El Morro de los 2 Morritos

Por en octubre 4, 2020

Por Álvaro Thomas Mosquera  

El remate de la pirámide de Tulcán con los dos montículos que la foto recuerda, en verdad es parte  del trabajo de regularización total de una topografía existente (valiosa quizás por su clara orientación solar Oriente-Occidente). Lícitamente podría afirmarse que la necesidad de acumular ese sudor, fue resultado de una minga ínter-tribal, como respuesta a una  urgencia ritual compartida de escala regional. ¿Qué urgencia? Imposible saberlo.

De otro modo no hubiese sido  viable trasladar a esa labor, un número importante de manos dedicadas a la agricultura. En consecuencia, debió haber existido un trascendental afán ínter-tribal para justificarlo ¿Qué pueblos participaron, por qué y para qué? El tiempo ha borrado esa causa, autoría y propósito. 

PUBLICIDAD

De hecho, un par de siglos antes del desembarco de Colón (vale para la historia de la extensa y compleja zona ritual de San Agustín, de la cual esta pirámide bien podría ser una prolongación), esas razones se habían esfumado en el misterio.  

La importancia de la historia, en consecuencia, no es solo la memoria verificable de los hechos cumplidos, sino también aquellos que obstinadamente dejan de ocurrir e inclusive aquellos que se desea que hubiesen ocurrido. Hoy el ideario de algunos MISAK (no del pueblo MISAK), sobre la propiedad de esta pirámide, podría colgarse de ese último perchero.

Decir que esa pirámide es del tal o cual pueblo que hoy la reivindique, es por supuesto una afirmación históricamente insostenible. En el mejor de los escenarios, podría pensarse que se trata de ese tipo de sueños que se querría que fuesen realidad. Pero hoy no se está ante un asunto de ensoñación, de prestidigitación o de prestigio. La petición MISAK debe entenderse como parte de una muy inteligente y paciente consolidación política de carácter  tras-nacional.  Es claro que la mass-mediatizada defenestración  de la estatua del Fundador que estaba en ese Morro, fue el pretexto y el claro detonante. Sin embargo, ese fue el espectáculo. Como todo ESPECTÁCULO, programado más para calentar que para iluminar.

PUBLICIDAD

Sobre la demanda MISAK de esa pirámide, se ha hablado, se han videograbado entrevistas, se han caldeado los ánimos, se ha debatido sobre el derecho ancestral  a poseerla.  Lo único concreto es el trabajo de hace 70 años del Arqueólogo Julio César Cubillos. 

En cuanto a la pretensión política ha terminado fijada en un papel, con la rúbrica de un servidor público y la de un respetable Taita. Sin embargo, ese papel no sirve para cambiar la historia. Tampoco para garantizar el interés REAL y comunitariamente sostenido, por investigar en profundidad la parte oculta de esa complejísima historia regional.  

En cuanto a ese papel firmado y muchos otros que se le añadirán, deben entenderse como soportes para avalar la ampliación de un determino control territorial. Fenómeno que va mucho más allá, en este caso y por aquello de los derechos que desprende el MESTIZAJE, de los supuestos afanes de una ideología  que se desee hegemónica.

Foto aparece en el trabajo del arqueólogo Julio César Cubillos.

Lo paradójico de todo este proceso y lo que seguirá (lleno de choques, de CORRUPCIÓN, de NARCOTRÁFICO, de CVY y de sangre derramada de inocentes), es que los lícitos derechos a la vida, a la tierra, a la educación de frontera y a la diversidad cultural, se soporten sobre la DESOBEDIENCIA

Si la pos-pandemia es el CALENTAMIENTO GLOBAL (ya hay en el planeta 40 millones de personas desplazadas por imparables desequilibrios ambientales), la urgencia de la especie humana se centrará en RE-EXISTIR. Para ello no se necesitan mentes desobedientes. Ni siquiera SUB-versivas. Serán necesarias millones de mentes SUPRA-versivas y CREATIVAS para ese, ahora, no fotográfico remate.

ETC.

You must be logged in to post a comment Login

Leave a Reply