Personal de enfermería y medicina presenta inadecuadas condiciones laborales, dice estudio

Por en julio 29, 2022

Sin posibilidad de descanso, se tiene un recurso humano que es insuficiente para cubrir el alto número de pacientes.

El personal cualificado para el cuidado de la salud en Colombia ha visto acentuada la afectación en sus condiciones laborales durante la pandemia. Los profesionales en enfermería, medicina y auxiliares en enfermería presentan aumentos constantes en las horas trabajadas a la semana. Sin posibilidad de descanso, se tiene un recurso humano que es insuficiente para cubrir el alto número de pacientes.

Así lo concluye un estudio de la Universidad del Rosario y la Corporación para el Desarrollo de la Seguridad Social (Codess), según el cual el personal de enfermería y medicina ha sido el eje fundamental para el manejo de la pandemia desde el área de atención en salud a los pacientes, quienes en torno a unas condiciones generalmente de bajos ingresos y tipos de contratación a través de prestación de servicios, temporales o cooperativas de trabajo asociado, la emergencia sanitaria los ha llevado a una mayor profundización en sus inadecuadas condiciones laborales.

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Los resultados de la consultoría “Alternativas concretas de protección social y formalización laboral a las trabajadoras informales cualificadas del área del cuidado de la salud ante los impactos de la pandemia por Covid-19 en perspectiva de trabajo decente”, revelan que entre los años 2018 y 2021 se han presentado aumentos constantes en las horas trabajadas a la semana, tanto para personal de enfermería como de medicina, dijo Iván Daniel Jaramillo Jassir, investigador del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario.

“Podemos afirmar que existe una oferta insuficiente de personal para el sector (según información de los RIPS y de la base de Rethus), lo cual se ve reflejado en el número promedio de pacientes atendidos en una misma jornada laboral: 25 pacientes al día por cada persona de enfermería, siendo las mujeres enfermeras las que atienden en promedio un número mayor de pacientes”, resaltó Jaramillo.

En el caso del personal médico, los hombres médicos atienden más pacientes en cada jornada laboral, con un promedio de 23 atenciones al día. Diferencia sustancial con lo planteado por la OECD que recomienda entre 12 a 15 atenciones por día para el personal del área de la salud en general.

La enfermería es un sector feminizado

La Gran Encuesta Integrada de Hogares -GEIH- indica que para 2021 el 80% de los ocupados del personal de enfermería eran mujeres. Asimismo, entre 2020 y 2021 el personal ocupado aumentó significativamente como respuesta a la pandemia (4,5% personal de enfermería y 16,6% personal de medicina), sin haber logrado con ello alcanzar aún niveles suficientes para cubrir los requerimientos demandados por el Covid-19.

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Al respecto Darwin Cortés, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, señaló que el estudio identificó que el sector tiene baja informalidad, definida como la afiliación a la seguridad social. Para 2021 la tasa de informalidad se encontraba alrededor de 7,4% para personal de enfermería y 5,6% para el médico (GEIH, 2021). Dentro de esta población existe una gran proporción de ocupados por cuenta propia (35%), lo que puede ser una posible evidencia de condiciones de vinculación laboral no adecuadas con relación al trabajo decente.

Brechas salariales de género

Diana Londoño, investigadora del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, explicó que el análisis evidenció que los ingresos promedio de los ocupados del sector superan el mínimo requerido para acceder al Piso de Protección Social y a los Beneficios Económicos Periódicos – BEPS. El personal de enfermería obtiene ingresos mensuales per cápita en promedio entre $2 y $2.8 millones, mientras que el personal médico logra alcanzar y superar los $6 millones mensuales. Los hombres presentan ingresos laborales en promedio más altos que las mujeres, identificándose brechas salariales de género en el país.

A nivel regional, se presentan diferencias significativas en el número de ocupados y en el ingreso real para estos trabajadores. En Bogotá se observa desde 2019 una disminución considerable del salario real del personal de enfermería, mientras que Cartagena es una de las ciudades que mayor reducción del salario ha presentado para el personal médico, comentó Londoño.

Una política integral que formalice la ocupación de profesionales del cuidado de la salud debe tener presente asuntos que están relacionados con el mal emparejamiento en el mercado laboral, la escasez de personal formado para el cuidado en salud, los inadecuados tipos de contratación, la baja movilidad que se da entre la población que se forma en las escuelas de enfermería en las grandes urbes y su migración laboral a zonas distantes del país que no cuentan con el suficiente personal en salud.

El equipo del estudio desarrolló un Índice de Precariedad Laboral, en términos de ocupación, que involucra información relacionada con el trabajo decente. Se encontró que el personal de enfermería tiene mayor probabilidad de estar en condiciones precarias que el personal médico. Este índice tuvo en cuenta la tenencia de contrato laboral, los tiempos de terminación de los contratos laborales y los tiempos de contratación, el tamaño de la empresa empleadora, los niveles de salario, el lugar donde se desarrollan las actividades laborales y las jornadas laborales.

Apoyo al personal formado para atención en salud

La Universidad del Rosario y Codess (Corporación para el desarrollo de la Seguridad Social) realizaron una encuesta que identificó el tipo de apoyo que recibe el personal formado para la atención en salud: el 56% tiene dotaciones para hacer su trabajo, el 27% cuenta con acompañamiento psicológico y solo el 10% cuenta con instalaciones para poder descansar. En cuanto a beneficios económicos, el 60% recibe vacaciones pagas, 40% tiene acceso a seguro médico, 33% recibe apoyo de transporte y solo el 7% recibe apoyo de alimentación.

La consultoría plantea una serie de recomendaciones enfocadas a mejorar las condiciones laborales en el marco de un trabajo digno y decente, buscando una transición hacia la formalización laboral de todo el personal de enfermería y medicina; promover la movilidad del personal de enfermería a territorios que lo requieren; disponer de espacios y tiempos adecuados de descanso para el personal de enfermería; establecer un esquema de salarios que reconozcan la formación y la experiencia buscando la equidad de género y minimizar la exposición a riesgos por causa laboral de todo ámbito, entre las principales.

Para John Marulanda, asesor experto en investigaciones de Codess, “el estudio tiene importancia en tres aspectos: primero, porque profundiza y establece la situación real sobre informalidad laboral en cuidadoras cualificadas de la salud; segundo, determina brechas e inequidades salariales y de condiciones laborales por género y ocupación en trabajadores de la salud, las cuales son injustas y evitables y, tercero, porque define recomendaciones concretas en pro de un trabajo decente en el sector, así como el criterio y fundamento del objetivo de un nuevo modelo de salud centrado en el nivel más básico”.

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