Últimas

Bomberos de Popayán neutralizaron artefactos dejados por vándalos en sector histórico

Por Redacción en noviembre 22, 2019

A la fachada de la Alcaldía le arrojaron una mezcla de sangre de res con una sustancia agrícola que produce un nocivo efecto psicológico.

Los miembros del Cuerpo de Bomberos de Popayán, al mando del capitán Juan Carlos Gañán, estuvieron atentos a lo que pudiera ocurrir en la jornada de protesta del 21 de noviembre.

Cuando los desmanes se comenzaron a producir y que debió intervenir la Policía para dispersar a los encapuchados que estaban cometiendo fechorías en el sector histórico, los Bomberos asistieron a los habitantes del edificio Altozano, cuyas vías respiratorias estaban afectadas, debido al efecto de los gases lacrimógenos que la autoridad utilizó contra los vándalos que estaban destruyendo la sede del Icetex, oficinas ubicadas en los bajos de ese conjunto residencial y cuyos habitantes pedían auxilio, pues sentían pánico ante los destrozos del edificio y no tenían cómo defenderse.

Hacia la media noche del 21 de noviembre, luego del vandalismo, Bomberos de Popayán lavaron las calles del sector histórico.

A juzgar por la destrucción causada a las oficinas del Icetex por parte de los vándalos encapuchados, parecía que las estuvieran demoliendo, tanto en su parte externa como interna. Surge el interrogante, ¿con qué herramientas hicieron tanto destrozo? (ver fotografías).

A la fachada de la Alcaldía de Popayán le arrojaron una mezcla de sangre de res con una sustancia agrícola.

Luego de la liberación del parque de Caldas, hacia la media noche del 21 de noviembre, los Bomberos, con sus carrotanques y poderosas mangueras, comenzaron a lavar las calles y a retirar o neutralizar los artefactos explosivos que no detonaron, en especial papasbomba, y a recoger taconeras, una especie de tatucos artesanales que producen fuertes detonaciones.

Este 22 de noviembre, funcionarios de la Alcaldía de Popayán, soldados y voluntarios, comenzaron a lavar las fachas de edificaciones del sector histórico, contra las que se ensañaron los malandrines, que le arrojaron una mezcla de sangre de res con un producto, al parecer agrícola, de color café, muy fuerte, que mancha la pintura y es difícil de sacar solo con agua, jabón y cepillo. Los expertos dicen que esa sustancia usada por los agresores, tiene un efecto psicológico nocivo entre las personas, que al ver sangre revuelta con otros elementos, entran en pánico.

Funcionarios de la Alcaldía, soldados y voluntarios, ayudaron a lavar las paredes de la sede del gobierno local.

En la tarde, nuevamente el centro de la ciudad se vio colmado de gente, especialmente de profesores afiliados a Asoinca, que siguieron la protesta con cacerolazos en contra de las políticas gubernamentales y en defensa de la vida.

Así quedaron las instalaciones del Icetex, que sufrieron graves destrozos y desmantelamiento, por parte de vándalos encapuchados.

Esto ocurría, mientras los promotores del paro nacional, como los presidentes de las centrales obreras, entre ellos Julio Roberto Gómez, de la Confederación General del Trabajo (CGT), en declaraciones a medios de comunicación dijo que no autorizaba que se continuara el paro, que ya habían hecho demostración de poder popular y que ahora lo que correspondía era sentarse a dialogar con el Gobierno para promover políticas nacionales en distintos aspectos, que de tiempo atrás la población las exige. “No incendiar al país, que eso es una locura, una aventura”, afirmó el dirigente sindical. Igualmente, desautorizó al senador Gustavo Petro, por la convocatoria que ha hecho a continuar con las protestas.