Secretaria de Salud fue informada por el Invima sobre imposición de medida sanitaria a Fundación Klinger
Médico Julio César Klinger insiste en seguir tratando con interferón a la gente.
En oficio del 12 de agosto, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima, le informó a la secretaria de Salud del departamento del Cauca, Lida Mera Paz, que funcionarios de esa entidad de vigilancia y control de carácter técnico científico, en visita de inspección, vigilancia y control a la sede de la Fundación Klinger, “realizaron la imposición de Medida Sanitaria de Seguridad, por contravenir las condiciones sanitarias establecidas en los artículos 2, 72 y 79 del Decreto 677 de 1995.
Según la coordinadora del grupo de Trabajo Territorial Occidente 2, Dirección de Operaciones Sanitarias, del Invima, Sandra Patricia Gómez Montoya, la medida consiste en suspensión total de los procesos de fabricación de medicamentos biológicos, decomiso de productos y suspensión de trabajos o servicios de publicidad del producto Interferón Beta Sublingual en la página web de la Fundación Klinger.
Mensaje de Klinger
Luego del allanamiento a la sede de la Fundación Klinger y del decomiso de Interferón por parte del Invima, el médico Julio César Klingler, escribió un mensaje en su página web, en la que informó sobre lo sucedido y fijó su posición al respecto.
«Nos decomisaron todo el interferón que teníamos, al menos 50 goteros, y nos dejaron la advertencia de que no podíamos producirlo ni comercializarlo más. Yo entiendo la decisión, pero realizar el proceso para la autorización de un permiso de esos en el Invima, me tardaría unos 2 años, lo que representaría ver morir a mucha gente y no estoy dispuesto a hacerlo», afirmó el médico internista.
Agregó, que labora por años y que tiene referencias internacionales para su uso, “y lo más importante, tengo la referencia de los pacientes que he tratado con el medicamento”.
Un claro ejemplo, “es en Barbacoas, Nariño, en donde en 18 días de tratamiento con interferón, logramos que se pasara de 10 muertes y 20 remisiones a UCI semanales, a solo una por semana. Yo sé que el interferón funciona y no me voy a quedar callado viendo morir a la gente, si sé que les puedo aportar en su recuperación».
Añadió, que el medicamento está carísimo y difícil de conseguir debido a su demanda, y que para él no es un negocio, sino una manera de servir a la comunidad, sin exclusión de clases sociales o razas. “No tengo miedo de ir a la cárcel, y lo seguiré recetando como fórmula magistral, lo cual tengo derecho como médico”, enfatizó.
Para el médico Klinger, esa situación representa una persecución en su contra, incluso de colegas suyos de la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Cauca, «El deporte municipal en Popayán es la envidia», aseveró finalmente.
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