempo y fue rápido, sobre todo de la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal que está produciendo el 33% de los recursos de la institución.
L.C. ¿El hospital continúa certificado?
J.A.R.C. Está certificado. En noviembre de cada año y durante tres días hay una visita de control para la que estamos trabajando muy duro, a fin de seguir mejorando y demostrarle al Icontec que lo que encontró como hallazgos lo estamos, no solo cubriendo con fortalezas, sino superando los estándares de acreditación. Acabamos de hacer una referenciación en Pasto para analizar en hospitales con más madurez clínica, qué posibles fallas podemos tener, con el objetivo de mejorar. Esperamos que en noviembre nos vuelva a ir bien en el examen y el hospital Susana continúe con la acreditación.
L.C. ¿Cómo está la contratación con los médicos?
J.A.R.C. Es difícil, pero la mayoría de sindicatos ha entendido que si no nos ayudamos entre todos, si no somos competitivos frente a las demás instituciones, el hospital no solo sería liquidado por la Supersalud y el Ministerio, sino que se acabaría porque no habría quién compre servicios. La Subdirección Administrativa está verificando y ajustando las tarifas que se han venido pactando con las EPS para que la Gerencia pueda lograr buenas negociaciones con estas entidades, con el apoyo, precisamente, de los médicos.
L.C. ¿Cuántos sindicatos de médicos hay?
J.A.R.C. Actualmente 13 sindicatos de diferentes especialidades.
L.C. ¿Qué pasó con el sindicato de los anestesiólogos?
J.A.R.C. Simplemente que no se llegó a un acuerdo, porque sus pretensiones económicas eran muy difíciles para el hospital. Tuvimos que traer especialistas de otros departamentos.
L.C. ¿Cómo van los pagos de las EPS?
J.A.R.C. Muy mal. En los últimos meses el giro directo ha sido desastroso, porque empresas como Caprecom que giraba normalmente entre $400 y $500 millones mensuales, lleva más de dos meses de retraso por este concepto. Tengo entendido que en el Eje Cafetero, en la Costa Atlántica y en Antioquia le están cerrando servicios.
L.C. ¿Cómo está funcionando la Red Hospitalaria?
J.A.R.C. Se busca que los hospitales públicos no compitan entre ellos; que el nivel tres haga lo que le corresponde, que el nivel dos sea un verdadero nivel dos. El HSLV tiene servicios de niveles tres y cuatro que corresponden a las UCI de pediatría, Minsalud ha querido darle ese énfasis para que sea materno infantil, atienda todo lo que tenga que ver con pediatría y mamitas, y que el Universitario San José se dedique a especialidades como oncología, cardiología y hematología que no hay en el Cauca, para que la gente no se desplace a Cali.
Esta iniciativa del Ministerio de Salud es lógica, porque los recursos no son infinitos, que lo que le llega al Susana para invertir, sea destinado a materno infantil, que haya una especialización en los dos hospitales. En el HSLV cerramos servicios que eran de especialidad tres, para tratar de ajustar esa red. Ofrecíamos otorrino, cirugía plástica, cirugía de mano y maxilofacial, porque muchos de nuestros niños llegaban, por ejemplo, heridos en la cara o mordidos por un perro, víctimas de accidentes propios de su hiperactividad y que debían ser manejados por un cirujano plástico.
Infortunadamente, esos pacientes que necesitaban los servicios que cerramos se fueron a la red privada, porque en el hospital San José no los atendían, o sea que en este momento estamos favoreciendo a la red privada y no a la pública, que es lo que pretende corregir el Ministerio de Salud.
Hemos hablado con el San José y con el Secretario de Salud del Departamento, en la propia Junta. La idea es ir a Bogotá a proponer un ajuste a esa Red, y que al Hospital Susana se le permita reabrir los servicios con los que eran atendidos los niños de manera integral, y con los cuales la institución se beneficia en materia económica.
L.C. Hablábamos de los retrasos en pagos de las EPS. ¿Cuál es el ente que debe vigilar que esas empresas paguen oportunamente a hospitales y clínicas?
J.A.R.C. Es, precisamente, la Secretaría Departamental de Salud la encargada de la inspección, vigilancia y control en el Cauca y hace las veces de Superintendencia. Le hemos enviado comunicaciones a la Superintendencia Nacional de Salud, pero no hemos tenido apoyo por parte de ninguna de las dos entidades para que se haga control al flujo de esos recursos. Creo que ni la Superintendencia de Salud ni la Secretaría tienen los dientes suficientes para actuar frente a las EPS y ese problema es nacional. Esperamos que la Secretaría Departamental de Salud actúe y entienda que pertenecemos a la Red del Cauca, y que si no nos apoya en la vigilancia a ese flujo de recursos, no solo se afectará el Hospital Susana López de Valencia, sino los demás centros asistenciales que en este momento dependen del pago oportuno de EPS como Caprecom, Salud Vida, Emssanar, Coomeva, entre otras.
L.C. ¿Cuáles son sus perspectivas frente al hospital?
J.A.R.C. Confiando en que las EPS nos paguen, vamos a hacer que el hospital Susana López de Valencia, además de ser acreditado, sea de referencia regional, con énfasis en materno infantil y pediatría. Sabemos que en el suroccidente del país hay déficit de pediatras y para suplir esa necesidad empezaremos a hacer convenios, incluso con universidades de Estados Unidos con las que hay algunos avances. Buscamos que nuestra región y, en particular el hospital Susana López de Valencia, sean centro de referencia a nivel nacional. Entre los 1.200 hospitales colombianos, es uno de los acreditados.
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