No piense en incertidumbre

Por Redacción en mayo 19, 2019

Opinión Por Juan Carlos López Castrillón

De inmediato, al leer el título de esta columna, usted habrá pensado en incertidumbre, como cuando vemos la portada del libro del lingüista George Lakoff, titulado «No piense en un elefante», todos nos imaginamos un animal con trompa y orejas grandes, contraviniendo lo solicitado por él.

Lo anterior porque el poder del lenguaje es mucho más intenso que una instrucción y hace que nuestro cerebro conecte rápidamente una palabra con un archivo, con un marco cognitivo, en estos dos casos con la sensación de incertidumbre y con el noble mamífero.

El libro de Lakoff profundiza en esa teoría y en el discurso de los políticos, tomando como base los valores que construyen una sociedad, simbolizándolos a través de lo que proyecta un padre estricto y un padre protector, aterrizando entonces en el por qué las personas votan por unos candidatos y no por otros.

En el fondo lo que plantea ese libro es que algunos seres humanos quieren una sociedad más dura, más regulada, más competitiva, donde el bien y el mal estén muy demarcados y otros se inclinan por un esquema más flexible, más incluyente, de mayor responsabilidad con lo social. A los primeros le gustan los padres estrictos, a los segundos los padres protectores.

Este preámbulo me sirve para tratar de entender el comportamiento de la gente sobre lo que está sucediendo actualmente en Colombia y en Popayán, veamos:
En lo nacional. Esta semana se ha vivido una crisis desatada por la decisión de la JEP de ordenar la libertad de Santrich, luego la fiscalía ejecutó una nueva captura y entonces empezó –otra vez¬– el pulso con los gringos por su extradición.

De otro lado se produjo la renuncia del Fiscal, se publicaron encuestas donde el presidente Duque vuelve a bajar su popularidad y sigue de presente el poco margen de maniobra de su administración en el Congreso.

Si aplicamos la teoría de Lakoff, este es un gobierno que quiere apostar a ser un padre estricto, frente a una sociedad que hoy busca más la figura de un padre protector, que –paradójicamente–, lo encontraba más en el Gobierno anterior. ¿Qué produce esta situación? Incertidumbre.

Vamos a lo local. Aquí el tema es más complejo, pues sumado a lo nacional tenemos un municipio endeudado hasta los topes, de nuevo sin alcalde, en el que aumentan la inseguridad y el desempleo y con los proyectos estratégicos (Nuevo POT y Proyecto BID 2037) entrando a la deriva ¿Qué siente entonces hoy la gente en nuestra ciudad? Doble incertidumbre.

Al crecer ese sentimiento negativo, las personas empiezan a preguntarse qué va a pasar con el país, con el proceso de paz, con la economía, y en nuestro caso, con el presente y el futuro de Popayán.

Dicen que de la incertidumbre se pasa a la inconformidad y de ahí a la protesta, la cual en muchas ocasiones se sale de madre.

En este momento es cuando más requerimos del liderazgo de quienes están al frente de las instituciones nacionales, regionales y locales. Se requieren padres simbióticos, mitad estrictos y mitad protectores, que de nuevo retomen la confianza y generen una sensación de optimismo, dos elementos claves para construir un entorno viable para la inversión y por ende la mejora del bienestar.

Frente a la suspensión del alcalde viviremos de nuevo la situación de hace un par de meses, se presentará una terna para que el gobernador designe un alcalde que ejercerá hasta el 31 de diciembre, esa persona tendrá pocos meses para entender lo que sucede al interior de la alcaldía y dadas las condiciones actuales, muy poco margen para administrar la ciudad.

Ojalá los partidos políticos que deben ternar a los candidatos para ocupar el cargo de alcalde por siete meses, tomen en cuenta que se juegan su credibilidad al ejercer ese derecho. Esperemos que prime el sentido común sobre los acuerdos electorales.

Nunca es tarde para que nos sorprendan y empiece a bajar la incertidumbre.
Posdata: hace poco más de 20 años un famoso personaje dijo: «El elefante entró a mis espaldas» y nos pidió que no pensáramos más en eso… Gran error, el elefante pasó a la historia. No nos digan ahora que todo va bien y que no pensemos en la incertidumbre.

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