La madre del terror: Psicosis, de Hitchcock, se exhibirá en Popayán

Por en mayo 6, 2019

Llega como la cuarta entrega del ciclo de cine clásico para obsesivos compulsivos que se muerdan los dedos.

Psicosis, la película de terror del genio británico Alfred Hitchcock, considerada un referente fundamental del género, se presenta en Popayán en dos funciones: el 7 de mayo, a las 8:00 p.m., y el 12 de mayo a las 12:30 p.m., en el centro comercial Terra Plaza. Es una versión restaurada de esta escalofriante historia.

En el 2007 esta obra de miedo, fue clasificada en el puesto 14 como una de las mejores películas de todos los tiempos, según el Instituto Americano del Cine. A pesar del bajo presupuesto para su realización, fue la película de Hitchcock que más dinero recaudó, llegando a la exorbitante cifra, para la época, de 15 millones de dólares.

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Psicosis se estrenó en 1960 y fue la última película en blanco y negro que realizó Alfred Hitchcock. La filmó de esa manera, porque pensó que en color sería demasiado sangrienta. Sin embargo, la razón principal fue porque quería hacerla lo más económica posible. Está inspirada en la novela homónima escrita en 1959, por Robert Bloch, la cual toma como insumo narrativo los crímenes de Ed Gein, un asesino en serie que residía en Wisconsin y que ha sido caracterizado en varias películas.

La cinta más popular de su creador comienza con el robo de una muchacha próxima a casarse. Huye con el dinero y se ve obligada a refugiarse en el Motel Bates. Ella (Janet Leigh) es recibida por un joven recepcionista (Anthony Perkins), quien vive en una casa contigua, acompañado de su madre. Poco a poco, la intriga se va convirtiendo en una siniestra pesadilla, en la que las sorpresas no cesan y el miedo se apoderará de los espectadores aun hoy, a casi 60 años de su realización.

Película

Horror en la ducha

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La histórica y reconocida escena de la ducha fue rodada entre el 17 y el 23 de diciembre de 1959. La secuencia finalizada tiene 77 ángulos de cámara diferentes e incluye 55 cortes distintos. Janet Leigh solo tuvo tres semanas para trabajar en la película y pasó una completa filmando esta secuencia. Hitchcock originalmente imaginó la secuencia completamente silenciosa, pero Bernard Herrmann, compositor de la banda sonora de la película, siguió adelante y escribió la música de todos modos. Al escucharla, Hitchcock inmediatamente cambió de opinión.

Para uno de los planos en los que la actriz mira hacia el chorro de agua que sale del cabezal de la ducha, Hitchcock mandó a construir un cabezal especial de un diámetro de casi dos metros que tenía bloqueado los chorros centrales, para que el agua rodeara la cámara en una especie de cono sin mojarla o salpicarla directamente. Gracias al blanco y negro, Hitchcock pudo utilizar sirope de chocolate para simular la sangre en la ducha, pues parecía más real. Para imitar los sonidos de la carne humana siendo apuñalada, se utilizaron melones. Esta es la primera película norteamericana en mostrar un inodoro en uso en la pantalla.

«Psicosis era un chiste, pero descubrí que algunos se la tomaban en serio. Mi intención era hacer que la gente gritara, chillara y todo eso… pero no más que en una montaña rusa», dijo Alfred Hitchcock.

Obsesionado con que el público pudiera disfrutar de una experiencia única, este cineasta hizo hasta lo imposible para que cada uno de los asistentes viera la película como él quería. Para introducir a los espectadores en el filme como voyeristas, usó una lente de 50 mm, la cual da la aproximación más cercana a la visión humana. En las escenas donde Norman (Anthony Perkins) está espiando a Marion (Janet Leigh), se siente este efecto. Su habitual cameo sucede en esta ocasión en los primeros minutos de la película, esto porque, según él, el público lo estaría buscando y se distraería de la trama de la cinta.

Cuando el elenco y el equipo comenzaron a trabajar el primer día, tuvieron que levantar la mano derecha y prometieron no divulgar una palabra de la historia. Hitchcock también retuvo la parte final del guion de su reparto hasta que llegó el día de rodarlo. El director británico decidió comprar los derechos de la novela de forma anónima por 9.000 dólares. Después de esto envió a uno de sus asistentes a comprar todas las copias del texto que pudiera encontrar; esto con el fin de que el público no pudiera conocer el final de la historia sino hasta ver la película. Incluso, tenía una silla con «Mrs. Bates» escrito en la parte posterior, colocada de manera prominente y exhibida en el set durante el rodaje. También engañó a la prensa al decir que Dame Judith Anderson interpretaría el papel de la Sra. Bates; todo esto con el fin de mantener el enigma del final de la historia.

Como ya era costumbre, el británico prefirió filmar en interiores en un estudio de sonido. Además de la casa que mandó a construir inspirado en una pintura del icónico artista norteamericano Edward Hopper titulada House by the Railroad, Hitchcock ordenó construir un segundo exterior de mansión, duplicado, que consiste solo en el porche delantero para poder hacer planos de transición entre el exterior de la casa y el estudio donde se rodaron las demás escenas.

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