No parking no business no neighborhoods no city
Por Alberto Muñoz Olano.
Popayán es una ciudad de contrastes, de un lado, hoy goza de un crecimiento residencial nunca antes visto, con nuevos proyectos de viviendas verticales y horizontales bien pensados, de atractivos diseños, en su mayoría con piscinas y zonas verdes en la modalidad de conjuntos cerrados para todos los estratos, presupuestos, tamaño y gustos.
Por otro lado, de forma desordenada el comercio se ha venido apoderando de los antiguos barrios residenciales, en sectores donde las vías fueron construidas para un tráfico liviano, acorde con el uso residencial, y no el comercial, por eso no existen sitios para parqueo de vehículos. Las vías no soportan el peso del tráfico pesado, cada día en aumento; los andenes y antejardines están haciendo las veces de parqueaderos, obligando al peatón a caminar por la mitad de la vía, con grave riesgo de ser atropellado por algún carro, o lo que es más probable, por un “moto ratón”.
Por supuesto, para convertir una vivienda en local comercial, se debe tener un permiso expedido por una curaduría, con base en las normas de Planeación Municipal, previamente aprobadas por el Concejo de la ciudad. Entonces, no se entiende por qué se permiten esas transformaciones sin la debida infraestructura, sin estudios, sin planeación. ¿Acaso ignoran el daño que le hacen a la ciudad? Sabemos que el POT está desactualizado y que se debe reformular, pero que sea con visión de largo plazo para evitar el desorden urbanístico, o que se permita, como hoy está ocurriendo, que se construyan bodegas en sitios residenciales y educativos.
Hay que definir y reglamentar las zonas netamente comerciales, de las residenciales e industriales, porque todos los usos se están entremezclando. El orden es factor principal en la planeación, porque significa calidad de vida. Lo hemos visto en El Empedrado, donde los camiones, la bulla, la falta de espacio público y de sitios para parquear, han deprimido el sector con grave perjuicio para sus vecinos. Hay muchos más ejemplos en sectores de la Esmeralda, del barrio Bolívar y, desde hace un tiempo, en Catay, Antonio Nariño, El Recuerdo, Ciudad Jardín, entre otros barrios, en los cuales las vías son tan estrechas, que con un solo carro mal estacionado se congestiona todo el sector.
Lo contradictorio, es que existiendo proyectos exitosos como el centro comercial Campanario, con una gran oferta en cines, ropa, comida, bancos, bares, restaurantes, parqueaderos, seguridad, áreas peatonales y, sobre todo, orden, no se impulsa la creación de más centros de este tipo en otras zonas de la ciudad, cuando se advierte la necesidad de nuevos espacios para atraer otro tipo de servicios y negocios.
Precisamente, un empresario comentaba que se había visto obligado a comprar una casa en sector residencial y adecuarla para su negocio, por falta de nuevas zonas comerciales en Popayán, porque de haberlas, las habría preferido, por cuanto le resultó más costoso y sin parqueo ni zona peatonal para sus clientes.
Ante esta situación, cabe preguntar: ¿En dónde están los empresarios, los emprendedores y los dueños de grandes predios? Debido al crecimiento de la ciudad, podrían generar nuevos proyectos comerciales y empresariales de diversa índole. Popayán necesita más clínicas, más conglomerados de salud, como el de La Estancia, más sitios para desarrollos industriales, más centros comerciales, no solo en un sector, sino en los diferentes puntos cardinales de la ciudad.
publicado en la edición impresa del 11 de abril de 2014
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