Una ciudad desorganizada
Por Alberto Muñoz Olano
La ciudad de las paredes blancas ha tenido cambios en los últimos años y debido al crecimiento poblacional, han surgido iniciativas comerciales, empresariales e institucionales.
Si bien es cierto que existe escepticismo entre payaneses de invertir en su ciudad, eso no sucede con inversionistas foráneos que ven en la capital del Cauca un lugar con grandes oportunidades. Tanto así, que hay una nueva generación de gente pudiente, con acentos diferentes al nuestro, que tiene un bajo perfil, no le gusta llamar la atención, algunos manejan sus negocios desde su ciudad de origen, otros están contentos en esta tierra, en las faldas del volcán Puracé y están sembrando sus raíces.
Ciertos malpensantes, que ven cómo otros obtienen dividendos, afirman que esa plata es producto del narcotráfico. Creo que es injusto generalizar y crear un mal ambiente alrededor de quienes invierten un capital bien habido y generan empleo.
Pero es más sorprendente aún, que nuestra ciudad no se esté preparando para recibir estas iniciativas comerciales y empresariales, como ocurre en otros lugares del país. Han transcurrido 17 años sin que el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) se actualice, y a pesar de que en esta administración se ha trabajado en ello, la mayoría de la población no ha sido socializada de los cambios que se plantean. Hay puntos importantes a tratar, entre ellos la involución de los barrios residenciales, convertidos en zonas comerciales; la construcción de torres en pequeños lotes en los cuales había casas y los transforman en 20 apartaestudios y sin parqueaderos. Muchas veces se ha escrito sobre este tema en el Periódico La Campana, pero las administraciones dejan pasar el tiempo, dejan crecer los males y se los ceden al siguiente mandatario.
Otro punto importante es el crecimiento de la ciudad; solo hay 300 hectáreas, mal contadas, como zona de expansión desde el año 2002 en tres sitios de la ciudad: El Aljibe con 52 hectáreas, situado a la entrada del conjunto residencial Valle Robledo, con un kilómetro de vía pavimentado por los constructores de los conjuntos residenciales aledaños, no por el Municipio de Popayán, y otro kilómetro en destapado, camino estrecho y mal concebido, con curvas caprichosas, diseño de alguien que no sabe de vías.
Otra área es la de El Bosque, con 107 hectáreas, en el sector noroccidental de la ciudad, en donde se encuentra el Complejo Deportivo, zona que se está formando por varios y bonitos proyectos habitacionales, pero que en pocos años no tendrá suficiente espacio para otros desarrollos.
La tercera es Lame, con 148 hectáreas, se inicia junto al Centro Comercial Terraplaza, bordea el norte del barrio La Paz y termina en inmediaciones del Centro Penitenciario San Isidro, sin un plan vial; tiene dos entradas, una por detrás de Terraplaza, también estrecha, aunque pavimentada, pero muy peligrosa, son numerosos los accidentes en ese trayecto. El otro acceso sería por el barrio La Paz, atravesando toda la vecindad para usar una de sus pequeñas vías internas y así ingresar a la zona de expansión, difícil en verdad.
Esta falta de planeación hace que los pocos lotes bien ubicados se valoricen de forma exorbitante, en algunos lugares están pidiendo hasta un millón de pesos por metro cuadrado, otros más conscientes y menos avaros, piden ochocientos mil o un poco menos. Claro que si hablamos de los lotes pequeños, los valores están aún más inflados. ¿Qué significa esto? Que se está creando en Popayán una burbuja inmobiliaria que pronto será insostenible, porque el comprador final de un apartamento, apartaestudio, casa o local comercial, simplemente no podrá pagarlo.
Es increíble que no se hable de zonas solo comerciales, con buenas vías, amplios andenes, ciclovías y adecuado parqueo, en las que los nuevos comercios puedan desarrollarse sin acabar con los barrios residenciales ya conformados, de vías estrechas y sin en dónde parquear.
¿Será que Planeación Municipal podrá aumentar las zonas de expansión en diferentes zonas de la ciudad, que sean al menos 10 veces más grandes para que se disminuyan los precios por metro cuadrado de los inmuebles y los privados puedan desarrollar los proyectos que tienen?
Que la nueva Administración Municipal exija dejar amplias áreas para desarrollar solo comercio, que se prohíba la construcción de edificios de varios pisos en angostos lotes, casi sobre los andenes y en barrios sin buenas vías internas.
Hay inversionistas que le quieren apostar a Popayán, que quizás ven lo que la miopía de la mayoría de lugareños no permite observar, pero se requiere de la decisión y gerencia del nuevo Gobierno, con una visión de ciudad capital, de verdadera planeación, que haga conciencia entre la ciudadanía de la necesidad de enfrentar y sacar adelante proyectos que Popayán requiere con urgencia, que no se politicen, como suele suceder y de ahí el atraso secular al que mentes estrechas han llevado a Popayán, degenerando en desorden a todo nivel.
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