De los estados bisagra a los países bisagra
Reflexiones sobre los efectos de la elección de Trump para América Latina.
Por Mauricio Cárdenas
La victoria de Donald Trump tiene consecuencias significativas para el mundo y para América Latina. Empecemos por el escenario macroeconómico: recortes de impuestos y mayor gasto probablemente ocasionarán un mayor déficit fiscal en Estados Unidos. Esto traerá mayor inflación, tasas de interés más altas por más tiempo y un dólar más fuerte. En América Latina, esto significa menores entradas de capital, monedas más débiles que generan inflación y, por ende, tasas de interés domésticas más altas.
La síntesis de estos efectos económicos es un peor panorama de crecimiento económico para Latinoamérica y el Caribe, que se suma a un escenario ya de por sí sombrío. No se espera que la región crezca por encima del 3% en los próximos años, como proyecta el FMI.
Pero ese no es el efecto más importante del triunfo de Trump. La región puede esperar pasar de un período de descuido, incluso de indiferencia, por parte de Estados Unidos a otro de mucho más involucramiento, aunque no necesariamente por razones positivas. De las guerras por los votos en los estados bisagra de los Estados Unidos, pasaremos a las tensiones políticas con los países de la región.
México será el frente de batalla en dos temas cruciales para la agenda de Trump: la inmigración y China. Trump fue el arquitecto del acuerdo comercial T-MEC durante su primer mandato y no es probable que intente socavarlo ahora, pero utilizará el comercio como palanca en las negociaciones sobre la migración ilegal. También puede buscar cambios en aspectos específicos relacionados con la alta inversión China en México para exportar a Estados Unidos, evitando los aranceles más altos que aplican a los productos chinos que ingresan directamente al mercado estadounidense.
Perú, donde se encuentra el nuevo puerto de Chancay, construido con inversión china, también podría convertirse en un campo de batalla en las relaciones comerciales. Es sabido que Estados Unidos considera que este puerto podría servir de base para la Armada china en caso de una confrontación militar.
Por su parte, es probable que Trump presione a Colombia a raíz del aumento de la producción de cocaína y la estrategia de Paz Total de Petro, que no ha dado resultados distintos a un fuerte incremento en el narcotráfico y la inseguridad. Esto provocará una mayor tensión en la relación entre Washington y Bogotá, una posible reducción de la ayuda militar e incluso la amenaza de sanciones económicas. Todo esto podría afectar al peso colombiano en mayor proporción que a las demás monedas latinoamericanas.
Por último, está la cuestión de Venezuela. Si logra adoptar un enfoque pragmático, Trump podría negociar un acuerdo con el régimen de Maduro para facilitar una transición, a cambio de alguna forma de inmunidad legal en Estados Unidos para Maduro y sus acólitos. Trump puede ser el arquitecto de una salida para Maduro que permita instaurar en el gobierno a los verdaderos ganadores de las últimas elecciones presidenciales.
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