Monseñor Rueda, nuevo Arzobispo de Bogotá
Por Hernán Alejandro Olano García (*)
En el día de San Marcos, evangelista, uno de los primeros bautizados por San Pedro el día de Pentecostés, se recibió la noticia del Decreto Pontificio expedido por el papa Francisco, con el nombramiento como nuevo pastor arquidiocesano del Excelentísimo Monseñor Luis José Rueda Aparicio, quien ya ocupó la silla episcopal de Montelíbano, Córdoba y la sede metropolitana de Popayán, donde en veinte meses se ha ganado el apoyo popular, porque la gente habla muy bien de él, por ser una persona sencilla, colaboradora, preocupada por los problemas de la gente y de la ciudad. Un buen pastor de la iglesia, que no pudo ver este año en las calles las tradicionales procesiones de la ciudad blanca, la Archidioecesis Popayanensis, por su nombre latino, cuyo episcopologio data de 1546, con el primer obispo, Juan del Valle, seguido de otros 35 hasta Rueda Aparicio.
Ahora, la gente se preguntará qué va a pasar en Popayán, pues el Pontífice tiene dos opciones procesales, la primera es que podrá designar un Administrador Apostólico, o, la segunda, nombrar de una vez un nuevo arzobispo para la cátedra payanesa, sede que queda vacante, al igual que ocurre en el país con otras, en las cuales hay titulares que ya superaron la edad reglamentaria de los 75 años, como Cartagena de Indias o el Obispado Castrense.
Rueda Aparicio es un santandereano de 58 años, nacido el 3 de marzo de 1962, ordenado sacerdote de la Diócesis de Socorro y San Gil el 29 de noviembre de 1987, posesionado de la Diócesis de Montelíbano el 28 de abril de 2012, donde permaneció hasta su nombramiento como Arzobispo de Popayán el 7 de julio de 2018, habiendo recibido el 29 de junio de ese año en Roma, de manos del papa Francisco, el collarín, o palio que únicamente pueden ostentar los arzobispos metropolitanos.
La posesión canónica del nuevo Arzobispo de Bogotá se realizará en la Catedral Primada de Colombia el próximo lunes 11 de junio, si el Coronavirus lo permite, pero será, tal vez de forma virtual, un momento solemne para que como fieles podamos acogerlo con cariño y plena disponibilidad. En esa ocasión, Luis Mariano Montemayor, Arzobispo Titular de Illici y Nuncio Apostólico en Colombia, le dará la posesión correspondiente, cuando se exhibirá la Bula de designación, firmada por Francisco.
Debe aclararse que la designación de Monseñor Rueda no implica el acceder inmediatamente al título de Cardenal, aunque sus seis antecesores hayan recibido el título de una Iglesia en Roma y la birreta roja, puesto que eso depende es del querer del Santo Padre y de que este convoque un Consistorio rojo, como se conoce la audiencia especial en la cual da a conocer el nombre de los nuevos integrantes del Colegio Cardenalicio.
En este momento, Colombia solo cuenta con un Cardenal elector, Su Eminencia Rubén Salazar Gómez, quien podrá seguir ejerciendo como elector ante un eventual cónclave, hasta el 22 de septiembre del 2022, cuando cumpla 80 años.
La gestión pastoral del Cardenal Rubén en esta década, ha sido de transformación, pero ahora, con el ritmo del pontificado franciscano, la idea de una Iglesia que huela a oveja y que asuma, como se ha venido haciendo, el papel de lo social tendrá en la juventud de Monseñor Rueda un aliciente de entrega y solidaridad con los que sufren en Bogotá, donde será el 46° Arzobispo, sin importar su estrato, sexo, partido político o inclinación sexual, como lo ha manifestado en su primera entrevista con el padre Ramón Zambrano.
(*) Vaticanista y Vicerrector de la Universidad La Gran Colombia.
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