Estándares de calidad de vida

Por Redacción en febrero 10, 2016

Por Andrés Illera

Vivir en ciudades con altos estándares de calidad de vida, debería ser nuestra demanda a los nuevos alcaldes en Colombia, además de ser el compromiso de ellos para con sus gobernados.

Es usual debatir acerca del espacio-tiempo en el cual los ciudadanos somos gobernados y, en realidad, los actuales alcaldes gobiernan para ciudadanos que disfrutarán las ciudades del futuro; en otras palabras, somos unos ciudadanos sin gobierno, lo que vivimos hoy en las urbes, es lo que nos han dejado otros gobiernos.

Acerquémonos a Popayán, una capital que de forma clara refleja unos ciudadanos sin gobierno, en un espacio-tiempo que parece no cambiar, dadas las pocas acciones de sus mandatarios por hacer de ésta una ciudad con altos estándares de calidad de vida.
Para el nuevo alcalde de Popayán, cualquier acción a tomar no puede ser menor a las ya vividas. Es decir, que tiene mucho por ganar con actos de gobierno que lleven a los habitantes a disfrutar una mejor ciudad.

Centremos nuestra atención en lo que deben ser estándares de calidad de vida. Según “The Economist Intelligence Unit”, que se ha enfocado a analizar de forma cualitativa y cuantitativa las mejores y peores ciudades bajo indicadores, estos son: la estabilidad, que mide los índices de criminalidad, ataques terroristas, conflictos civiles y militares; servicios de salud, mide la disponibilidad y calidad del sistema de salud tanto pública y privada; cultura y medio ambiente, mide lo sano que puede ser el entorno basado en la temperatura y humedad, niveles de corrupción y censura, disponibilidad de eventos deportivos y culturales; educación, mide la disponibilidad y calidad de la educación pública y privada; por ultimo infraestructura, que mide la calidad y disponibilidad del sistema de transporte, de una red de carreteras adecuada, con una buena conexión internacional, buen servicio de energía, agua, telecomunicaciones y vivienda.

Estos cinco grupos son percibidos como fundamentales para determinar si las ciudades suben o bajan en el escalafón. Para el 2015 la ciudad con los mejores estándares de calidad de vida fue Melbourne, en Australia, y la peor Damasco, en Siria.

Si nuestros gobernantes se dedicasen a promover políticas públicas en torno a estas cinco categorías, nuestra ciudad, bajo un entorno de país en vía de desarrollo y con un proceso de paz en marcha, lograría dar un paso adelante y ofrecer a sus habitantes una mejor ciudad.

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