Recuperadas capillas doctrineras del Cauca

Por en abril 1, 2016

Las Capillas de San Pedro Apóstol, de Togoima; San Antonio, de Chinas; San Miguel, de Avirama y Santa Rosa, de Suin, son Bienes de Interés Cultural del ámbito Nacional.

Luego de un largo proceso de restauración, la Ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba, hizo entrega entre el 29 y 30 de marzo de 2016 de cuatro capillas doctrineras de los resguardos de Togoima, Suin, Chinas y Avirama, en el Cauca. La inversión superó los $4.800 millones.

Más de 3.000 habitantes de esos resguardos indígenas, ubicados en el nororiente del Departamento del Cauca, asistieron a las jornadas de entrega y se mostraron complacidos por la recuperación de ese patrimonio.

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El dinero invertido en dichas obras, lo aportó el Ministerio de Cultura y fue administrado por Findeter, lo que permitió que se restauraran de manera integral los cuatros templos y las colecciones muebles asociadas a cada Capilla.

El uso que se dará a estas edificaciones será educativo, cultural, artístico y también incluye el rito religioso, actividades todas, acordes con la dignidad de estos templos.

La ministra Mariana Garcés le dijo a la comunidad, que las capillas doctrineras se levantan no solo en el contexto paisajístico y cultural, sino que están en sintonía con el empeño del Gobierno Nacional por alcanzar la paz para todos los colombianos. “Es en estos espacios, con maravillosos paisajes, donde todas aquellas frases que repetimos cobran sentido. Es aquí donde se recoge la plurietnia y la multiculturalidad de Colombia. Nosotros sentimos que la paz está más cerca que nunca, que muchas veces en Bogotá no sabemos lo que la gente ha vivido del conflicto armado. Como Estado Colombiano hacemos presencia a través de los hechos, a través de este tipo de obras de infraestructura, que recogen el sentir comunitario”, afirmó la funcionaria.

A su turno, el alcalde de Páez – Belalcázar, Marco Albeiro Gutiérrez, agradeció al Ministerio de Cultura, por poner sus ojos en estos templos que tienen una riqueza invaluable, no solo en su diseño arquitectónico, sino en la vida espiritual de su comunidad.

“La recuperación de estas capillas se hizo posible gracias al Ministerio de Cultura, al trabajo conjunto de nuestra comunidad, pero también a nuestros mayores que nos transmitieron cómo se debían restaurar, dejándolas como eran antiguamente en el siglo XVII, hechas de barro”, afirmó el alcalde.

Capilla 2

Recordó el mandatario, que la capilla del resguardo de Suin se recogió prácticamente del suelo y que la comunidad no creía que fuera posible recuperarla. “Hoy es motivo de satisfacción ver cómo quedó. Estos templos están cargados de fe, de historia y de espiritualidad. Nos asiste la responsabilidad de cuidar este monumento, no todos los años vamos a tener inversión de este tipo”, indicó.

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Por su parte, Héctor Guyumuz, Gobernador de Togoima, dijo que su comunidad está llena de orgullo porque además colaboró en el proyecto de restauración. “Esta comunidad siempre ha conservado las tradiciones de sus ancestros, por eso hoy nos regocijamos de recibir la restauración de esta capilla”.

El Gobernador de Avirama, Guillermo Pardo, también destacó el valor simbólico que contiene la recuperación de las capillas. “Nuestro país ha pasado unos episodios trágicos, pero eso no nos ha hecho dar un paso atrás, por lo contrario, tenemos la certeza de que haciendo un trabajo conjunto como el que hicimos recuperando esta capilla, podemos llegar a la paz”, puntualizó.

Capillas de gran valor patrimonial

Las Capillas de San Pedro Apóstol de Togoima, San Antonio de Chinas, San Miguel de Avirama y Santa Rosa de Suin, poseen declaratoria de Bien Interés Cultural del ámbito Nacional, mediante las Resoluciones 192 de 2005 y 752 de 1998, y hacen parte de un conjunto de seis capillas Paeces que aún permanecen en la región de Tierradentro.

Los templos, patrimonio cultural de la Nación, fueron construidos como parte del proyecto evangelizador de los españoles en cuatro resguardos indígenas de la comunidad Nasa. En su origen, se trataba de un conjunto de 12 capillas dispersadas por toda la región de Tierradentro, de las que solo existen seis. Éstas se levantaron utilizando materiales del entorno, como tierra, guadua, madera, piedra, paja, fibras vegetales y animales, y con técnicas de tapia pisada y bahareque. Las cubiertas se fabricaron en madera, con sistemas de par y nudillo y se recubrieron en paja u hoja de palma, materiales que en la mayoría de las capillas fueron sustituidos hace mucho tiempo por teja de barro.

Capilla 3

“Las capillas que permanecen son una excepcional muestra del sincretismo religioso y arquitectónico entre la cultura indígena y la occidental”, indicó Alberto Escovar, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura.

Los cuatro templos intervenidos estaban en muy mal estado. Había un deterioro generalizado por falta de mantenimiento o por intentos desafortunados de restauración. Debido a estos antecedentes, el proceso a seguir estuvo claro desde el principio: utilizar técnicas y materiales tradicionales, algo que solo sería posible con el trabajo y el saber de los indígenas de cada resguardo, quienes le imprimieron un carácter particular a la recuperación de cada templo, encontrándose sutiles diferencias en las dosificaciones y procedimientos empleados para las mezclas, repellos y enlucidos. Ver:  Cuatro Capillas paeces del siglo XVIII en proceso de restauración 

Además de las obras de consolidación estructural y reintegración de cubiertas que se ejecutaron en las cuatro capillas, se restauraron 69 bienes culturales muebles que conforman las colecciones, compuestas principalmente por esculturas policromadas en madera y yeso, posiblemente traídas de Ecuador, elementos litúrgicos como copones, cálices, custodias y misales, así como por mobiliario asociado a las celebraciones litúrgicas. Todos los bienes son de carácter religioso y pertenecen principalmente a los siglos XVII, XVIII y XIX, con algunas excepciones del XX; son básicamente bienes religiosos los cuales dan cuenta del proceso evangelizador adelantado en la época colonial.

“Todo el trabajo sobre estas colecciones se hizo in situ, a la vista de la comunidad, lo cual fue clave dentro del proceso de restauración y de apropiación social del patrimonio”, concluyó Alberto Escovar.

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