Fundación Mundo Mujer y Banco Mundo Mujer suman esfuerzos para hacer parte de la solución social

En el mundo actual hay que estar unidos por el bienestar de todos y el progreso de las comunidades trabajadoras del país: Leonor Melo de Velasco.
La Fundación Mundo Mujer, que nació en Popayán en la década de los 80 y es la madre nutricia del Banco Mundo Mujer, ante la emergencia económica y social ocasionada por el coronavirus Covid 19, entró a apoyar a los 540.000 clientes de esta entidad financiera que está en 22 departamentos del país, los cuales tenían créditos vigentes a 31 de marzo de 2020, concediéndoles beneficios a través del programa Apoyo a las Finanzas Personales”, con una vigencia de cinco meses, a partir de este 1 de octubre de 2020, hasta el 28 de febrero de 2021.
Sobre este apoyo a sus clientes, en su inmensa mayoría microempresarios, este portal dialogó con Leonor Melo de Velasco, presidenta del Banco Mundo Mujer, y quien inició la Fundación Mundo Mujer en 1985, entidades que hoy tienen gran reconocimiento en los ámbitos nacional e internacional y trabajan por el desarrollo económico y social de los microempresarios, misión que asumió su fundadora desde hace varias décadas y que hoy favorece a miles de pequeños emprendedores que no tienen acceso a los servicios de la banca tradicional.
L.C. ¿Cómo ha sido el apoyo de la Fundación Mundo Mujer a los clientes del Banco Mundo Mujer?
L.M.V. La Fundación y el Banco siempre sumando esfuerzos para hacer parte de la solución. En el mundo actual hay que estar unidos por el bienestar de todos y el progreso de las comunidades trabajadoras del país. La Fundación con sus actividades meritorias apoya y acompaña a los microempresarios que han tenido dificultades, pues el confinamiento como medida de protección del contagio, hizo que muchos de ellos no pudieran trabajar, por lo que no obtuvieron ingresos, otros lo hicieron a medias, entonces había que pensar en la reactivación económica, en poder colaborar en esta emergencia y qué mejor manera de contribuir que darles un empujoncito a los que no alcanzaban a pagar sus cuotas; en consecuencia, entró la Fundación a pagar parte de esa obligación durante cinco meses, para que ellos se reactiven y puedan seguir con sus negocios. En este momento vemos que el apoyo era fundamental y por eso la Fundación les da ese beneficio a los microempresarios clientes del Banco.
L.C. La Fundación lo está haciendo a través del programa de Apoyo a las Finanzas Personales. ¿Cómo funciona ese programa?
L.M.V. Como un poco más del 80% de los clientes del Banco Mundo Mujer paga cuotas mensuales de hasta 300 mil pesos, se decidió que el porcentaje del beneficio que otorga para este grupo la Fundación, sea hasta el 25% del valor de la cuota mensual. Para los clientes que cancelan cuotas desde 300 mil un peso ($300.001) hasta 600 mil pesos, el aporte es del 10% del valor de la cuota; y para los clientes que cancelan cuotas de 600 mil pesos en adelante, el porcentaje de aporte de la Fundación a su cuota mensual es del 5%.
Esto se hizo para tratar de apoyar a todos de manera equitativa, porque si les hubiera dado el mismo porcentaje a todos, seguramente hubiera habido diferencia, en cambio apoyando más a los chiquitos queríamos asegurarnos de que salieran adelante, ellos que son tan recursivos, tan llenos de sentido común, con tanta resiliencia y luchadores, entonces era el momento de darles la mano, de acompañarlos, de hacer un solo equipo para que salgan fortalecidos.

L.C. ¿A qué sectores de la microempresa el Banco y la Fundación están acompañando para que salgan adelante?
L.M.V. En general a todos. Los dividimos en grandes grupos: producción, comercio, servicios y agropecuario. En comercio tenemos las tiendas de barrio, venta de ropa, puestos en las plazas de mercado. En producción, lo relacionado con materia prima, como tamales, tortas, restaurantes. En servicios están los salones de belleza, el transporte, entre otros; en el agropecuario atendemos a los pequeños productores de café, que tienen menos de una hectárea; a los productores de tomate de árbol, de mora, cría de cerdos, de pollos y producción de huevos, apoyamos las actividades de corto plazo.
L.C. Teniendo en cuenta las dificultades económicas actuales y el alto volumen de clientes beneficiados, ¿esa cartera tiene riesgo para el Banco y por lo tanto para la Fundación?
L.M.V. Sí. Como la pandemia empezó en marzo, las personas que tenían crédito vigente, otorgado hasta el 31 de marzo, se vieron más afectadas, por eso son las principales con la ayuda. Ante esa situación la Superintendencia Financiera ofreció tiempos de gracia de solo capital o de capital e intereses, de uno o dos meses, luego expidió la Circular 14 y después otra también de apoyo a los microempresarios. El crédito es un apoyo que el cliente debe pagar, por lo tanto hay que tener capacidad y voluntad de pago, en eso estamos muy atentos con educación financiera, cultura de pago, cultura de compromiso y cultura de progreso. Precisamente con la cuarentena, negocios como las tiendas de barrio tuvieron que ser productivas, lo mismo quienes empezaron con los domicilios. Con la cuarentena no pudimos visitarlos, como se hace siempre, pero ese contacto se hizo a través de llamadas y se les explicaba acerca de los créditos y qué les favorecía más.

L.C. ¿O sea que el Banco y la Fundación conocen en detalle la vida de las microempresas por las visitas y contacto permanente?
L.M.V. Sí, es la única manera de poderlas apoyar y escuchar sobre lo que necesitan y quieren para darles el servicio adecuado; es un crédito de inversión, y es como una relación crediticia en la medida en que el negocio se va fortaleciendo. El microcrédito hace crecer la actividad productiva y en esa medida se les va aumentando el crédito de acuerdo también con su voluntad y capacidad de pago.
L.C. ¿También incluye capacitación para que puedan crecer, mejorar sus productos y atender sus créditos?
L.M.V. Sí. El Banco y la Fundación tienen programas de educación financiera con distintos módulos para que los microempresarios puedan ver qué servicios ofrecen los bancos, qué es un presupuesto; tienen, por ejemplo, visita a la Ciudad Fortuna, Aprendamos en Familia, hay en los colegios educación financiera para que los niños puedan fortalecer el hábito del ahorro.

L.C. ¿Qué tan sana es la cartera del Banco?
L.M.V. Es sana en el sentido de que existe responsabilidad de parte y parte, también hay capacidad y voluntad de pago. Desde luego que ahora vivimos una crisis en la que todos hemos tenido que dar, ha sido difícil, pero vamos saliendo bien.
L.C. ¿Cómo percibe la reactivación económica en Popayán a través de los microempresarios?
L.M.V. Hay que ser responsables, saber equilibrar, tener armonía entre la salud y la actividad económica. Todos debemos adoptar las normas de bioseguridad; si yo me cuido, cuido a los demás, tenemos que trabajar con el tapabocas y la careta, guardar dos metros de distancia, con las manos siempre limpias, de esa manera yo estoy activa cuidándome. Cada uno en las actividades que ya conoce y que conoce su clientela, debemos ser innovadores y el microempresario siempre ha sido muy creativo.
L.C. ¿Cuál microempresa le ha llamado la atención por ser, precisamente, más creativa en estos tiempos de dificultad?
L.M.V. Me ha llamado la atención cómo han hecho alianzas los restaurantes con los domicilios, cómo han conseguido su transporte, porque se benefician mutuamente y refuerzan estrategias de negocio. No habían pensado hacerlo y todo esto ha sido rápido.
L.C. El Banco y la Fundación ya están en varios Departamentos, ¿cómo ha sido la relación de los clientes de esas regiones con las dos instituciones?

L.M.V. Muy buena, ha habido gran compromiso, unión y mucha comunicación, tanto con los clientes como con los colaboradores y con todas las personas que tienen relación con el Banco. La comunicación siempre ha sido oportuna y transparente, pero ahora su rol es más grande. Tenemos 179 oficinas del Banco de la Mujer en 22 departamentos y desde allí atendemos a 663 municipios y a 720.000 clientes con 4.500 colaboradores.
L.C. ¿En qué regiones del país son más activas las microempresas?L.M.V. En todo el país son muy activas, pero en especial en Nariño, Cundinamarca, Boyacá, la Costa. Cada región tiene sus particularidades.
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