Ensalada de ensueños
Por Eladio Solarte Pardo
Anoche tuve un sueño/ de muy terrible oscuridad…/Por miles de esfuerzos que hacía/
ver absolutamente nada podía/ Muy desesperado, entonces, / cuando la media noche sería, /
no atiné algo distinto, / con lámpara en mano, / que agarrar mis antiparras/ para salir de las garras/ de semejante laberinto.
Como pude, otra vez, / caí en las manos de Morfeo, / pero esta vez con un sueño no tan feo, / pues miraba pesos, dólares y euros. / Contaba ya con una buena riqueza, / como para decirle adiós a la pobreza, / pero ¡qué diablos! cuando desperté/ con bastante anhelo, / con nada me topé, / nada, nada y nada / pues hasta las cobijas y la almohada/ se andaban por el suelo. / ¡Ah noche condenada!
Luego, otro dulce ensueño empecé/ pues con un dadivoso mago me encontré, / quien me dijo saque papel y lápiz/ porque ahí va la fórmula/ de la eterna juventud, / que, afanoso, yo apunté, / ante lo cual me puse tan feliz / que hasta devoré un trago de anís…/ Pero ustedes no me lo pueden creer:/
esta mañana, bien temprano, / por mucho que la busqué / ¡acaso la encontré!
Y ya después, / en sueños, caminaba por la calle, / en medio de tanto atraco y sangría, / pero tan de malas que a cántaros llovía/ y escamparme no podía. / Como pude saqué / mi abrigo y mi paraguas
pero me sirvieron cero / porque cuando me volví a dormir / ya habían cesado la tempestad y el aguacero.
Pero… en cambio, / ya al amanecer…/ tuve un sueño maravilloso, / pero esta vez con poca rima…/
Soñé que la paz había llegado…/ Pero, qué carajos, resultó una falsa alarma / porque cuando me levanté / y abrí la puerta, qué sorpresa, / no era ella y casi me da/ un desmadejamiento, / un enfadamiento, un enfriamiento, / un aturdimiento, un desaliento, / porque era puro cuento, / y a todas estas, felizmente amaneció / porque ya no resistía con tanto sueño / de mera fantasía… no les miento.
(…entran risas, pregrabadas…)
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