Los bosques urbanos son fundamentales en la planificación de las ciudades

Por en febrero 13, 2025
Foto de Aura Isabel Olano

En urbes con climas extremos la vegetación reduce el calor hasta en 8.7 °C.

La presencia de árboles en entornos urbanos puede disminuir significativamente la temperatura extrema hasta en 8,7 °C, atenuando la sensación térmica durante los momentos más cálidos del día.

Así lo revela un estudio de investigadores de la Universidad del Rosario, en colaboración con un experto del Servicio Forestal del USDA en Estados Unidos, que se realizó en una de las ciudades más calurosas de Colombia: Puerto Carreño, capital del departamento de Vichada, en donde la temperatura puede superar fácilmente los 35 °C.

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“Los bosques urbanos han demostrado ser una herramienta clave para mitigar el calor extremo y mejorar la calidad de vida de sus habitantes”, dijo Benjamín Quesada, director del programa Ciencias del Sistema Tierra de la Universidad del Rosario y uno de los autores del estudio que publicó la revista Urban Climate.

Los investigadores llevaron a cabo un monitoreo horario de temperatura y humedad durante seis meses, evaluando el impacto de la cobertura de árboles en distintos puntos de Puerto Carreño. Los resultados mostraron que las áreas sombreadas por árboles no solo presentan temperaturas más bajas, sino que también reducen hasta diez veces la sensación de calor extremo experimentada por los habitantes.

Los bosques urbanos contribuyen a mejorar la salud, la calidad del aire, aumentar la biodiversidad y proporcionar entornos más agradables para la comunidad

Además del análisis de datos climáticos, el equipo de investigación aplicó encuestas a los habitantes para conocer su percepción sobre los efectos de la vegetación en la temperatura y su bienestar diario. «La mayoría de los encuestados reconoce que los árboles hacen que la ciudad sea más fresca y que su presencia es importante para la regulación del clima local», comentó Diana Giraldo, investigadora que lideró el estudio y egresada de la Maestría en Ciencias Naturales de la Universidad del Rosario.

«Esto resalta la importancia de preservar y expandir los espacios verdes en entornos urbanos, especialmente en regiones tropicales donde el cambio climático intensificará las olas de calor en el futuro», señala Giraldo.

Beneficios más allá de la temperatura

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Los efectos positivos de los bosques urbanos no se limitan únicamente a la reducción del calor. Según el estudio, estos espacios también contribuyen a mejorar la salud, la calidad del aire, aumentar la biodiversidad y proporcionar entornos más agradables para la comunidad.

El profesor Nicola Clerici, investigador y profesor del programa de Biología de la Universidad del Rosario y uno de los autores del estudio, destacó que este tipo de intervenciones urbanas pueden convertirse en estrategias clave para enfrentar el cambio climático a nivel local.

«Este análisis refuerza la importancia de integrar soluciones basadas en la naturaleza dentro de la planificación urbana”, señaló Clerici, quien resalta que «los bosques urbanos no solo reducen el calor, sino que también generan beneficios ambientales adicionales, como la mejora de la calidad del aire y la conservación de especies locales».

Los hallazgos respaldan la implementación de políticas públicas orientadas a la conservación y expansión de los bosques urbanos como medida de adaptación al cambio climático. En ciudades tropicales con recursos limitados, estas estrategias representan una solución accesible y de bajo costo para mitigar el impacto del calor extremo y mejorar la salud y el bienestar de la población.

Rio Molino, ciudad de Popayán.

El papel de los bosques urbanos en el futuro de las ciudades

El estudio destaca la necesidad de promover una planificación urbana sostenible, donde los bosques urbanos sean reconocidos como infraestructuras esenciales dentro de las ciudades. «Los árboles no son solo elementos decorativos en una ciudad; son infraestructuras naturales esenciales que pueden ayudar a reducir la vulnerabilidad de las comunidades ante el cambio climático», dijo Quesada.

«Si queremos ciudades más resilientes, debemos priorizar la integración de especies nativas efectivas en la planificación urbana, son soluciones complementarias que participan tanto de la mitigación (secuestran carbono) como de la adaptación (reducción de calor extremo letal) al cambio climático», agregó.

Este estudio de la Universidad del Rosario en alianza con el Servicio Forestal del USDA aporta evidencia científica relevante para la toma de decisiones en materia de urbanismo y cambio climático, en particular en ciudades vulnerables de países en desarrollo. Con estos resultados, se espera que las autoridades locales y los urbanistas reconozcan el valor de los bosques urbanos y trabajen en estrategias para su conservación y expansión, asegurando entornos más frescos y habitables para las generaciones futuras.

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