Pareja de adultos mayores recuperó su tierra en Santader de Quilichao
A una pareja de esposos caucanos que había sido despojada de su finca en el año 2002 por paramilitares, le fue devuelta su propiedad por orden judicial.
La historia con final feliz para Mariela y Joaquín (*), se registró en la vereda Lomitas, de Santander de Quilichao, al norte del Departamento del Cauca, en donde sufrieron los rigores de la violencia que azota a esta región.
La sentencia proferida por el Juzgado Primero Civil del Circuito Especializado en Restitución de Tierras de Popayán, ordenó la restructuración de la vivienda, a través de un subsidio, a fin de que se garanticen condiciones de seguridad para sus habitantes. Además de devolverles su pequeña propiedad rural, también mandó reparar el daño y proteger a estos adultos mayores que regresaron a su tierra, de la que nunca debieron salir y mucho menos de manera violenta.
Los esposos recuerdan ese día, del año 2002, cuando tuvieron que abandonar su finca. Lo hicieron unas horas más tarde de haber recibido la visita de hombres vestidos de camuflado que les exigieron entregar su tierra.
No se llevaron nada más que su dolor y el deseo de regresar a su terruño. En una tierra extraña y bajo el amparo de un familiar empezaron otra vida. Mariela se dedicó a los oficios domésticos en casas de familia y Joaquín siguió trabajando la tierra, pero no era suya. Nada les pertenecía.
En el 2006 las noticias registraban que el bloque Calima de las Autodefensas se había desmovilizado. La esperanza volvía, al igual que el miedo. Sin embargo, Mariela y Joaquín tomaron la decisión de volver. Atrás quedarían sus días de carencias económicas en Río Negro, Caquetá, y un bus los traería de vuelta al Cauca.
Cuando llegaron a la vereda Lomitas de Santander de Quilichao, se instalaron en la casa de la mamá de Mariela. La finca que habían dejado, estaba cubierta de monte y su casa a punto de derrumbarse, solo los árboles frutales se mantenían en pie a la espera de los cuidados de Joaquín.
Un año más tarde, la pareja volvió a su predio, levantó las paredes de su casa con esterilla y decidió que ahí envejecería con los recuerdos de un pasado que afectó a toda una comunidad.
Se escribe una nueva historia
Los 906 metros cuadrados del predio de Mariela y Joaquín, están sembrados de árboles frutales, en medio de los cuales corren algunas gallinas y un par de gatos que les hacen compañía.
Por las grietas de las paredes de la casa se filtran el sol, el viento y la lluvia, pero también los sueños y las esperanzas de la pareja de adultos mayores que hoy, gracias al trabajo de la Unidad de Restitución de Tierras, Dirección Territorial Cauca, empieza a escribir una nueva historia.
Una huerta casera hará parte de los proyectos productivos que, junto a los cultivos de naranja, piña, bananos, entre otros, beneficiarán a los solicitantes para mejorar sus condiciones económicas y su seguridad alimentaria.
Es así como, bajo los principios de seguridad, dignidad y garantías de no repetición, Mariela y Joaquín podrán disfrutar de su tierra y vivir en mejores condiciones que las que tenían cuando fueron obligados a abandonarlo todo.
Hoy le sonríen a la vida. Mariela guarda celosamente la carpeta que contiene la sentencia porque sabe que es un boleto hacia una vida mejor. Mientras Joaquín observa con detenimiento su finca que en poco tiempo volverá a ser el paraíso que él recuerda.
*Los nombres de las víctimas fueron cambiados.
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