Día sin carro y sin moto
Un día poco común que cambió la rutina de los habitantes de la capital caucana.
Aunque no para todos, los que comúnmente usan el transporte público significó menos tiempo de desplazamiento a sus destinos durante el trayecto, en varios sectores percibieron un ambiente de ciudad fantasma. Cualquiera diría que entre las 7:00 a.m y las 8:00 a.m, se verían los buses, busetas y taxis atiborrados de gente, pero no. Tampoco se veía a los peatones circular por las calles, y eso que se le hizo despliegue “al día al peatón”. Se pensaba que los vecinos desempolvarían sus bicicletas y aprovecharían para estirar las piernas, pero eso se vio muy poco, tal vez estarían desinflados los neumáticos.
Mientras esa situación se vivía en el norte de Popayán, en el centro de la ciudad la situación era distinta. En horas de la mañana la congestión vehicular fue grande, se congestionó el transporte público de buses, busetas y taxis en varias vías del sector histórico. Debido a marchas de protesta de vendedores ambulantes y de destechados, a los cuales “acompañaba” un grupo de estudiantes de la Universidad del Cauca, que se encuentran en paro. Hasta el mediodía duraron las protestas callejeras, porque la hora del almuerzo en esta ciudad es sagrada.
Los destechados aprovecharon la ocasión, debido a que en Popayán se encontraba el ministro de vivienda, Luis Felipe Henao, con quien pidieron hablar.
En la esquina del parque de Caldas, la alcaldía instaló una tarima con un equipo de sonido a todo volumen, paradójicamente en el día en que la CRC estaba midiendo la contaminación por ruido.
Igualmente, la administración municipal instaló en el parque Francisco José de Caldas, varias carpas para desarrollar diferentes actividades culturales y de salud, en el marco del día sin carro ni motos.
En las vías principales primaron los colores blanco y amarillo del servicio público, transporte escolar y ambulancias, esta vez sin los afanes acostumbrados.
La Policía, como es su labor, vigiló la ciudad y detuvo varios vehículos particulares, cuyos distraídos conductores preguntaban, por qué los requerían.
Los locales comerciales permanecían vacíos a la espera de clientes, que no llegaron, y si lo hicieron fueron pocos. El concurrido centro comercial Campanario estaba desolado.
Unos pocos estudiantes de Unicauca, que apoyan el paro, permanecieron sentados en la plazoleta de Santo Domingo, tratando de “matar el tiempo”, igual se vio en otras facultades en donde la charla y el juego los distraía.
Quedó claro que los llamados “motorratones” no hacen falta, la sensación de seguridad es enorme y los taxistas tuvieron un día de ganancia. De hecho, debería llamarse “el día sin carro y sin moto en pro de los taxistas”.
En conclusión, una vez quedó claro que la capital del Cauca carece de infraestructura para que tanto el peatón como el ciclista puedan transitar cómodamente, no hay ciclorrutas, los pocos andenes se hallan en mal estado.
También se observó que los buses y busetas de servicio público urbano son contaminadores del medio ambiente. Hay que esperar el informe que sobre el particular hizo la CRC.
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