En Popayán se enfrenta El Niño con alertas tempranas
En marzo el Niño ha comenzado a bajar su intensidad y las lluvias se presentan de manera normal, lo que quiere decir que habrá menos días secos.
Por Aura Isabel Olano
A pesar de que el fenómeno de El Niño está presente en Popayán, la ciudad no ha sufrido desabastecimiento de agua, como sí han padecido otras regiones del país.
Además de la red articulada de abastecimiento de agua con que cuenta la capital del Cauca, que permite que si uno de los sistemas disminuye su caudal, de inmediato sea compensado por otro, la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Popayán, a través de la Fundación Río Piedras lidera un importante trabajo de prevención por medio del sistema de Alertas Agroclimáticas Tempranas Participativas, proceso que se viene consolidando desde hace cuatro años en la cuenca alta del río Cauca, que incluye las cuencas de los ríos Piedras, Molino, Palacé, San Francisco y sectores de Pisojé, dijo la ecóloga Liliana Recamán, coordinadora del Área Ambiental de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Popayán.
Agregó, que de acuerdo con los pronósticos y las evaluaciones de las mesas agroclimáticas, se estudia trimestralmente el comportamiento del pronóstico del fenómeno, y según la última evaluación, en el mes de marzo se evidencia un descenso de El Niño, lo que quiere decir, que las precipitaciones se presentan normalmente y habrá menos días secos.
Dichas mesas se realizan con expertos agroclimatólogos de Ecosaga, apoyados por el programa de Investigaciones de Cambio Climático para América Latina y Seguridad Alimentaria, Ccafs-Ciat; y grupos étnicos y comunitarios vinculados al sistema de alertas agroclimáticas.
Explicó, que el fenómeno de El Niño es cambiante en cada región del país. Por ejemplo, en la zona Andina puede tener influencia de otros fenómenos de variabilidad climática, como los frentes provenientes del Amazonas, la influencia intertropical, las ondas Madden & Julian que también generan un comportamiento de variabilidad climática. Entonces, cuando se presenta uno de esos fenómenos se modifican las características del pronóstico, porque puede seguir El Niño, pero esos fenómenos inestables en cuanto al clima influyen y llegan a generar más días de lluvia.
“En el Cauca y en Popayán evaluamos el comportamiento climático de estaciones que tienen una serie de datos superiores a 30 años, como Polindara, Puracé y la del aeropuerto Guillermo León Valencia que permiten aplicar los modelos y comparar con los pronósticos, para ver la tendencia del clima, por lo que se puede hablar de un pronóstico mucho más acertado a nivel local”, afirmó la ecóloga Recamán.
Ese trabajo hace que en reuniones con las comunidades y los equipos técnicos se analicen las tendencias que se presentan y las medidas de adaptación frente a los problemas de variabilidad, a fin de planificar mejor las labores agrícolas, pues los calendarios de siembra cambiaron, lo que hizo que se programara este aspecto con las comunidades de las cuencas de abastecimiento, a las cuales se les mostró que si utilizaban menos riego durante determinados meses, tendrían mayor disponibilidad de agua, y si lo hacían en un mes diferente, los requerimientos de agua iban a ser mayores y el déficit generaría problemas en la productividad, plagas o enfermedades.
Pero, ¿cómo se hacen esos pronósticos a nivel local?
A decir de la ecóloga Recamán, para hacerle el seguimiento al clima local, se bajan los fenómenos de comportamiento a escalas internacionales estudiados por los institutos australianos y japoneses, que son los primeros en predecirlos, se complementan con los pronósticos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOOA), del Instituto Internacional para el Clima y la Sociedad (IRI) y el análisis que efectúa el Ideam, que es la fuente oficial de Colombia, datos que se traen al ámbito local, a Popayán, lo que hace que la información resultante sea más acertada.
En el 2015 las doce mesas agroclimáticas hicieron la evaluación trimestral del fenómeno con resultados acertados, lo que permitió que la empresa de Acueducto de Popayán tuviera muy activo el plan de contingencia con el fin de que sus principales fuentes alternas, como Pisojé y Cauca, estuvieran habilitadas.
En Popayán los indicadores de comportamiento de caudal son muy buenos. Por ejemplo, el del Río Piedras ha disminuido, como los demás afluentes, pero con una gran ventaja, que sus mínimos históricos no se han vuelto a presentar. El seguimiento y monitoreo que hace la Empresa de Acueducto a los caudales han mostrado una tendencia entre 620, 640 y 680 litros por segundo, y el mínimo histórico ha sido 500 litros por segundo, que se presentó con los fenómenos de los años 1969, 1972, 1986, 1997 y 1998. Los dos últimos han sido los más críticos.
“Los indicadores actuales, sin duda, reflejan todo un proceso de gestión, no solo de las instituciones, que son alrededor de 11, sino el gran trabajo realizado por las comunidades”, señaló la funcionaria.
Quiere decir, que es un trabajo integral de comunidades y de instituciones que se evidencia en datos verificables, como los indicadores de caudal. Preocupa que cada vez los fenómenos de variabilidad climática se repitan con mayor frecuencia. Terminado un Niño, es posible que se presente una Niña y no se sabe con qué intensidad.
Vinculación de la comunidad
En este proceso, como en muchos otros, se dan diferentes escalas de participación de las comunidades. Grupos de campesinos e indígenas que habitan en las cuencas de los ríos Piedras, Molino y Pisojé, en Popayán, se han involucrado en los procesos de planificación, han hecho obras de conservación y, por ende, han tenido agua en estos periodos de menos lluvia y mejorado sus sistemas productivos. También hay grupos en formación. Otros iniciaron el proceso, pero lo abandonaron, a algunos no les interesa porque no confían en la institución, o porque tienen sus propios procesos de gestión.
“En el trabajo que hemos desarrollado encontramos gente muy comprometida, que ha generado cambios importantes, como el incremento en coberturas de protección, sitios rehabilitados en donde antes había problemas de erosión, hay nuevos sistemas productivos , han cambiado los químicos por abonos orgánicos, biopreparados, adelantan procesos de fortalecimiento comunitario, como la alianza de custodios de semilla entre grupos de campesinos y grupos de indígenas, además están vinculados al sistema de alertas tempranas con conocimiento de su clima local, afirma la coordinadora del Área Ambiental de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Popayán.
Acuerdo de Voluntades
Este trabajo ambiental está enmarcado en el Acuerdo de Voluntades, del que forman parte la CRC, Alcaldía de Popayán, Gobernación del Cauca, Invías, Acueducto de Popayán, Unidad Nacional del Riesgo, las universidades del Cauca, Autónoma y la FUP; cabildo de Poblazón, veedores comunitarios, delegados de las comunidades de las cuencas, VEER Popayán y Defensoría del Pueblo. Con el fin de articular procesos de investigación en torno a la cuenca, se cuenta con el acompañamiento de la Dirección Nacional del Recurso Hídrico del Ministerio del Medio Ambiente. Apadrina todo este proceso el ecólogo e investigador payanés, Gustavo Wilches Chaux, quien propuso esta estrategia de articulación, a raíz de un trabajo que adelantó con el Ministerio del Ambiente para el que había que seleccionar una cuenca con conflictos ambientales, y la escogida fue la del Río Molino, tras el desbordamiento de ese afluente, el 24 de diciembre de 2013. Esta cuenca sigue preocupando.
Wilches Chaux hizo la identificación general con las comunidades y las instituciones sobre la problemática y las posibles soluciones. Se identificó que no solo había que ponerles atención a los problemas ambientales, sino que uno de los principales era la falta de articulación, tanto de las comunidades como de las instituciones, y de ahí surgió como herramienta el Acuerdo de Voluntades, el cual se firmó el 1º de octubre del 2014 y desde entonces se han venido haciendo evaluaciones trimestrales de los avances, en el marco del convenio Unidad Nacional del Riesgo, Alcaldía de Popayán y Empresa de Acueducto.
Experiencia para replicar
Con el ánimo de replicar esta experiencia, varios municipios, no solo del Cauca, sino del Huila, Nariño, Cundinamarca y Boyacá han solicitado a la Fundación Río Piedras información sobre el proceso organizativo. En el plano regional, los municipios de Santander de Quilichao, norte del cauca, y del sur del Departamento recibieron capacitación.
Igualmente, este proyecto ambiental ha recibido visitas de la Agencia de Cooperación Alemana, del programa Ccafs- Ciat, con apoyos importantes, así como la colaboración del Gobierno Nacional, a través del Ideam y del Ministerio de Agricultura. En el ámbito regional ha contado con la cooperación de la CRC, Alcaldía de Popayán y de la Empresa de Acueducto. El reto ahora, según la ecóloga Recamán, es buscar nueva financiación y vincular más familias, porque según ella, queda mucho por hacer.
También las comunidades vinculadas a estos procesos han tenido visitas de intercambio, que les ha permitido conocer experiencias de otras regiones.
Se presentó a la Cepal
El resultado del proceso de investigación a través del Sistema de Alertas Agroclimáticas Tempranas Participativas, fue presentado por la Fundación Río Piedras, a la Cepal, por medio de convocatoria de presentación de resultados de estudios de estrategias de medidas de adaptación al cambio climático.
Fondo del agua
El gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Popayán, Leonardo Orozco, proyecta robustecer los sistemas de financiación, a través de la creación de un Fondo del Agua, en alianza institucional para, de esa manera, fortalecer las inversiones con un plan operativo que permita que los trabajos de conservación sean mucho más grandes, que lleguen a más comunidades, con el fin de seguirlas preparando para enfrentar los fenómenos climáticos que se avecinan.
“Creo que el agua va a ser un problema de enfrentamientos y de luchas en el futuro. El que tiene agua y de buena calidad, posee una riqueza enorme, por lo que se debe seguir trabajando fuertemente”, aseveró la ecóloga Liliana Recamán, directora de la Fundación Río Piedras.
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