Una apreciación al mundo árabe y su conflicto de extremismo islámico.

Por Redacción en julio 2, 2015

Por Andrés Illera

Los difíciles tiempos que vive la comunidad árabe del siglo XXI deben ser analizados con los ojos en la espalda, es decir, con una óptica del pasado hacia mediados del siglo VII con los inicios de la expansión del imperio Islámico y el Magreb, para entender que la actual violencia provocada por el estado Islámico (ISIS) como se hacen llamar los nuevo predicadores del Islam y/o Jihadistas, son una respuesta a la difusa consolidación de los Estados Nación en esta parte del planeta.

Centremos nuestra mirada en Siria, una nación que en la actualidad no cuenta con un respaldo de la comunidad internacional a su gobierno, con un conflicto interno que ha causado más de 200.000 muertes y casi la mitad de su población desplazada por la violencia en los últimos cuatro años, y a cambio ha permitido un fortalecimiento del movimiento religioso extremista islámico. ¿Y por qué en Siria? La respuesta es a la importancia histórica de esta región para la comunidad musulmana, ya que la formación de los gobiernos árabes en el siglo VII se dieron en esta área geográfica, basados en poderes familiares heredados, que ayudaron a consolidar lo que fue llamado el Califato de Damasco, permitiendo llevar este modelo a países del Magreb (el mundo islámico del norte de África).

De esa época a hoy no parece variar mucho bajo el gobierno familiar de Bashar Al-Assad, actual presidente sirio, quien no ha logrado consolidar un Estado- Nación que otorgue garantías civiles y democráticas a la sociedad musulmana de Siria, es posible pensar que religión islámica y democracia van en direcciones opuestas y, es entendible, dados los tipos de estructuras sociales árabes que han quedado divididas en dos grupos mayoritarios: los Chiitas, quienes se consideran descendientes del profeta Mahoma, en gran parte asentados en los países del golfo pérsico (Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Kuwait, Qatar, Oman, Saudi Arabia) y Siria y los Sunitas, quienes lograron consolidar la fe religiosa del profeta escrita en el Coran (Iran, Irak, Jordán,Yemen).

En síntesis, la falta de unidad de estas dos vertientes afecta la consolidación de Estados – Nación democráticos y consolida la estructura religiosa Islámica por encima de derechos civiles.

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