¡Baje el volumen! Millones de adolescentes están en riesgo de pérdida de audición

El uso de audífonos y parlantes a volúmenes elevados y durante períodos prolongados puede causar daños irreversibles en el oído interno.
En el marco del Día Mundial de la Audición, que se celebrará este lunes 3 de marzo, expertos advierten sobre el uso indiscriminado de reproductores de sonido y su impacto en la salud auditiva. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 1.100 millones de adolescentes están en riesgo de desarrollar pérdida de audición debido a la exposición constante a niveles de sonido perjudiciales.
Liliana Dottor, fonoaudióloga y profesora del programa de Fonoaudiología de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario, enfatiza en la importancia de adoptar hábitos saludables para el cuidado de la audición. “La salud auditiva desempeña un papel fundamental en nuestra capacidad de comunicarnos y relacionarnos con el entorno. Escuchar con claridad nos permite acceder a información y mejorar nuestra calidad de vida”, señala la experta.

El impacto del sonido en la audición
El uso de dispositivos como audífonos y parlantes a volúmenes elevados y durante períodos prolongados puede causar daños irreversibles en las células del oído interno, generando pérdida auditiva permanente. Dottor advierte que, si bien no existe un tratamiento para recuperar la audición perdida, hay ayudas auditivas especializadas que pueden mejorar la comunicación oral.
De acuerdo con la OMS, más de 1.500 millones de personas en el mundo padecen algún grado de pérdida auditiva, de las cuales aproximadamente 430 millones presentan una discapacidad auditiva significativa que afecta su capacidad de comunicación.
Las autoridades municipales y de Policía deben estar atentas ante el ruido que producen los anuncios de almacenes, además con música a todo volumen. Igualmente, los estruendosos parlantes instalados en vehículos que estacionan en barrios residenciales, con diversos géneros musicales, como es el caso de Campamento, en Popayán, en donde gente de otros sitios de la ciudad, llegan a perturbar el sueño de los habitantes, provocando, en muchos casos, lesiones severas en la audición, en especial de los niños.
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