Hiperhidrosis palmar y axilar: un desafío dermatológico con soluciones modernas
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Entre las causas de esta condición, están el estrés y la ansiedad, que pueden exacerbar la sudoración.
La hiperhidrosis, una afección caracterizada por una sudoración excesiva e incontrolable, afecta significativamente la calidad de vida de quienes la padecen. Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que entre el 1% y el 3% de la población mundial sufre de esta condición, siendo la hiperhidrosis palmar y axilar las formas más comunes.
La dermatóloga Olga Lucía Forero, experta en el manejo de estos casos, explica que «la hiperhidrosis no es solo un problema estético. Puede tener un impacto emocional, social y profesional profundo, llevando a quienes la padecen a evitar situaciones cotidianas como dar la mano o usar ropa que evidencie las manchas de sudor».
Causas y factores de riesgo
La hiperhidrosis puede ser primaria, es decir, no asociada a otra enfermedad, o secundaria, relacionada con condiciones médicas como la diabetes, obesidad, menopausia o trastornos tiroideos. La forma primaria, que representa la mayoría de los casos, tiene una fuerte influencia genética.
Entre los factores de riesgo se destacan:
- Historia familiar: hasta el 30% de los pacientes tienen antecedentes familiares.
- Edad temprana: la hiperhidrosis primaria suele comenzar antes de los 25 años.
- Estrés y ansiedad: pueden exacerbar la sudoración.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en una evaluación clínica detallada. Se considera hiperhidrosis cuando el sudor excede lo necesario para regular la temperatura corporal. Para confirmar el diagnóstico, los dermatólogos recurren a herramientas como:
- Test de almidón-yodo: que colorea las áreas de sudoración excesiva.
- Escalas de impacto: para evaluar cómo afecta la calidad de vida.
Tratamiento
«Actualmente contamos con una variedad de tratamientos efectivos que pueden aliviar significativamente los síntomas y mejorar la vida de los pacientes», señala la médica Forero. Entre las alternativas más destacadas se incluyen:
- Antitranspirantes con cloruro de aluminio: recomendados como primera línea.
- Toxina botulínica: su aplicación en axilas y palmas bloquea temporalmente las glándulas sudoríparas.
- Iontoforesis: ideal para hiperhidrosis palmar, consiste en el paso de corriente eléctrica de baja intensidad.
- Tratamientos sistémicos: medicamentos que reducen la sudoración, utilizados en casos severos.
- Simpatectomía torácica: cirugía reservada para casos refractarios.
Prevención
Aunque no siempre es prevenible, la hiperhidrosis puede manejarse mejorando ciertos hábitos:
- Evitar desencadenantes como el estrés y la cafeína.
- Usar ropa transpirable
- Consultar a tiempo con un especialista
«Es fundamental buscar ayuda médica si la sudoración excesiva afecta su día a día. Hay soluciones accesibles y personalizadas que pueden devolver la confianza y el bienestar», concluye la especialista.
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