Colombia: el país del mínimo, clara disparidad en la estructura salarial
El salario mínimo en Colombia ha crecido consistentemente por encima de la inflación y la productividad, influenciado por factores políticos más allá de lo técnico.
Se inician las reuniones de la mesa de negociación para discutir el incremento del salario mínimo (SML) para el próximo año. La decisión involucra una negociación tripartita entre gremios empresariales, sindicatos y el Gobierno nacional, en la que se consideran variables económicas como inflación, productividad y actividad económica, pero también inciden factores políticos.
En este informe ANIF presenta un análisis integral del contexto laboral en materia salarial, exponiendo los efectos de incrementos desmesurados del SML sobre el empleo y la informalidad. Si bien esta medida busca beneficiar a los trabajadores, paradójicamente desconoce a la mayoría de los trabajadores en la informalidad y profundiza los desafíos estructurales del mercado laboral colombiano.
El SML en Colombia se constituyó como un mecanismo para garantizar condiciones laborales justas, bajo la premisa de mantener el poder adquisitivo de los trabajadores y sus familias. En consecuencia, la legislación define que el incremento anual debe, al menos, equipararse con la inflación. No obstante, usualmente los aumentos han superado considerablemente la inflación. De acuerdo con los economistas, la “regla universal” para el incremento del SML sería el equivalente a la inflación más el cambio en la productividad. Ahora bien, en Colombia, los incrementos han superado lo que esa regla dictaría. Así, la decisión del incremento no ha respondido únicamente a la inflación y al dato preliminar de productividad presentado por el DANE en las mesas de concertación, sino también a factores políticos.
Lo anterior ha significado que el SML ha crecido en términos reales, fortaleciendo el poder adquisitivo de los trabajadores. Si bien, a primera vista, esto parece positivo, incrementos superiores a lo dictado por la “regla universal” pueden afectar negativamente a un segmento de trabajadores dentro del mercado laboral. En particular, los trabajadores informales y los menos calificados suelen tener ingresos laborales inferiores al SML, por lo cual se encuentran excluidos de los resultados de estas discusiones. Entre más elevado sea el SML, más difícil se vuelve para este grupo beneficiarse de los acuerdos resultantes de estas discusiones. Este grupo de trabajadores ha representado el 56,0% de los ocupados totales en lo corrido de 2024.
Además, al analizar el ingreso de los ocupados en Colombia se evidencia una preocupante tendencia de deterioro salarial, caracterizada por un incremento sostenido del porcentaje de trabajadores que percibe ingresos iguales o inferiores a un SML. Los datos muestran una progresiva concentración de trabajadores en los niveles salariales más bajos. En detalle, el 48,4% de los ocupados percibía ingresos de hasta un SML en 2015. Esta cifra aumentó a 53,3% en 2019 y alcanzó 54,7% en 2023. Este fenómeno refleja otro de los efectos de los incrementos elevados del SML: trabajadores que antes devengaban salarios por encima del mínimo terminan cobijados por el nuevo SML.
Adicional a esto, el impacto del incremento del SML se distribuye de manera desigual entre las empresas de diferentes tamaños. En efecto, el 82,5% de los trabajadores por cuenta propia ha percibido ingresos inferiores o iguales a un SML en lo corrido de 2024, mientras solo el 17,4% reporta ingresos superiores. En empresas entre 2 y 10 trabajadores, el 56,7% obtiene ingresos bajo el mínimo, con solo 28,5% superando este umbral. En contraste, en empresas con más de 200 trabajadores solo el 27,7% reporta ingresos de hasta un SML, frente al 72,3% que percibe salarios por encima del mínimo. Así, entre más pequeñas sean las empresas, mayor es (proporcionalmente) la carga que soportan en términos de costos laborales, evidenciando una clara disparidad en la estructura salarial.
Como ya se mencionó, el SML debería aumentar en línea con la inflación, para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores formales, y con las ganancias de productividad de dichos trabajadores, para reconocer su aporte a la actividad económica. Ambos componentes se reconocen explícitamente en la mesa de negociación del SML. No obstante, por la misma conformación de la mesa, donde los trabajadores informales no están representados, pero sí participan de manera activa los sindicatos, los aumentos del SML se desvían de la receta descrita.
Salario mínimo en últimas décadas
Para analizar los determinantes de los cambios del SML en las últimas dos décadas, ANIF hace un simple ejercicio estadístico que relaciona dichos aumentos con:
- Dos medidas alternativas de inflación, la observada en el momento de la negociación, es decir la inflación anual de noviembre de cada año y la inflación de fin de año (bajo el supuesto de que los negociadores tienen expectativas informadas sobre esta cifra)
- Las cifras reportadas por el DANE sobre las variaciones en la productividad total de los factores
- Una variable que mide el clima político como la favorabilidad neta (o desfavorabilidad) del presidente de la República. Esta última variable sirve para analizar si hay elementos más allá de la inflación y la productividad que participan en la determinación de los incrementos del SML. La favorabilidad del presidente no solo indica si hay incentivos por parte del Ejecutivo para fomentar aumentos más altos del salario de los trabajadores formales, que están organizados y representados en la mesa, sino que sirve también de proxy frente al clima general del país, dado que la aprobación del presidente puede responder a choques positivos o negativos externos a su gestión que impactan el crecimiento económico y la dinámica del mercado laboral.
El 90% de las variaciones del SML en el período de estudio (2000-2023) se explican por las tres variables), aunque durante los últimos tres años de la muestra los incrementos del SML han sido superiores a los pronosticados. La variable política es estadísticamente significativa, bien sea al 5% o al 10%, en las diferentes especificaciones del modelo. Cuando el presidente tiene menor favorabilidad (o mayor desfavorabilidad) el aumento del SML ha sido mayor y superior a la fórmula técnica de inflación y productividad. Diciembre 2 de 2024. Por su parte, los incrementos del SML no explicados por la inflación y la productividad tienen una correlación positiva con el nivel de desfavorabilidad del presidente. El impacto económico de esta relación es bajo: un aumento de la impopularidad del presidente de 10 puntos está asociado a un aumento del SML de 0,2 puntos porcentuales en exceso de la fórmula técnica.
Estos resultados son sugestivos, dado el número limitado de observaciones, recordemos que estamos hablando de un modelo con pocos datos. Adicionalmente, los determinantes políticos de la negociación pueden estar influenciados por un número importante de factores. No obstante, este ejercicio sugiere que la negociación del SML ha estado mediada por elementos que van más allá de lo técnico.
ANIF hace un llamado a la discusión, a pensar en los efectos económicos sobre los trabajadores no representados en la mesa cuando los incrementos del SML exceden la fórmula técnica.
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