Luego de 28 años de su reconstrucción
Se restauró y actualizó el paraninfo Caldas
La Campana
Hoy luce más imponente, inmaculado y con renovado carmín que resalta su sobria arquitectura, su majestuosa lámpara, así como el Canto a Popayán, del maestro Efraím Martínez, y el tríptico del artista bogotano Andrés de Santamaría, obra recién restaurada por la maestra Patricia Caicedo.
El Paraninfo Francisco José de Caldas, que no solo es un ícono de la legendaria Universidad del Cauca, sino de Popayán, fue sometido a obras de mantenimiento, conservación, renovación y actualización, que no había tenido desde hacía tres décadas, cuando luego del terremoto de 1983 se levantó de sus cenizas.
Según el arquitecto Diego Andrés Castro García, de la oficina de Planeación de Unicauca, la restauración del Paraninfo comprendió la obra civil con la recuperación de los sistemas acústico del cielo raso y de iluminación.
Este último había que adecuarlo a la norma Retie, que se debe seguir a la hora de instalar una determinada red eléctrica. Además el paraninfo, que no se actualizaba desde su reconstrucción, ahora cuenta con red de voz y datos para transmisión y grabación de las ceremonias, conferencias, recitales y otros certámenes que se realizan en tal especial aula máxima. También quedaron instaladas las cámaras de seguridad y se montó el sistema de televisión.
A las 249 sillas se les hizo mantenimiento y se recuperó su tapizado; se restauraron los muebles en madera y su repujado. La alfombra del salón de 280 metros, instalada luego del terremoto de 1983, fue reemplazada por una de similar calidad y color. Se enlucieron sus muros para los que se requirieron 800 metros de pintura, incluida la decorativa.
Con una inversión de $120 millones, hecha por la Alma Mater, quedó renovado y actualizado el paraninfo, que fue la antigua capilla de los sacerdotes Dominicos, y a principios del Siglo XX se transformó en el Paraninfo de la Universidad del Cauca. Fue inaugurado el 16 de abril de 1916, con motivo de centenario del fusilamiento del sabio Francisco José de Caldas, y de ahí su nombre. La construcción se había comenzado en 1892.
Restauración del tríptico de Santamaría
Tres décadas después de la última restauración, se volvieron a someter a este proceso las tres obras del pintor Andrés de Santamaría, dedicadas a la poesía, las artes y la literatura, las cuales creó en 1913 para el muro testero del Paraninfo.
La restaurada María Patricia Caicedo, retiró la suciedad y las manchas de humedad de la superficie de las tres obras que las alteraban cromáticamente, e hizo una consolidación en este campo. Retiró las intervenciones de color en el cuadro de la Musa de la Literatura que sufrió a finales del Siglo XX un grave deterioro como consecuencia de una papa bomba arrojada en una protesta de Asoinca a la puerta principal del paraninfo. A las tres obras se les puso un barniz de protección.
Reconstrucción del paraninfo hace tres décadas
Una de las sedes de la Universidad del Cauca más difíciles de enfrentar en el proceso de reconstrucción a raíz del terremoto de 1983, fue el claustro de Santo Domingo y en particular el paraninfo, porque la destrucción era del 70%, según recuerda el ingeniero Hugo Cosme, quien dirigió la oficina de Reconstrucción de la Alma Mater.
El paraninfo tenía un daño estructural en la cubierta, que era de madera y estaba carcomida por el comején. No tenía un concepto de acústica, había que actualizar la silletería y cambiar la alfombra. Al tríptico de Santamaría, había que hacerle mantenimiento especial, pero fue el Canto a Popayán el que causó mayores dolores de cabeza, porque quienes dirigían la obra, eran conscientes de lo que ese cuadro representa en la historia de la ciudad y la inmensa responsabilidad que tenían en sus manos.
Necesariamente había que desmontar la cubierta y la pintura no podía permanecer en el sitio en que se encontraba. Optaron por poner una cubierta metálica, con algunos paneles especiales con cabuya en su interior, de tal manera que se pudiera mejorar la acústica del salón y así lo hicieron Cosme y el equipo de la Oficina de Reconstrucción.
Era necesario quitar toda la cubierta y convivir con la lluvia y el sol. Lo primero que hicieron fue calcular el peso del cuadro, concluyeron que era liviano y se podía desmontar con precaución y doblarlo en un tambor, el cual se fabricó en el propio paraninfo, de 1.20 metros de diámetro. Llegó el momento de desmontar el cuadro de la pared y luego el lienzo del bastidor y enrollarlo en el tambor. Se corría el riesgo de que la pintura se dañara en ese procedimiento, a pesar de que era grande el diámetro del tambor. Esto se hacía con el acompañamiento de la entonces Colcultura.
Pero, en el momento de tomar la decisión les dio temor frente a un posible daño que se pudiera presentar, y el grupo de ingenieros de la Oficina de Reconstrucción empezó a pensar en una solución intermedia y se sugirió desmontar el cuadro de la pared, pero no quitarlo de los bastidores y no enrollarlo, sino guardarlo completo, bastidor y lienzo, lo que implicaba construir una estructura muy grande.
Además, había que diseñar una canal especial que pudiera salir del interior de esa estructura y luego replegarse para guardar el cuadro en su interior. El único sitio posible era el centro del Paraninfo, que hoy es el pasillo central. Allí se construyó un guacal de madera y con una parte metálica para protección, porque iba a estar expuesto a la lluvia y al sol.
“Fue una estructura muy grande, a la que llamábamos el caballo de troya, y contratamos a la restauradora Patricia Caicedo, que en ese tiempo trabajaba con Colcultura. Cada semana sacábamos el cuadro mediante la canal y ella hacía el mantenimiento correctivo del lienzo, se tomaba el nivel de humedad, se hacía limpieza y de nuevo se guardaba”, indicó el ingeniero Cosme. Agregó que así permaneció aproximadamente dos años, que fue el tiempo en el que estuvo descubierto el paraninfo.
Una vez se terminó la reconstrucción de la cubierta de ese recinto, se procedió a desmontar el Canto a Popayán, de la misma manera como lo habían desmontado, todo el proceso fue filmado y fotografiado para que quedara como documento histórico.
La reconstrucción del claustro de Santo Domingo empezó en el año 1984 con el levantamiento de los muros, pero la obra de reconstrucción como tal, comenzó en 1985 y la restauración del paraninfo terminó en 1987.
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