Dizfranco nació en un garaje y hoy atiende a más de 3.000 tenderos
Alberto Díaz, su gerente y fundador, recomienda invertir en el Cauca, cree en la institucionalidad y en lo que ella ofrece.
En diciembre de 1992 el bogotano Alberto Díaz llegó a Popayán con su esposa Constanza y sus hijos Wenndy y Jair, de cinco y cuatro años, a iniciar una pequeña distribuidora de un popular snack. En enero de 1993 inició el negocio y fue básicamente el comienzo de lo que hoy es la comercializadora Dizfranco SAS., nombre tomado de los apellidos de esa pareja emprendedora, que hoy genera más de un centenar de puestos de trabajo, directos e indirectos y está implementando nuevos negocios.
Con un capital de $ 250.000, un vehículo pago a cuotas, mercancía fiada, por la que cancelaban un seguro, Alberto y Constanza comenzaron su negocio en un pequeño garaje, surtiendo a pequeñas tiendas de Silvia, a otros pueblos de esa zona y, en el sur, a Timbío, de algunos productos como salchichón.
Desde ese lejano 1993, Alberto Díaz, empresario nato, sin ninguna preparación académica, empezó a visualizar en Popayán y en el Cauca una gran oportunidad de servicio, de crecimiento, de negocio, porque en ese tiempo el tendero acudía al mayorista para abastecerse de productos de la canasta básica, pero no estaba debidamente atendido. Más tarde, unos estudios de mercado corroboraron su percepción.
Tenía habilidad para el negocio, pero era consciente de que, en muchos aspectos, como el financiero, administrativo, entre otros, le faltaba formación y requería de orientación, de asesoría, por eso acudió a profesionales experimentados y a instituciones. En ese proceso lo acompañaron Comfacauca y la Cámara de Comercio del Cauca, entidades de las que su empresa sigue recibiendo capacitaciones y apoyo en diferentes campos.
“La estructura de nuestra empresa es exitosa porque invertimos en profesionales y le hemos dado formalidad, puesto que manejamos recursos de nuestros proveedores, a quienes les retornamos el dinero a través de la venta para continuar la cadena de suministro”, afirmó el gerente Alberto Díaz.
Tener legalizada su comercializadora le ha traído beneficios, como el programa a través de Comfacauca ‘40 Mil Primeros Empleos’, que subsidió el 50 % a jóvenes bachilleres, técnicos, tecnólogos y profesionales entre los 18 y 28 años sin experiencia laboral, la cual adquirieron. Varios de ellos se quedaron en la empresa y han trascendido, lo que es satisfactorio, dice Díaz.
Cree firmemente en la institucionalidad y en lo que ella ofrece, que como empresario debe aprovechar. “A veces denigramos de todas las entidades, pero no tenemos la delicadeza de acercarnos, de pedir orientación, capacitación, hay que utilizar esos recursos de la mejor manera”, comentó. Señaló, que también ha obtenido créditos de Comfacauca, a bajo costo, para la adquisición de motocicletas con destino a los vendedores de la empresa.
Parte del logro de su comercializadora ha sido la formación que directivos y empleados han recibido de Comfacauca, el Sena, la Cámara de Comercio y de la Dian, porque es importante pasar del informalismo al formalismo. Precisamente, por tener todo en regla, con la pandemia generada por el coronavirus, Dizfranco como empresa recibió ayudas del Gobierno Nacional, que le sirvieron mucho, como el subsidio a la nómina, un aporte a seguridad social, apoyo que le permitió mantenerse y mantener el equipo de colaboradores en época tan difícil.
Pérdidas en paro y pandemia
Con el paro y la cuarentena, las pérdidas fueron muy altas, aún más por el paro que paralizó la distribución y el comercio, mientras los costos eran fijos, en especial de nómina. Hoy, esta empresa está atendiendo créditos debido a esa situación.
“En el inicio de la pandemia tuvimos que cerrar casi dos meses y cuando salieron los decretos se reactivó el comercio, nuestra aspiración era pasar ese año tratando de recuperar lo perdido. Se estaba trabajando de forma intensa, cuando llegó el paro nacional que no dio oportunidad de nada. Por lo menos en la cuarentena sí se pudo operar y fuimos privilegiados, porque el Gobierno fue claro al establecer que el suministro a tiendas no podía faltar. Agradecemos haber podido sostener el equipo de trabajo”.
“No hemos sido conformistas”
Jair Díaz, quien tiene a su cargo el desarrollo de la Comercializadora, comenzó a trabajar al lado de su padre cuando tenía tan solo 9 años de edad, hoy tiene 34. Indica que su familia no ha sido conformista, ha trabajado en pro de la evolución y el desarrollo de la empresa, que pasó de un pequeño garaje a algo más grande para dejar de ser negocio de persona natural para tomar cuerpo de empresa como persona jurídica, crear los departamentos de la compañía y responsabilizar a los jefes de área, con visión, misión y objetivos.
Pronto sus directivas se dieron cuenta de que no podían seguir llevando las cuentas en papel, que había que implementar programas, procesos y procedimientos, que un departamento de talento humano, hoy dirigido por Constanza Franco, le debía dar solidez a las demás áreas.
Uno de los mayores pilares es el tecnológico, implementado en la empresa desde hace un tiempo. Hizo el sofisticado montaje del software alemán SAP Businees One, para el manejo de cerca de tres mil referencias con las que surte a más de 3.000 tiendas.
“Con la tecnología queremos seguir siendo una empresa innovadora, promover el negocio a través de portales como APPS, Icomerx, abrir más canales de venta, crecer en el Departamento y generar más empleo”, afirmó Jair.
Esta comercializadora es aliada de las grandes empresas proveedoras en el canal tienda a tienda y administra sus portafolios. “Manejamos las tres líneas: secos, que es la mercancía en bodega; refrigerados, productos en cuarto frío, y congelación para comestibles como helados.
Proyecto con Bancóldex
Dizfranco, que opera en bodega alquilada, en la vía al Bosque, en Popayán, de 2.000 metros cuadrados, de los cuales 1.000 son de bodega, 400 de parque automotor y 600 de administración, presentó a Bancóldex un proyecto para la construcción de instalaciones propias, diseñadas para sus necesidades, a fin de fortalecer los suministros y manejar una logística especializada con el objetivo, además, de prestarles servicios a otras empresas.
Esta comercializadora atiende en preventa a 3.000 tiendas en Popayán y en ciertas poblaciones del Cauca. A otras llega a través de autoventa, con rutas viajeras en sus furgones.
Tiendas a la Mano
Sus directivas entienden que para recuperar las pérdidas hay que trabajar duro, y a pesar de los estragos causados por el paro y la pandemia, están implementando otros desarrollos empresariales, entre ellos “Tienda a la Mano”, puntos de venta de productos que comercializa.
Alberto Díaz recomienda invertir en Popayán y en el Cauca, región que ofrece muchas oportunidades. Incluso, añade, que la gente de Popayán ya está invirtiendo en su ciudad y ha cambiado un poco su cultura y manera de pensar. Sostiene que una de las fortalezas del Departamento es la educación que ofrece con importantes y variadas carreras.
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