Falta de visión para una ciudad fallida
Columna de opinión por: Alberto Muñoz Olano
Nadie habría imaginado hace 20 años que tantas personas vivieran en la capital caucana, mucho menos estar preparados para acoger a los casi 400.000 habitantes que diariamente circulan por sus calles.
Aún no entendemos el cambio que la ciudad ha tenido, ni qué va a ser de ella. Las administraciones municipales y el Concejo de la ciudad, solo se han dedicado a improvisar, sin una visión de ciudad. Esa improvisación, incluso, está acabando hasta con el patrimonio histórico, artístico, cultural y ambiental de Popayán. También con algunos de sus barrios, cuyos dolientes no son escuchados.
Las ciudades se deben construir pensando en las presentes y futuras generaciones, especialmente en los niños y adolescentes, que casi no tienen espacios para su sano crecimiento y desarrollo social. ¿Por qué? Se preguntarán algunos. Según parece, la ciudad se ha vuelto “adultistas”, pues se centra en las necesidades para los adultos y se olvida de los niños y jóvenes, algo nefasto para el crecimiento de una urbe. También se aplica para los adultos mayores, personas que tienen necesidades importantes que no son atendidas, como medidas de seguridad para cruzar la calle o bajar andenes altos.
Estamos a tiempo de planear de verdad la ciudad, lo que aún no existe y para ello se necesita visión y acciones rápidas a realizar. Me pregunto: ¿En dónde quedaron las conclusiones y la información del proyecto ‘Popayán Ideal’ del gobierno municipal anterior? En ese ejercicio participó de manera activa la comunidad, sin distingo alguno, con resultados positivos. De esa sapiencia aportada por el ciudadano común, por el popayanejo que sueña su ciudad, luego de discusiones y análisis se dieron acuerdos y se unificaron criterios, sin egoísmos políticos ni imposición de ideas.
Una de esas conclusiones fue colonizar organizadamente el occidente de Popayán, donde abunda la tierra, en su mayoría plana, a un costo mucho menor, para ello el Municipio solo debe hacer algo sencillo, como diseñar las vías, trazarlas y construirlas. ¿De dónde saca el dinero? Por valorización y exenciones para los propietarios de los terrenos por donde se tracen las vías.
Así como, por ejemplo, la familia Olano Angulo no le cobró al Municipio de Popayán los terrenos por los que construyó en Pomona la carrera segunda norte, y en contraprestación se estipuló, que mientras sus miembros fueran los propietarios de esos predios, no se les cobraría valorización y el valor de la tierra no subiera en el predial. De esa forma el Municipio se ahorra mucho dinero, los propietarios gozan de la valorización de sus terrenos y de una menor carga tributaria.
Otra de las razones de colonizar el occidente de la ciudad, es quitarle la carga al valor de la tierra. ¿Cómo puede ser posible que el metro cuadrado sobre la carrera novena, en donde queda el Boulevar Rose, antiguos lotes del desaparecido Instituto de Seguros Sociales, se esté tasando a un millón de pesos, mientras la tierra de Genagra valga $ 70.000 el metro cuadrado? Si el Municipio construye nuevas vías al occidente de Popayán, le posibilita al ciudadano común adquirir nuevas propiedades a menor precio y disfrutar de una mejor movilidad.
En ese gran ejercicio ciudadano, como fue Popayán Ideal, se concluyó que invertir dineros en la carrera novena norte, en puentes y desniveles, era más costoso y menos eficiente que abrir nuevas vías en el occidente de la ciudad.
De no existir una verdadera planificación urbana, Popayán seguirá creciendo de manera caótica, inequitativa, excluyente e indisciplinada, no podrá ofrecer bienestar a sus habitantes, entonces será una ciudad fallida.
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