Se restaurará y volverá al Morro estatua de Sebastián de Belalcázar, derrumbada por guambianos
El anuncio lo hizo de manera categórica el alcalde de Popayán, Juan Carlos López Castrillón, al llegar al Morro de Tulcán.
Como un acto de violencia y afrenta a la ciudad, calificaron habitantes de Popayán el derribamiento de la estatua ecuestre del fundador de esta urbe, el adelantado Sebastián de Belalcázar, por parte de un grupo de indígenas Guambianos o Misak, de Silva, Cauca.
Resulta paradójico, que el propio alcalde de Popayán, Juan Carlos López Castrillón y su Gobierno, el día de ayer, 15 de septiembre, vísperas de la marcha indígena Misak a la capital del Cauca, además de garantizarles a los organizadores un desplazamiento tranquilo, acompañaron a los marchantes, sin saber lo que tramaban. En medio de chirimías, y sin que nadie sospechara, se dirigieron al Morro de Tulcán, y con lazos derrumbaron la estatua ecuestre, con el argumento de que ese es un “sitio sagrado de los indígenas”.
No es la primera vez que se atenta contra la estatua de Belalcázar, el pasado 18 de junio, un grupo autodenominado “Movimiento Clandestino 13D” la cubrió con una tela negra, con el argumento de que se trataba de un “acto simbólico”, porque el fundador de Popayán representaba el clasismo, el racismo y el dominio de unos sobre otros. Hoy, que lograron derrumbarla, cabe preguntar, si existe conexión entre los miembros de ese grupo clandestino y quienes este 16 de septiembre lograron derribar de su pedestal al fundador de Popayán.
Un acto violento: alcalde
Luego de esa acción que ha producido indignación entre la comunidad payanesa, el alcalde Juan Carlos López Castrillón, desde el mismo Morro de Tulcán, al lado de la estatua derrumbada, dijo: “Tumbar la estatua de Sebastián de Belalcázar, indudablemente es un acto violento. Nuestra administración rechaza cualquier acto de violencia, venga de donde venga. La marcha del día de hoy (16 de septiembre) fue acompañada por el Gobierno del Municipio de Popayán, ayer hicimos contacto con sus organizadores, estuvimos con ellos, garantizamos que se desplazaran sin dificultades ni problemas. Defendemos la protesta social, es legal y legítima, todos tenemos derecho a protestar, lo que repudiamos es la violencia, agredir un símbolo de la ciudad, una ciudad que es multicultural, que es diversa, que ha acogido a miles y miles de personas y las seguirá acogiendo. Queremos que esto que ha pasado no sea un hecho para dividirnos, no podemos caer en la trampa de la violencia, porque eso trae más violencia. Hacemos un llamado a la tolerancia, a la cordura, a manifestarnos pacíficamente. La discusión cultural e histórica tiene otros lugares, se puede dar, pero no con violencia, porque o si no mañana, vamos a incendiar los templos de los que sean cristianos o católicos o de cualquier otra religión. Este es el pronunciamiento de la administración que presido, de la administración de Creo en Popayán”.
A renglón seguido, afirmó, que se va a restaurar la estatua y a ponerla en su pedestal, porque hace parte de nuestra historia, la historia que está ahí, que no la podemos borrar, como tenemos que respetar los símbolos de la historia y las culturas, somos afros, somos, indígenas, somos mestizos, eso significamos nosotros y no por eso tenemos que dejarnos caer en un llamado racista. Hoy, más que nunca, repudiamos la violencia y llamamos a la tolerancia, indicó.
Enseguida, el mandatario local, en compañía de miembros de su gabinete, izó la bandera de Popayán, como desagravio a la acción violenta contra la propia historia y el patrimonio de la ciudad.
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