Los acuerdos campesinos de Tunja y Popayán
Son sustanciales las diferencias entre los acuerdos firmados en Tunja y en Popayán por voceros del paro nacional agrario.
La Campana
Luego de 20 de días de permanentes bloqueos en varios sectores de la vía Panamericana, como consecuencia del paro nacional agrario que causó graves perjuicios a los diferentes sectores económicos y sociales del Cauca, el pasado 8 de septiembre, mediante acta de acuerdo firmada por el vicepresidente de la República, Angelino Garzón, por ocho gobernadores, entre ellos el del Cauca, Temístocles Ortega, y 12 voceros de campesinos de 17 departamentos, se acordó levantar el bloqueo en diferentes carreteras del país.
De inmediato se produjo un boletín de la comisión de comunicaciones suroccidente del movimiento político y social “Marcha Patriótica” que, además de informar sobre el particular y adjuntar el acta de acuerdo de la reunión, señaló que se había acordado el fin de los bloqueos, lo que no significaba el fin del proceso de movilización por parte de las comunidades y el inicio del diálogo y negociación.
Lo anterior ha causado incertidumbre entre la ciudadanía, porque da a entender que si las exigencias del movimiento denominado Mesa Nacional Agropecuaria y Popular de Interlocución y Acuerdo, MIA, no son atendidas en su totalidad por el gobierno nacional, se tendría otra movilización que la resentida economía regional no resistiría.
Los grandes ausentes de esa reunión en la Gobernación del Cauca, resultaron ser los gremios del sector agropecuario que no fueron convocados, lo que para sus voceros fue un ejercicio excluyente.
Parecía que tampoco serían llamados a participar en el diseño de la nueva política nacional agropecuaria, pero el pasado 10 de septiembre, el presidente Juan Manuel Santos, quien durante el paro los desconoció, les envió invitación para que asistieran al día siguiente a la primera sesión de trabajo del Pacto Nacional Agropecuario.
El 6 de septiembre, dos días antes de la firma del Acuerdo de Popayán, en las instalaciones de la Curia Arzobispal de la ciudad de Tunja, y después de haber iniciado diálogos el 26 de agosto, los delegados del Gobierno Nacional y los voceros de los campesinos, con presencia de la Comisión de Garantes, por medio de acta dejaron constancia de los acuerdos a los que llegaron las partes, así como los desacuerdos y acuerdos adicionales.
De esa manera se levantó el paro del sector agropecuario de los campesinos de Boyacá, Cundinamarca y Nariño, que tuvieron como interlocutores por parte del gobierno nacional, a los entonces ministros del Interior, Fernando Carrillo y de Agricultura, Francisco Estupiñán; al Secretario General de la Presidencia, hoy ministro del Interior, Aurelio Iragorri Valencia, quien actúo como legítimo negociador del Gobierno Nacional.
Han llamado la atención las diferencias que existen en los contenidos y la orientación, entre las actas de acuerdo de Tunja y de Popayán.
En cuanto a la suscrita en Tunja, que representa directamente a los campesinos de clima frío de Boyacá, Cundinamarca y Nariño, se refiere únicamente a temas relacionados con la producción y políticas del sector agropecuario. Se define en ese acuerdo, por ejemplo, que el Gobierno Nacional establecerá mediante Decreto, expedido inmediatamente, las salvaguardias para la importación de papa fresca y papa pre-frita congelada, cebolla de bulbo, frijol, arveja, tomate, pera, leche en polvo, quesos frescos y lacto-sueros, de los países de la CAN y Mercosur. Medidas que se extenderán por el término de dos años.
Igualmente, que el Ministerio de Agricultura, a través del ICA, aplicará los protocolos sanitarios y fitosanitarios vigentes y se compromete a coordinar y agilizar una actualización y aplicación de protocolos fitosanitarios y sanitarios de manera periódica para los anteriores productos, en un término de tres meses.
Uno de los mayores logros, fue la congelación de la Resolución 970 de 2010 que habla de penalizar la utilización de semillas no certificadas.
El Gobierno Nacional prohibirá la rehidratación de leche en polvo importada para ser comercializada como leche líquida.
En fin, el gobierno se ha comprometido en Tunja, a apoyar en diversos temas a los pequeños productores agropecuarios de clima frío, que presentaron reclamos, pero también propuestas serias, que serán incluidas en las nuevas políticas que se trazarán para el sector agrario. Igualmente les facilitará recursos técnicos y financieros.
Entre tanto, el acta de acuerdo suscrita en el salón de Los Espejos de la Gobernación del Cauca, es un documento marco, de corte político, que no se refiere a temas sustanciales del desarrollo del sector agropecuario.
Dice que el gobierno designará una comisión nombrada por el presidente Santos, con el fin de dialogar y negociar sobre los seis puntos presentados por la MIA, los cuales radicó el pasado 8 de agosto en el Ministerio de Agricultura, pero no se refiere a ellos, mientras los caucanos desean conocerlos, por cuanto se ignora cuáles son las peticiones en cuanto a reactivación y desarrollo rural de la región.
Asimismo, señala que el vicepresidente, por petición de la MIA, buscará una reunión con el Ministerio del Interior y la Unidad Nacional de Protección, para tratar temas relacionados con la protección de los dirigentes campesinos. Llama la atención esa petición, por cuanto si los reclamos del sector agropecuario del suroccidente colombiano son justos, obedecen a unos derechos del campesinado y sus voceros son reconocidos, no debe existir temor.
Por su parte los campesinos del altiplano, dicen en el acta que los acuerdos permitirán dar protección a la producción agraria. En ninguna parte se refieren a su protección personal.
Los voceros firmantes en Popayán, prácticamente se adhieren a los acuerdos de Tunja, al afirmar en el documento, que el gobierno los tendrá como referencia. Sin embargo, las particularidades del agro en el Cauca, incluso la concepción de sus dirigentes frente a la producción, son muy diferentes a las del altiplano cundiboyacense y nariñense, en donde son pequeños empresarios, por lo tanto dichas regiones se destacan por ser la despensa agrícola del país.
Eso quedó demostrado con el bloqueo de la carretera central del norte, que puso en jaque la seguridad alimentaria de Bogotá que es, además, la central de abastos más grande del país, de la que se distribuyen los productos agrícolas a todo Colombia, incluido el Cauca, dada su baja producción.
En consecuencia, los acuerdos a los que llegaron el Gobierno Nacional y los campesinos que se congregaron en Tunja, versen sobre temas estrictamente económicos y de producción. De ahí que César Pachón, uno de los dirigentes campesinos de Boyacá, dijera: “No necesitamos que nos regalen nada, gracias a Dios nosotros sabemos trabajar. No necesitamos casas, nosotros las podemos construir. Lo que necesitamos son políticas justas y garantías del gobierno para podernos ir a trabajar».
septiembre 13 de 2013
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