Queremos creer en el próximo Gobierno de Popayán

Por en diciembre 26, 2019

Por Aura Isabel Olano

En medio de una gran expectativa, este 27 de diciembre en horas de la mañana, toma posesión del cargo de alcalde de Popayán, el abogado Juan Carlos López Castrillón, quien comenzará oficialmente su gestión el 1 de enero del 2020.

“Creo en Popayán”, fue el eslogan de la campaña de López Castrillón, y hoy la ciudadanía, completamente desmotivada por la mediocre gestión de los últimos cuatro años, quiere creer que el nuevo alcalde le dará un giro total a la administración local y comenzará a sacar a la ciudad del estado de postración, de abandono, de desgobierno, de indisciplina ciudadana, en que se encuentra. 

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Basta ver el deprimido sector histórico, que es la joya de la corona para el desarrollo turístico de la ciudad, convertido en un mercado persa; sus calles llenas de ventas ambulantes, de basura, de huecos, andenes rotos, desorden, pitos, motocicletas estacionadas en cualquier lugar, lo transformaron en una gigantesca plaza de mercado, ante la indiferencia del desgobierno del “Cambio”. Es doloroso decirlo, pero el sector antiguo hoy produce tristeza. Y no solo es el sector antiguo, el resto de la ciudad no está mejor, hay desorden por doquier, las calles, a pesar de unas reparaciones, tienen un rosario de huecos, ni qué decir del desorden urbanístico que, aprovechando el caduco POT, se han cometido graves desafueros, ante la complicidad de Planeación Municipal y de las curadurías urbanas. 

Es necesario desestimular la construcción de edificios en barrios residenciales, de calles estrechas, con pavimentos que ya cumplieron su vida útil, sin parqueo, porque esa hiperdensificación afecta la movilidad y la calidad de vida de la gente.  

Popayán requiere con urgencia una nueva mentalidad, una visión de verdadera ciudad capital, que sea de largo plazo, con unas políticas viables y al tiempo ambiciosas en lo económico, social, empleo, infraestructura, vivienda, medio ambiente, parques, recuperación y defensa del patrimonio arquitectónico, artístico y cultural. Hasta sus puentes se están cayendo a pedazos, sin que la administración que, por fortuna termina, haya hecho nada por el mantenimiento de esta vital infraestructura. Mención aparte merece la situación lamentable del histórico puente antiguo de Cauca, desatendido por el Municipio, porque quizás, desde el alcalde del “Cambio”, hacia abajo, pasando por Planeación y por Infraestructura, al parecer nada saben de lo que significa esta obra arquitectónica, concluida en 1780, y ahí están las consecuencias de una actitud casi criminal con un ícono no solo de Popayán, sino de Colombia.  

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El alcalde que hoy jura cumplir y defender la Constitución y desempeñar los deberes que le atañen, no solo tiene un reto, también una empresa que le implicará gran trabajo para recuperar y desarrollar la ciudad, de la que, incluso, no se sabe a ciencia cierta cuántos habitantes tiene. Como un buen director de orquesta, deberá nombrar una excelente nómina de músicos y que cada quien ejecute muy bien el instrumento que deberá tocar para no desafinar, pues Popayán no soportaría otra decepción.   

Se imponen tareas urgentes, que además de poner orden en el sector histórico, convertido en fritanguería, es necesario, por ejemplo, la actualización de la base catastral, cuya información es deficiente; ajustar y actualizar el Plan Especial de Manejo y Protección del Sector Antiguo (PEMP), que el 14 de abril de 2020 cumple 10 años de su publicación, sin que se haya implementado de verdad, por falta de voluntad política y de visión. Se requiere la creación de la oficina del sector histórico; rescatar los cerros tutelares de la desidia y la politiquería que permitieron una espantosa invasión.

Muchas obras públicas se han hecho sin los respectivos diseños; la ausencia de planeación es total; la ciudad se rige por el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del año 2.000, de ahí el desorden y los desafueros que se han cometido. Este Plan debe seguir en discusión, preservar lo que esté bien sustentado, conservar el suelo rural para agricultura y protección forestal, proteger los humedales y los cerros, densificar y optimizar el suelo urbano. Es decir, construir una verdadera carta de navegación para la ciudad. 

Se debe acelerar la reconstrucción de vías, porque hasta ahora va el 40% de la red existente, construir nuevas corredores viales que son urgentes para solucionar la movilidad. Mejorar los cronogramas de construcción de vías del Sistema Estratégico de Transporte Público, que acusa gran atraso, construir la Ptar. Es necesario desarrollar el embalse de Julumito, no solo como reserva de agua, sino también como control de inundaciones y desarrollo ecoturístico.      

En fin, son muchas las obras, los proyectos, el mejoramiento de los servicios públicos, las nuevas políticas y estrategias que el gobierno Municipal debe implementar para desarrollar y desatrasar la ciudad en los diferentes aspectos.

Confiamos en la capacidad de gestión del nuevo alcalde, quien tiene una vasta experiencia administrativa y gerencial. Esperamos, además, que su deseo sea solo el de acertar por el bien de su ciudad y de sus conciudadanos, actuales y nuevas generaciones, sin que gobierne pensando en otras aspiraciones políticas, como suele suceder. Si su labor es recocida al concluir el período, sería otro cantar. También esperamos un gabinete idóneo, que no obedezca a gamonales.    

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