El otro empalme
Columna de opinión por: Juan Carlos López Castrillón
Según un alto funcionario del actual gobierno, en Colombia existe un incremento de las decenas de situaciones críticas del conflicto social, algunas de las cuales se tornan en confrontación.
Muchas se viven en forma puntual en determinados lugares, por ejemplo: Las disputas interétnicas por la tierra en el Cauca, la violencia que genera el manejo de los narcocultivos en Tumaco y zonas aledañas, el conflicto campesino del Catatumbo, los coletazos del paro de Buenaventura, la muerte de niños en la Guajira, los nuevos enfrentamientos por espacios territoriales de las bandas que operan en las comunas nororientales de Medellín, entre otros.
Pero también hay situaciones generalizadas por toda la geografía, como el impacto humanitario y laboral de la migración de venezolanos, el asesinato y desaparición de líderes sociales, las atrocidades ambientales y humanas alrededor de la minería ilegal, el asedio de las organizaciones criminales a los campesinos que sustituyen coca, el descontento de muchos sectores del agro por temas pendientes de resolverse, el estado de indefensión de miles de campesinos desplazados a los cinturones de miseria de las ciudades como consecuencia de todos los conflictos, etc.
La atención a estos conflictos está distribuida en distintos ministerios, instituciones nacionales y gobiernos regionales, pero han tenido un seguimiento centralizado durante los últimos años, lo que ha posibilitado detectar interferencias ajenas a la esencia de esos conflictos y servir de observatorio a las acciones del Estado en procura de su resolución.
Lo anterior ha permitido reconocer que en ese río revuelto del conflicto social hay muchos pescadores que buscan distintos tipos de réditos, desde los políticos hasta los económicos.
Ese análisis es muy importante para poner en sus justas proporciones la problemática de cada región y las agendas grises de otro tipo de agitadores.
Esta semana que termina la organización indígena CRIC expidió un comunicado solicitando una mesa de trabajo tripartita para realizar un inventario de la situación actual de los acuerdos «incumplidos» por parte de los gobiernos anteriores al que se inicia este 7 de agosto.
La idea no es mala y podría tener una estructura de interlocución con lo que significa e incluye la conflictividad social de nuestro país, de pronto sea difícil implementarla totalmente antes del inicio del nuevo periodo presidencial, pero sí debería hacerse en forma inmediata al mismo, para evitar la «inauguración» con la que se especula se quiere recibir a la nueva administración, particularmente en algunas regiones.
El presidente electo ha nombrado sus equipos de trabajo para hacer el habitual empalme entre el gobierno saliente y el entrante, es muy importante que a la par tenga el mapa actualizado de las confrontaciones en curso – las de todo tipo – para no encontrarse de entrada con bombas sociales estallando al dar sus primeros pasos. Este es el otro empalme que hay que tener en el radar.
Posdata: Yerry Mina sigue demostrando cómo desde la perseverancia se consigue el éxito. La semana que termina se convirtió en eje mediático y su natal Guachené volvió a los titulares. Bien por los deportistas caucanos que triunfan en solitario.
You must be logged in to post a comment Login