“Hay que acompañar el proceso de paz a través de la educación”: Diago Franco
La propuesta del decano de Ciencias de la Salud, para llegar a la rectoría de Unicauca, hace énfasis en una formación en valores y en el compromiso regional.
Acerca del respaldo que obtuvo en las consultas profesoral y estudiantil, efectuadas el 23 de marzo en las nueve facultades y en las sedes de Santander de Quilichao de la Universidad del Cauca, el médico José Luis Diago Franco, además de manifestar su agradecimiento, afirmó que ese logro lo compromete con la comunidad académica para consolidar el proyecto de Universidad que ha presentado y que hoy cuenta con su respaldo, lo cual le da fortaleza para seguir avanzando en el proceso de designación de rector de la institución.
Sobre su propuesta rectoral, que se denomina: ‘Hacia una Universidad comprometida con la paz territorial’, y otros temas que tienen que ver con la vida universitaria y el desarrollo institucional, el periodicolacampana.com dialogó con el decano de Ciencias de la Salud.
L.C. De ser elegido rector de la Universidad del Cauca, ¿qué quisiera que recordaran de su administración?
J.L.D.F. Como me recuerdan en la Secretaría de Salud del Cauca, en el Seguro Social, en la Cruz Roja Colombiana. Dejaré una universidad más comprometida con la región, más amplia, que despliegue el concepto de educación pública superior de calidad, pertinente, asequible, financiada, en contexto con la naturaleza e involucrada con el proceso de la paz territorial, en el entendido de que la paz no es solamente el silenciamiento de las armas, es la transformación de todas las violencias en modos de convivencia pacífica, de resolución de problemas y diferencias, sin renunciar a las diferencias.
L.C. ¿Cómo lo aplicaría?
J.L.D.F. En la academia hacemos bien el papel en cuanto a la formación de profesionales competentes en el conocimiento de la ciencia pura, pero nos falta fortalecer en los muchachos la sensibilidad social. Lo podemos decir sin dudarlo, porque en la sociedad colombiana y mundial se advierte la ausencia de valores. Si nosotros le garantizamos a la sociedad nuevos profesionales con grandes competencias en valores humanos, que les permita tener un sentido de la justicia social y capacidades mínimas de convivencia pacífica, hemos logrado algo.
Hay tendencias mundiales que hablan de la humanización de los nuevos profesionales y que las universidades respondan a esa realidad. En nuestro contexto, a las realidades del Departamento y de la región.
L.C. La investigación es columna vertebral de la academia, ¿qué plantea usted para fortalecerla en la Universidad del Cauca?
J.L.D.F. Ante todo, recuperar la confianza de los grupos élite de investigación. Nuestros investigadores están desmotivados, hay que volver a articular la producción que se tuvo, hacer convenios con las 300 universidades rankeadas como las mejores del mundo, hacer uso de las bondades de invertir, hay un Conpes Social que se refiere a la derogación de impuestos a empresas que inviertan en investigación, apalancarnos con el gobierno departamental de manera más sólida para jalonar recursos de regalías, tenemos los investigadores. Hay que mejorar las oportunidades de acceso a recursos nacionales e internacionales, tener un nuevo protagonismo y mejorar las calificaciones de los grupos de investigación y, obviamente, de dos revistas indexadas reconocidas por Colciencias, lograr como mínimo seis para que los profesores publiquen y compartan sus artículos con otros investigadores del mundo.
L.C. Dice usted que los investigadores están desmotivados. ¿Por qué?
J.L.D.F. Así lo expresan, no se sienten muy cómodos con la reforma del Sistema de Investigación, es un aspecto que tenemos que revisar.
L.C. ¿Qué podría hacer su eventual administración frente a la deserción estudiantil?
J.L.D.F. A ese problema hay que ponerle mucho cuidado. En los cuatro programas que tiene la facultad de Ciencias de la Salud hay mayor deserción, en medicina es aceptable, en los otros tres programas la expectativa mayor de los alumnos es ser médicos, entonces en los primeros años de la carrera tratan de hacer el traspaso a medicina, pensando que ese puente es fácil, algunos lo logran.
Esa es una causal en Ciencias de la Salud, pero en general la deserción en la Universidad del Cauca se debe a la situación socioeconómica, los muchachos no tienen los recursos. Por tanto, tenemos que ser más creativos y buscar a través de la responsabilidad social recursos para poder subsidiar la dormida, la movilidad y la alimentación de los chicos. Obviamente, el factor académico, que no ha sido bien estudiado, incide en este problema, lo que implica que debemos repensar nuestras estrategias docentes y la posibilidad de tener monitores para que los muchachos cuando empiezan la primera repitencia, accedan a un acompañamiento para que no se desvinculen del ciclo de formación.
L.C. ¿Tiene que ver con una deficiente formación académica en el colegio?
J.L.D.F. También. En promedio los muchachos de colegios públicos, en especial de zonas alejadas de la capital, como la costa Pacífica, la Bota Caucana y del oriente del Departamento, no pueden competir con otros jóvenes egresados de colegios privados de Popayán, y ni se diga, con los que vienen de instituciones privadas de Bogotá, Medellín o Cali. La gente de las regiones no tiene las condiciones de equidad, por lo que debemos ser innovadores y empezar a generar a través de Regionalización, programas diferenciados de movilidad, de ingreso y desarrollar el concepto del semestre cero para mejorar las competencias en ciencias básicas, matemáticas, lectoescritura e inglés, como mínimo.
L.C. La drogadicción es un flagelo en las universidades y la del Cauca no escapa a esa situación. ¿Qué plantea usted frente a esa problemática?
J.L.D.F. Frente a ese tema hay dos posiciones antagónicas de la administración, un porcentaje dice que debe ser un manejo legal, que hay que garantizar que no haya ningún tipo de abuso de sustancias psicoactivas, en eso tienen razón, pero es un problema de salud pública, por lo que no se le debe dar un manejo policial ni judicial por ser personas con derechos especiales. Me ha tocado sacar a los expendedores de drogas de la facultad y hasta me han amenazado de muerte. A los muchachos que voluntariamente han querido entrar en los programas, los hemos asistido, hay en este momento cinco de ellos en rehabilitación, con las familias nos hemos demorado un poco en el ciclo. Estamos garantizando que tengan los niveles en sangre limpios de cualquier psicoactivo.
Un estudiante nuestro falleció por sobredosis de sustancias psicoactivas, lo que nos produjo mucho dolor.
L.C. ¿Cómo podría manejar la Universidad este problema de manera integral?
J.L.D.F. De 10 personas que en el primer año de carrera entran en el mundo de la droga, nueve llegan con experiencias, y de 10 casos, uno o dos son ya en la Universidad, que los denominan recreativos y después no recreativos, pero es un problema de la comunidad que se exacerba en la institución.
Los estudiantes muy jóvenes son vulnerables psicológicamente y los procesos académicos son duros y en muchas ocasiones los golpean. No es que esté justificando que caigan en el mundo de la droga porque nosotros somos duros, no. En mi época de formación como médico era todavía más duro y ese no era un fenómeno que se diera tanto, porque de las casas veníamos bien formados.
L.C. ¿Qué se puede hacer con los padres de familia cuando la universidad detecta que los muchachos están en problemas?
J.L.D.F. Primero que asuman el problema, porque desgraciadamente de jóvenes que entran en la droga, muy pocos salen. Es un tema que tiene muchas variables, no se trata solamente de presiones académicas, sino de presiones sociales y también de bullying. Sobre este problema todo el mundo habla, pero nadie lo asume. Prefiero tener a los muchachos identificados y que voluntariamente digan que quieren ser ayudados, que perseguirlos con medidas policivas, porque sacar a un muchacho del ciclo educativo es una tragedia familiar y social.
L.C. La universidad pública tiene un déficit de 800 mil millones, ¿qué se debe hacer para superarlo y obtener recursos frescos?
J.L.D.F. El problema es estructural. Con la Ley 30 se generaron unos recursos que eran de acuerdo con el IPC (Índice de Precios al Consumidor), pero este no se incrementó, en cambio sí aumentó la cobertura, y al tener más estudiantes se necesitaron más profesores. Los docentes investigan y tienen derecho a más puntos por este concepto; los gastos de funcionamiento se incrementaron, porque aumentaron las coberturas. Sin embargo, el Estado no ha sido solidario con la universidad pública, que se ha mantenido con los mismos recursos sin crecer de manera directamente proporcional al crecimiento de la oferta. Es decir, que las universidades públicas empezaron a crecer con recursos propios.
Lo que necesitamos, es que al menos el Gobierno Nacional, fuera de la reforma tributaria que genera unos nuevos recursos, incremente como mínimo cuatro puntos más por encima del IPC, lo que daría un respiro y les permitiría mantener y sostener las coberturas, incluso aumentándolas un poco. La base presupuestal tiene que ser incrementada con relación al IPC.
L.C. En materia presupuestal, ¿Cómo está la Universidad del Cauca?
J.L.D.F. Reconozco en los administrativos el buen manejo que le dan al presupuesto, muchas veces contra las decisiones nuestras. Eso nos ha llevado a un precario equilibrio. La administración nunca se ha atrasado en salarios, obviamente que hay que incrementar los presupuestos y las vías todos las conocemos: aumentar la base presupuestal, aumentar los recursos propios (venta de servicios, patentes, etc.)
L.C. La Universidad del Cauca no escapa a la tramitomanía del sector oficial, incluso algunos funcionarios inventan procesos y ponen talanqueras. ¿Qué plantea usted para hacer más ágil los procedimientos?
J.L.D.F. Esa es una pregunta muy interesante. Para poder, por ejemplo, dar un auxilio de movilidad a un estudiante, se deben seguir como 20 pasos, y cuando se han surtido todos, ya ha sucedido el evento. Definitivamente hay que hacer una reingeniería de esos procesos, desconcentrándolos y empoderando a las facultades para que los hagan.
También se deben revisar todos los procesos administrativos.
L.C. ¿Cuál es el aporte más importante que usted le deja a la facultad de Ciencias de la Salud como decano?
J.L.D.F. La facultad perdió la categoría de los grupos de investigación y estamos fortaleciendo los semilleros. Tenemos profesores encargados del Comité y en este último año de trabajo hemos conseguido unos logros para generar las semillas, a fin de que la próxima decanatura tenga más posibilidades de demostrar resultados. Me ha tocado reorganizar la casa, en esa reestructuración del sistema de investigaciones nuestros dos principales grupos se desmotivaron y perdimos las calificaciones en Colciencias, porque bajaron la producción, pero la estamos recuperando. Hay seis grupos clasificados trabajando. Incluso la propuesta rectoral la hicieron los investigadores, quienes le sugirieron al decano, de llegar a ser rector, cuál es la ruta que debe caminar.
L.C. ¿Y cuál es esa ruta?
J.L.D.F. La ruta es el fortalecimiento de los semilleros, más recursos para los grupos, acompañamiento administrativo para tener las certificaciones al día con Colciencias, aumentar el número de revistas, las alianzas estratégicas con universidades de ranking mundial, un Conpes social para exención de impuestos y revistas indexadas. Esa ruta está clara y uno tiene que hacerles caso a los que saben, porque además mi propuesta también fue elaborada por docentes, administrativos y estudiantes, quienes expresaron lo que era suficiente para tener la Universidad que todos queremos, y el aporte mío es articular la propuesta con el desarrollo del Departamento alrededor de la Paz territorial.
L.C. ¿Qué función juega la Universidad del Cauca en el posconflicto?
J.L.D.F. Lo del posconflicto es un eufemismo; les digo, sin ser pesimista ni ave de mal agüero, que la paz con las FARC no soluciona los problemas del Cauca, todo lo contrario, los va a agudizar, porque las FARC generaban un control territorial y social, ahora que ese control se pierde, todas las demandas sociales se van a incrementar y viene el tema de la tierra, dificultad social que tenemos en el Cauca: los indígenas, los campesinos, los afros y los blancos no quieren correr las líneas de la tierra, todos quieren avanzar sobre esos terrenos y es un problema. ¿Será posible que en las franjas podamos convivir todos? Esa es una oportunidad de verdadera convivencia. ¿Será posible tener modelos alternativos de comercialización de la producción de la tierra? El reto es grande, porque este es un Departamento multiétnico. Nuestra riqueza son las diferencias étnicas y sociales, que también generarán conflictos que no los podemos negar.
Digo que una de las bondades del cese de hostilidades entre las FARC y las Fuerzas Armadas de Colombia, es que las secuelas de ese teatro de operaciones militares que hubo en el Cauca, va a disminuir, lo mismo que la crisis humanitaria, la que todo el mundo ha ocultado. Hay poblaciones confinadas, familias que se desmembraron por causa del conflicto y para evitar el reclutamiento forzado les tocó enviar a sus hijos a Cali y a otras ciudades, y ni se diga de los desplazados. El orden público no se ha solucionado, existen nuevos grupos emergentes en el Cauca y en el resto del país.
Hay que acompañar el proceso de paz a través de la educación, porque garantizarle el ciclo educativo completo a la gente, es invertir en el desarrollo humano integral, tanto de las personas como de las comunidades, lo que aportará al crecimiento económico de la región.
L.C. ¿El programa de regionalización ayuda en esa etapa?
J.L.D.F. Claro, pero garantizando una educación de acceso a toda la gente, con calidad y pertinencia. Ahora hay un debate sobre el modelo de regionalización, que es la autofinanciación, con el que no estoy de acuerdo, pero le reconozco las bondades. Obviamente el rector Juan Diego Castrillón fue muy audaz, consiguió unos recursos nacionales y nos deja en el norte del Cauca una Universidad armada, con programas, con docentes, con estudiantes.
¿Que el modelo es inequitativo? Sí. Pero nos queda algo, eso es lo que no quieren entender las personas que están a favor y en contra de las posiciones de los ocho candidatos. Al futuro rector le corresponde buscar alternativas para que los muchachos del programa de Regionalización paguen menos. En este momento el semestre les cuesta $900.000, que con derechos de matrícula sube a un millón de pesos.
La actual administración cumplió con el programa, ahora nos toca a nosotros. Imposible que en un proceso de paz no se apoye, por justicia social y por resarcimiento del padecimiento de los caucanos, con familias desarraigadas y con víctimas del conflicto.
L.C. Usted ha visto de manera directa este problema porque es el presidente regional de la Cruz Roja….
J.L.D.F. He vivido esa situación, también el drama de las víctimas, con quienes he llorado y he reído. La acción humanitaria es de los ejercicios más importantes que he hecho en mi vida y quiero morirme con el uniforme de la Cruz Roja puesto.
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