Obesidad: ¿cómo detectarla y cuáles son las claves para su tratamiento?
En Colombia, la prevalencia de personas con exceso de peso es del 56,4 %, de manera que se ha convertido en un problema de salud pública.
La obesidad, entendida como una condición multifactorial, que consiste en la acumulación anormal o excesiva de grasa y que puede ser perjudicial para la salud, es uno de los principales factores de riesgo para que las personas desarrollen múltiples enfermedades crónicas, entre las que se incluyen la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares, así como algunos tipos de cáncer.
De acuerdo con la OMS, en 2022 la obesidad alcanzó proporciones epidémicas en algunas regiones del mundo y, según el World Obesity Atlas 2022 -publicado por la Federación Mundial de Obesidad-, para 2030 alrededor de mil millones de personas (1 de cada 5 mujeres y 1 de cada 7 hombres) a nivel global vivirán con obesidad.
En Colombia existe una prevalencia en adultos de 18 a 64 años con sobrepeso de 37,7 % y obesidad de 18,7 %. Es decir, la prevalencia de personas con exceso de peso en Colombia es del 56,4 %, de manera que se ha convertido en un problema en salud pública en el país.
Teniendo en cuenta este escenario y en el marco de la conmemoración del Mes Mundial de la Obesidad, que surge con el ánimo de generar conciencia en la población, Medtronic, compañía líder en tecnologías en salud, se suma a la conversación y comparte algunos datos clave tanto de diagnóstico para prevenirla y combatirla a tiempo, como de tratamiento para mejorar la calidad de vida de quienes ya conviven con esta condición.
¿Cómo detectarla?
Por un lado, en cuanto al diagnóstico, una de las maneras más sencillas de detección de obesidad es el índice de masa corporal (IMC). Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilogramos por el cuadrado de la estatura en metros. Los resultados se clasifican así:
Si su IMC es menos de 18.5, se encuentra dentro del rango de peso insuficiente.
Si su IMC es entre 18.5 y 24.9, se encuentra dentro del rango de peso normal o saludable.
Si su IMC es entre 25.0 y 29.9, se encuentra dentro del rango de sobrepeso.
Si su IMC es 30.0 o superior, se encuentra dentro del rango de obesidad.
Cabe resaltar que, si bien esta es una herramienta de detección que puede dar un panorama general sobre el peso, no diagnostica el porcentaje de grasa corporal ni la salud de un individuo. Para determinar si el exceso de peso constituye un riesgo para la salud, un profesional necesitará realizar evaluaciones adicionales.
Causas y consecuencias
En cuanto a las causas, cada caso es individual y al ser una enfermedad multifactorial, el trasfondo en cada persona puede ser diverso: una de las causas del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y las gastadas; pero existen también factores como la predisposición genética, los antecedentes familiares, el metabolismo más lento, los cambios hormonales o problemas psicológicos que pueden influir en que se desarrollen.
Un IMC elevado puede ser un factor de riesgo de enfermedades no transmisibles como: las enfermedades cardiovasculares (principalmente las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares), la diabetes, los trastornos del aparato locomotor y algunos cánceres (endometrio, mama, ovarios, riñones y colon). La obesidad infantil, por su parte, se asocia con una mayor probabilidad de obesidad y discapacidad en la edad adulta, así como dificultades respiratorias, mayor propensión a fracturas e hipertensión, y pueden presentar indicios tempranos de enfermedades cardiovasculares, resistencia a la insulina y efectos psicológicos.
Tratamientos y mejora en la calidad de vida
En general, mantener hábitos de vida saludables, una alimentación balanceada y un nivel regular de actividad física son claves básicas para un buen estado de salud, incluso si no se padece ninguna condición específica. Sin embargo, para un objetivo de pérdida de peso y combatir la obesidad, las principales recomendaciones son:
- Reducir las calorías y adoptar hábitos de alimentación más saludables. La pérdida de peso constante a largo plazo se considera la forma más segura y la mejor manera de mantenerlo de forma permanente.
- Incremento de la actividad física. Las personas con obesidad necesitan realizar al menos 150 minutos a la semana de actividad física de intensidad moderada.
- Un programa de modificación de la conducta puede contribuir a cambios en el estilo de vida para perder peso y no volver a recuperarlo. Es preciso entender qué factores, episodios de estrés o situaciones pueden haber contribuido a la obesidad.
Por otra parte, existen algunos medicamentos que, si bien pueden contribuir a la pérdida de peso, están pensados para usarse junto con un programa de alimentación, con ejercicio y con cambios de hábitos, no para reemplazarlos. Y de ser esta una opción para el paciente, antes de elegir un medicamento, el médico tratante analizará el historial médico y los posibles efectos secundarios del medicamento.
Por último, existen otras alternativas como el baipás gástrico, la manga gástrica y otras cirugías (conocidas como cirugía bariátrica), que consisten en hacer cambios en el sistema digestivo para ayudar a perder peso. La cirugía bariátrica se realiza, generalmente, en una última instancia, cuando se tiene un grado de obesidad mórbida (IMC mayor a 40) y la dieta y el ejercicio no han funcionado, o cuando las personas tienen problemas graves de salud debido a su peso: enfermedades cardíacas, presión arterial alta, enfermedad del hígado graso no alcohólico, apnea del sueño, diabetes tipo 2, entre otras.
Medtronic, en el mes mundial de la obesidad, invita a la comunidad a mantener un estilo de vida saludable, a realizarse chequeos médicos regularmente y a tratar cualquier condición de salud de la mano de un profesional.
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