Descalificación del mensaje
Por Aura Isabel Olano Correa
Presidente Petro, no fueron 250000 personas las que marcharon en diferentes ciudades del país, porque no están de acuerdo con las reformas que su Gobierno quiere implantar a raja tabla, sin consensuarlas con los diferentes sectores de la comunidad nacional, como si se tratara de dogmas, lo que resulta antidemocrático y abusivo.
Marchó mucha gente que copó plazas y calles de urbes principales, de poblaciones medianas y pequeñas, pero no se trata del aspecto numérico, sino del claro mensaje de las concentraciones del domingo 21 de abril y de las anteriores, que le está diciendo que, como mandatario, en primer lugar, debe escuchar a sus mandantes, de lo contrario estaríamos en una autocracia, obedeciendo su voluntad como suprema ley. Un país y su ciudadanía no pueden ni deben permitir esa forma de gobernar que pasa por encima de toda consideración, del interés y el bienestar general, como si fuera el dueño de la vida y el futuro de las actuales y futuras generaciones de compatriotas.
No trate de minimizar las protestas y la crítica con respuestas simplistas, pendencieras y amenazantes, impropias de un verdadero estadista, llamado a reflexionar sobre cómo está conduciendo los destinos de la nación y cambiar el rumbo.
Si tantos ciudadanos, integrantes todos del pueblo colombiano, le dicen que está equivocado, que pone en riesgo su futura pensión, como lo han manifestado muchos jóvenes; lo mismo que su salud, al pretender acabar con el sistema actual por inanición, en lugar de mejorarlo, lo que está derivando en escasez de medicamentos, en especial para enfermedades crónicas y graves, es porque les asiste razón.
Quienes marcharon y los que no salieron, pero que tampoco están de acuerdo con sus decisiones autoritarias, no son sus detractores, son ciudadanos de todas las condiciones sociales, económicas, culturales que le están manifestando que ese no es el camino, que reflexione. Tampoco se escude que por ser el “primer gobierno de izquierda” lo quieren tumbar, lo cual es una falacia, lo que se le exige es que gobierne bien. Precisamente, debe gobernar de manera acertada, con verdaderos y reales cambios que beneficien a la ciudadanía y en pro del desarrollo nacional, sería un modelo de gobierno de izquierda, ante el cual no habría mayores reparos. Pero, debe demostrarlo.
Tampoco trate de victimizarse, como lo viene haciendo desde hace años su homólogo vecino Maduro, con el manido argumento que lo quieren “matar” y que usted está librando a Colombia de futuros malos gobiernos, eso suena a perpetuidad, qué peligro.
La ciudadanía le está pidiendo a gritos seguridad, como en el caso del departamento del Cauca, tomado por la guerrilla de las Farc y del ELN, en contubernio con narcotraficantes y mineros ilegales, en donde a diario se toman a sangre y fuego poblaciones y asesinan a personas indefensas y a miembros del Ejército y la Policía.
El Cauca debería ser prioridad de su Gobierno, no solo por la situación dramática que vive, sino porque en este departamento obtuvo una gran votación. No obstante, ha estado de espaldas a esta sufrida región, igual que su ministro del Interior, oriundo de estas tierras.
Presidente Petro, nadie quiere atentar contra usted, lo que se quiere es que escuche y no diga que “siempre hemos estado abiertos al diálogo y siempre hemos respetado nuestros principios por los cuales fuimos elegidos”, eso solo se lo creen sus adeptos.
No divida más al país, pues se colige de su trino en red social X: “Hoy se expresaron en libertad unos, las fuerzas populares deben responder, este 1 de mayo.”
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