El Campanazo: Eufemismos en el proceso de paz
Por El Sacristán
El presidente Juan Manuel Santos, en aras de lograr la paz, ha pedido desescalar el lenguaje, y que, especialmente, en los medios de comunicación a los miembros de las FARC no se les llame, por ejemplo, bandidos, criminales, secuestradores, narcoterroristas, sino simplemente FARC.
Para algunos comunicadores el jefe del Estado ha creado un gran dilema, pues ¿cómo decirles cuando ponen bombas? ¿Bomberos?
Cuando estallan explosivos en alcantarillas de la carretera Panamericana, ¿se les podría denominar plomeros? A los que se les encuentran laboratorios de procesamiento de cocaína, ¿en las páginas judiciales se les podría llamar ‘laboratoristas’? A los que sorprende el Ejército con cargamentos de marihuana, ¿se pueden bautizar Yerbateros? Cuando las FARC trafican con cocaína, lo que es usual en el Cauca, ¿se les puede llamar ‘droguistas equivocados’?
Frente al nuevo léxico eufemístico se impone, dicen muchos, un nuevo manual de estilo para la prensa colombiana, que sea editado por el gran filólogo Timochenko.
De esa manera los periodistas usaríamos un lenguaje políticamente aceptable, o menos ofensivo, que sustituya palabras o expresiones de mal gusto que puedan ultrajar o injuriar a quienes todos los días dan muestras de paz y reconciliación, como lo han hecho en el último medio siglo. Nada de lenguaje peyorativo, las FARC, en especial sus jefes, merecen nuestra consideración y aprecio, como hubiera dicho Godofredo Cínico Caspa.
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