Se terminó contrato sindical de médicos de Urgencias del HUSJ con Cooperativa Asivic
Concejo de Popayán entró a mediar entre la gerencia del Hospital Universitario San José y médicos que reclaman un mejor trato laboral.
Por: Aura Isabel Olano
Los 37 médicos de Urgencias del Hospital Universitario San José de Popayán que renunciaron el pasado 25 de abril al contrato sindical con la Cooperativa Asivic, al parecer tenían sobradas razones para hacerlo.
“Nuestra postura es reclamar lo justo a través de la conciliación y construir institucionalidad”, le dijo el doctor Óscar Barbosa, médico de Urgencias a este portal.
En las últimas horas se llegó a un acuerdo parcial para normalizar Urgencias, que solo venía prestando servicios vitales, y este miércoles 2 de mayo se reabrió la mesa de negociaciones en el Concejo Municipal, que está intermediando entre la administración de ese centro asistencial de tercer nivel de complejidad y los médicos de Urgencias, representados por dos abogadas.
Los profesionales de la medicina solicitaron que se les vincule a través de un gremio médico, pero mientras eso sucede, se hará por medio de uno de los sindicatos existentes en el Hospital.
Para saber a ciencia cierta qué motivó a los médicos a lanzar su grito de protesta, el periodicolacampana.com dialogó con el médico Óscar Barbosa, quien lleva 19 años vinculado por contrato al Hospital Universitario San José de Popayán, y a quien se observó en los primeros videos que se hicieron públicos el 25 de abril pasado, arrodillado en la parte externa de Urgencias, clamando porque fueran escuchadas las reclamaciones del grupo de galenos que denunciaba explotación laboral.
L.C. ¿Doctor Barbosa, qué motivó la protesta de los 37 médicos, de los cuales usted fue el motor inicial que prendió las alarmas?
O.B. Debido a muchas inconsistencias en cuanto a este tipo de vinculación laboral, a través de tercerización. En primer lugar, no sabemos de dónde apareció la Cooperativa Asivic; tampoco, cuál fue la razón por la cual nos obligaron a pasarnos a ese sindicato, porque supuestamente se habla de una agremiación libre, pero no nos permitieron la libertad de asociarnos a un sindicato que ya habíamos propuesto, que era de colegas de Popayán, conocíamos a sus directivas, nos ofrecía varias ventajas, a toda vista, positivas para nosotros, porque nos reconocía horas extras nocturnas y dominicales. Ignoramos las razones que tuvo la administración del hospital para descartar esa propuesta.
L.C. ¿Quién escogió la Cooperativa Asivic, a la que ustedes renunciaron?
O.B. Fue escogida a capricho, no sé de quién, por eso se terminó esa contratación. Además, no lográbamos una comunicación directa con el representante legal y con el director de talento humano fue muy difícil, teníamos bastantes dificultades en ese sentido. Las vueltas para patinar la cuenta de cobro y demás procesos, las hacíamos por medio de la compañera Kely Tavera, ella era la que sabía en dónde iba la cuenta y en qué momento la gerente del Hospital podía firmar, pues por Asivic no existía ningún tipo de gestión. Había muchas falencias que nos tenían muy inquietos y no sabíamos a futuro qué iba a pasar con nosotros los afiliados, porque empezaron a retirar gente, a hacer modificaciones inconsultas, puesto que si se suponía que éramos afiliados partícipes, como tal debíamos tener voz y voto y derecho a enterarnos de lo que pasaba, pero se tomaban decisiones a espaldas nuestras.
Ahora, cambiar de sindicato no es un capricho, sino una necesidad para poder trabajar, porque no hay otra opción de contratación con las entidades del Estado, solo está la tercerización, eso es lo único que nos ofrecen a los médicos. Bajo esa modalidad somos simplemente procesos administrativos, no figuramos como personas.
Ese tipo de cosas nos han inducido a empezar a gestionar una vinculación directa. En Urgencias, tres médicos llevamos 19 años mediante contratación, y a toda vista es, por decir lo menos, de muy mala presentación ante cualquier entidad que quiera investigar, que haya contratistas durante 19 años con funciones misionales. De ahí para abajo, hay médicos con 10, 8, 5, 3, 2 y un año con este tipo de contrato sindical.
Óscar Barbosa, médico servicio de Urgencias del Hospital Universitario San José de Popayán.
L.C. ¿Cuántas personas que laboran en el Hospital San José están vinculadas por medio de contrato sindical?
O.B. En este momento somos 1.200 personas, y de ese número quedarán 100 de planta, el resto somos contratistas misionales, vinculados a través de tercerizaciones que el Estado ha permitido, pero nosotros creemos merecer otro tipo de vinculación. Esa es una parte del problema. Otra, es que a partir de determinadas situaciones administrativas, los insumos y las comodidades para trabajar se han ido menguando en detrimento, obviamente, de la atención a los pacientes. Hay hacinamiento y un montón de incomodidades que no se justifican en un hospital que debiera ser competitivo en la región.
Alrededor de este último aspecto, tenemos una preocupación grande, porque en este hospital universitario no se han implementado programas académicos e institucionales que engrandezcan su potencial formativo. El San José ha formado un alto porcentaje de los mejores especialistas del país y en este momento no hay la posibilidad de tener hemodinámica, unidad coronaria y una cantidad de programas que ya debieran existir, por lo que nuestros residentes tienen que irse a otras ciudades a rotar y hacerse valer académicamente. Hay una alianza entre la Universidad del Cauca y el Hospital que, por su puesto, debe continuar, pero ser más constructiva.
Nuestra protesta no es en contra de X o Y persona, es en contra de la institucionalidad menguada y totalmente derrumbada, porque vemos que se ha permeado de intereses políticos y económicos que dañan la salud y vulneran los derechos de todos los que asistimos como funcionarios, como contratistas y como pacientes. En el hospital se deben fortalecer la transparencia, la pluralidad, la moralidad, la contratación adecuada y la academia, que volvamos a ser competitivos, porque la empresa privada nos va a devorar, entendemos que hay 3 o 4 clínicas en ciernes y el hospital se va a quedar corto frente tanta tecnología que se está implementando en otras entidades de salud.
L.C. ¿Qué tan lesivo es este tipo de contratos para ustedes los médicos? ¿Cuánto les descuentan?
O.B. Nos hacen descuentos onerosos por pertenecer a un sindicato: por administración, para pagar el administrador, etc. Y, lo más delicado que me parece, es que no estamos cotizando sobre la base legal y cuando vamos a tributarle al Estado lo que nos corresponde, salimos perdiendo o no contribuimos de manera correcta.
L.C. ¿Qué pasa cuando tienen ustedes una incapacidad?
O.B. Nos toca pagarla. Si un médico se incapacita, tiene que buscar quien lo reemplace y sale de su sueldo, no es el sindicato el que solidariamente responde por la incapacidad.
L.C. ¿Cómo es la contratación del sindicato o cooperativa con el Hospital?
O.B. El Hospital contrata con el tercerizador o intermediario, y este a su vez contrata con el personal profesional. En esa intermediación, obviamente, se generan unos gastos administrativos; nunca hemos entendido por qué el Hospital no nos contrata directamente, tal vez porque se ahorra las prestaciones sociales, pero a la postre es peor el remedio que la enfermedad.
L.C. ¿El pago mensual es oportuno?
O.B. Bastante regular. El hospital paga, pero el sindicato nos cancela cuando hace las vueltas, las cuentas, los trámites y se nos demora. Por ejemplo, terminó el mes el 30 de abril y el 25 de mayo me están pagando abril.
L.C. ¿Qué hacen los profesionales para solventar sus gastos?
O.B. Pedir plata prestada, endeudar las tarjetas de crédito, cosas que no debieran ser, porque el deber ser, es que si usted trabaja le tienen que pagar de manera oportuna.
L.C. ¿Cuál es la posición de los especialistas?
O.B. En este movimiento nos están acompañando, porque ellos también han sido vulnerados en sus derechos laborales, les comprometen mucha parte de su dinero, les hacen glosas y las empresas se resisten a pagar servicios especializados que ya se prestaron.
El Concejo Municipal está intermediando entre la administración del Hospital y los médicos de Urgencias
L.C. Ustedes, los 37 médicos que exigen mejor trato laboral, ¿hasta dónde van a llegar?
O.B. La idea es concretar una mesa seria de diálogo, basada en la transparencia en cuanto a la contratación y, sobre todo, defender la dignidad médica, porque ya nos hemos visto muy pisoteados y no es lógico que una persona se forme académicamente durante tantos años y esté comprometida con la comunidad, para que sea criminalizada, vulnerada y señalada, cuando hay causas, procesos y decisiones administrativas que son totalmente contrarios al quehacer médico.
L.C. Al intermediario laboral ¿por qué le dicen sindicato y también cooperativa? ¿Cuál es la diferencia?
O.B. El contrato sindical es una forma de disfrazar la tercerización, siguen siendo asociaciones, corporaciones, cooperativas o sindicatos. Si fuera un sindicato, sería una asociación de beligerancia, de defensa de derechos, pero las personas que estamos “agremiadas” a un tal sindicato, tenemos toda la vulnerabilidad laboral para ser escindidos, suspendidos, echados cuando al tal sindicato no le convenga la persona, porque está en una asociación con los intereses de los contratantes.
L.C. ¿Los trabajos misionales deben estar en planta en las instituciones?
O.B. Absolutamente, después de dos meses de contratación tercerizada, uno no puede estar misionalmente en esa condición, tienen que nombrarlo, dos meses son suficientes para decidir si sirve o no el profesional.
L.C. Esta tercerización no solo se presenta en el HUSJ de Popayán, sino en todo el país. ¿Qué van a hacer en el ámbito nacional para que eso cambie?
O.B. En ese sentido hay algunos contactos con las entidades de control, las que están atentas al proceso y hay un movimiento que se llama “Dignidad Médica”, que está abogando porque los cambios se den pronto, la jurisprudencia va a cambiar, de hecho ya hay casos muy bien documentados. En el Quindío, un hospital nivel 2 presentó una demanda con respecto a este tipo de contratación, la cual ganó y tuvieron que reintegrar a las personas a su sitio laboral, porque los habían echado; adicionalmente las nombraron en la planta de personal. Entonces, ya hay una jurisprudencia, simplemente no ha trascendido, pero es la contratación como debe ser y el trabajo como debe ser, tal como dice un eslogan del actual Gobierno Nacional, del cual hay que apropiarse y hacerlo valer. Si un hospital u otra institución de salud, quiere habilitarse y luego acreditarse, debe contratar el personal como debe ser, en especial el misional.
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