Los Bárbaros nietos de Quintín Lame

Por en marzo 13, 2019

Opinión Por Alberto Muñoz Olano

Hace algún tiempo estaba viendo los episodios de un programa del canal History Channel, llamado Bárbaros, el cual mostraba la caída del imperio Romano y la destrucción de la cultura Greco Romana, tal y como se conocía. La principal causa fue la rebelión de los que llamaron Barbaros, poblaciones europeas al amparo del imperio Romano que nunca pudieron ser parte o reconocerse como romanos.

Con el tiempo y gracias a las riquezas, el conocimiento, la infraestructura y el comercio que entre tantas cosas aprendieron del imperio Romano, decidieron enfrentarse a los que ellos llamaban esclavistas, eso sí, para lograrlo, tomaron las armas y empezaron un sinnúmero de ataques contra el establecimiento de la época. En ese periodo de luchas murieron cientos de miles de personas, finalmente se apropiaron de vastos territorios en diferentes partes del imperio, dando inicio a la edad media o del oscurantismo como le llamaron varios historiadores.

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Con estos episodios se terminó el desarrollo cultural y social más importante de toda la historia humana, la democracia.

El nombre de Bárbaros se lo ganaron por los métodos usados para quitarles los territorios a quienes habitaban en ellos, la gran mayoría pobladores que no tenían nada que ver con el imperio y sus gobernantes, eran personas que trabajaban su tierra, comerciaban, aprendían latín y pagaban impuestos al imperio, la mayoría gozaba de la paz, la tranquilidad, la libertad de poder trabajar sin que poblaciones extranjeras los saquearan, mataran y violaran a sus mujeres.

Irónicamente los mismos Bárbaros acabaron esa tranquilidad, porque al retirarse los Romanos quedaron expuestos a las violaciones, robos, esclavización y desplazamiento, porque los Barbaros llegaban para quedarse con esas tierras y solo se las compartirían con su comunidad y alguno que otro aliado para conseguir su autonomía, la de ellos solamente.

Así se tomaron grandes extensiones de tierra, más de las que pidieron originalmente al mismo imperio y se dio inicio a la edad media, sin democracia, ni leyes, ni respeto por los débiles u otras comunidades.

Guardando las proporciones, Colombia está sufriendo algo similar y posiblemente en unos 30 años la República de Colombia pierda más territorio, así como antiguamente perdió el Istmo de Panamá, o los vastos territorios del sur, que hoy son parte del norte del Perú, del Ecuador y ‘alguito’ del coloso brasileño, como si no tuviera más territorio.

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Ahora que nuevamente los autoproclamados nietos de Quintín Lame, apoyados por el voraz CRIC y otras organizaciones con intereses particulares en común, cierran las carreteras caucanas, recuerdo los mismos actos vandálicos que usan, que cada vez se vuelven más bárbaros en sus procedimientos delictivos y eso que todo el día proclaman la paz y los derechos humanos, los de los indígenas y sus aliados, no de los criollos, los mulatos, los zambos o los afros.

¿Qué similitudes hay con los Bárbaros que en otrora época acabaron con un imperio?

1. Pidiendo tierras y más tierras para sus comunidades.
2. Exigiendo autonomía en todos los campos
3. Exigiendo recursos para manejarlos ellos mismos.
4. No pagando impuestos.

Eso está pasando con los indígenas caucanos a los que el Gobierno Nacional por el solo hecho de ser indígenas, les ha regalado miles de hectáreas, les entregó el manejo de la salud y la educación, eso sí, todo pagado con los impuestos de los colombianos. Hasta ahí les ha ido mucho mejor que a los Bárbaros de la edad media. Claro que resultó ser tan buen negocio que ya se institucionalizó hacerlo cada año, pidiendo más plata, tierras y ahora vivienda, todo gratis, no como al resto, que debe trabajar para conseguir esas cosas. Si seguimos así, el Cauca, después Nariño y el sur del Valle, serán manejados por estas bárbaras etnias, que no les interesa la economía regional, ni la propiedad privada de los demás, ni los derechos humanos de los otros, ni la ley colombiana, salvo que les convenga.

La autonomía la han logrado, no con guerras, pero si con acciones de hecho: restringen la movilidad cuando les provoca, pegan, insultan, mienten, desplazan, amenazan y se llevan por delante a quién no esté de acuerdo.

Tienen a su servicio a miles de parlanchines que los apoyan, la gran mayoría no vive en el Cauca, no son caucanos y no conocen estas tierras. Algunos son teóricos revolucionarios del socialismo, que se autoproclaman humanistas y se van por sus sentimientos básicos de ayudar a los “débiles”, creyendo que se le puede regalar todo a los que nada producen, pensando que van a producir, aunque no quieran hacerlo.

Bien lo dijo el señor indígena Quintín Lame a un payanés de la época, que le preguntó por qué persistía en que los criollos se tenían que ir del suroccidente colombiano, “el gran Cauca”, ya que varias generaciones habían nacido en este suelo, que social, económica, política e intelectualmente estaba más avanzados que la mayoría de territorios del país, y que por sus venas también corría sangre indígena. Quintín Lame le contestó, que eso no le interesaba, que todo el territorio era ancestral y debía ser solo para los indígenas, que quería volver a como era antes de la llegada de los españoles.

Y para allá vamos… desplazados y todo pagado con nuestros propios impuestos.

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