El deterioro del cerro de Las Tres Cruces
El Campanazo.
Por El Sacristán
Los payaneses se vanaglorian de la belleza del cerro de Las Tres Cruces, el más importante patrimonio natural de la ciudad. Pero, ¿sabrán en qué situación está? ¿Lo han defendido de quienes lo vienen depredando desde hace años a través de la invasión de ese santuario ecológico? ¿Cuál es el plan de manejo y protección del cerro tutelar y de su entorno ecológico? Esta colina es de propiedad de la Gobernación del Cauca, que no ha ejercido ni ejerce ningún control. ¿Por qué se permite tanto atropello contra los bienes públicos y privados en Popayán? No hay necesidad de poner la bola de cristal, son los flamantes políticos, todos, sin excepción, tanto los que han desempeñado esa actividad como los que la siguen practicando, los culpables de auspiciar, patrocinar, promover y apoyar las invasiones, y validos de sus influencias en las ramas ejecutiva, legislativa y judicial, les han encimado encubrimiento y servicios públicos, a cambio de unos voticos. Con esas conductas torcidas han contribuido a ‘legalizar’ la cultura del robo, de la estafa, del desorden, del atentado contra el medio ambiente y de la lapidación de los bienes públicos. Después, quienes han votado por esos ‘prohombres’ se preguntan por qué la ciudad está tan deteriorada.
Es lamentable la situación del cerro de las Tres Cruces y la responsable directa es la Administración Municipal, en particular la secretaría de Gobierno que debe desalojar a quienes han invadido ese lugar, en donde no deben permanecer. ¿Qué es un problema de índole social? Con ese manido argumento el abuso y la ilegalidad siguen campeando en la ciudad y unos sujetos continúan llenando sus bolsillos.
Se sabe, por ejemplo, que ciertas personas “anillan” los árboles nativos del cerro de Las Tres Cruces, que es como un ahogamiento que hace que se sequen para poderlos cortar, porque si utilizan motosierras alertan a la CRC y sanciona a los responsables. Claro está que cuando logra hacer presencia la autoridad ambiental, los culpables han desaparecido. Cuando llegan los funcionarios, algunos de los vivos invasores alegan tener escrituras, igual sucede en predios de la Universidad del Cauca, y en otros terrenos del área de Pomona, lo que, obviamente no es verdad. Pero nada pasa, porque tienen padrinos políticos y con ese respaldo, quienes se han apropiado de lo ajeno, se atreven a demandar a los legítimos dueños, a las propias instituciones y a quienes han ‘osado’ denunciar esa actividad ilegal, y muchos medios de comunicación les sirven de caja de resonancia. Hay funcionarios probos, a quienes les duele su ciudad y tratan de hacer cumplir la ley, pero no encuentran el apoyo de sus jefes ni de la institucionalidad, porque defender la legalidad se volvió un imposible en Popayán y en el Cauca.
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