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Una pasión que revive la historia del automóvil en Colombia

Por Redacción en noviembre 14, 2013

Cazando tesoros con Enrique Perdomo.

Por Alberto Muñoz Olano

Enrique Perdomo es un Payanés que tiene una pasión que lo consume desde hace 25 años: los vehículos antiguos, y no solo son los automóviles, también reconstruye motos, bicicletas, carros para niños, tractores y otros tantos.

Podría decirse que es una mezcla entre “Loco por los Autos”, “Cazadores de Tesoros” y “Los Restauradores”, programas que se transmiten por el Canal History Chanel. ¿Quién podría creer que esto también se hace en nuestro Departamento, el Cauca?

Camión Ford modelo 1932 totalmente original. Enrique Perdomo, su dueño, posando al lado.

¿Cuánto tiempo lleva con su afición a los carros antiguos?

Llevo más de 25 años con la afición a los autos antiguos y mi idea es recuperar parte de la Historia de Popayán y de Colombia, tanto de vehículos como de equipos de transporte que fueron figura en el desarrollo de nuestro país.

¿Cuántos automóviles ha restaurado hasta ahora?

He restaurado ocho carros, aproximadamente y tenemos tres en proyecto, un camioncito Ford modelo 1932 totalmente original, que se va a restaurar completamente, de hecho ya está funcionando su motor. Un Mercury convertible, modelo 1946 es el proyecto más adelantado, vamos en la etapa de preparación de la carrocería. El tercer proyecto es otro Mercury, que fue partícipe en la época de las competencias de carros, que comenzó en los años 30 hasta los 50. En ese tiempo los carros no venían hechos para las competencias, eran vehículos normales, pero sus dueños que eran aficionados a las carreras, los convertían para poder competir con sus propias máquinas. Respetando su historia lo vamos a restaurar como el carro de carreras que fue antes. Este Mercury de carreras va a ser el único que tendremos en el sur occidente colombiano, así de especial es.

Mercury convertible modelo 1946 es el proyecto más adelantado, vamos en la etapa de preparación de la carrocería

¿Cómo es el proceso para lograr la restauración de un auto antiguo?

Inicialmente comenzamos la búsqueda de un vehículo que cumpla con los requisitos de antigüedad y que esté en condiciones de repararlo. Adquirido el carro viene el desarme, siempre tomamos fotografías para tener una referencia a la hora del armado, porque debemos despojar hasta la última tuerca de su lugar. Después empieza la restauración de pieza por pieza iniciando por el chasis, le sigue el motor, luego la parte mecánica, después las latas y por último la parte estética del vehículo.

¿Es costoso y dispendioso reconstruir un auto antiguo?

En nuestro caso no es muy costoso, porque nosotros mismos hacemos la restauración, a veces elaboramos algunas piezas que no se consiguen o son muy caras, tal como salieron de fábrica, esa economía nos permite reconstruir estos carros antiguos, porque si se llevan a donde un restaurador de categoría, saldría muy costoso. Este “Hobby” lo llevamos en el corazón, nos sirve de recreación, de terapia mental y lo hacemos con mucho aprecio y cariño.

Así quedará el Mercury convertible modelo 1946

¿Qué características debe tener un carro antiguo que sea merecedor de ser restaurado?

Primero debe tener las características que cumpla el carro en su originalidad, que tenga el mayor porcentaje de piezas originales para que sea fácil de restaurar y a un precio módico. En estos tres proyectos que tenemos nos hemos empeñado, porque queremos que se roben las miradas de las personas y que dejen huella en cada una de ellas.

¿Los carros que reconstruyen son de Popayán?

El Mercury convertible modelo 1946 tiene placas de Popayán, el Ford modelo 1930 tiene placas de Bogotá, se consiguió en los llanos orientales donde estuvo 30 años guardado en una bodega y lo tenían como desechado.

Velocípedo de finales del siglo XIX que se caracterizaba por su diseño y falta de ingeniería. Era frecuente que sus conductores se fueran de cabeza, ya en el siglo XX invirtieron la rueda pequeña hacia delante y le cambiaron el sistema de dirección. Esta es una pieza de la historia del transporte en Colombia que tiene unos 100 años.

¿Cuáles son las mayores dificultades a la hora de reconstruir?

La parte mecánica, por lo general se consiguen los repuestos por ser de Ford y el Internet ayuda a encontrar lo necesario, la parte estética y lámina es lo más demorado porque tratamos de rescatar las mismas latas, las mismas piezas y necesita más tiempo y en estos proyectos hay una mayor exigencia a los trabajadores.

¿Van a ser antiguos o clásicos?

Nuestra meta es que sean antiguos y clásicos de exhibición, por eso nos estamos exigiendo en el resultado final. Desde hace 5 años con unos amigos poseedores de vehículos antiguos hacemos exhibiciones en el parque Caldas, en el marco del Congreso Gastronómico, para que la gente los aprecie; nos sentimos muy orgullosos cuando las personas nos piden tomarse una foto al lado de nuestros vehículos, nos alaga, a veces las palabras sobran.

Vehículo de pedal, de color Beige para los niños, en lámina de la época del cincuenta, actualmente restaurado.

¿Van a desfiles en el territorio colombiano?

En las ocasiones que hemos tenido los vehículos listos participamos en los desfiles de Cali, Medellín y en Bogotá hacemos presencia aunque aún no he llevado de los míos.

¿Cuál es la finalidad de tener estos carros?

He construido carros por negocio, pero estos últimos son para recuperarlos y tener el orgullo de poseer un carro de tantos años. La idea es quedarse con ellos y ojalá podérselos dejar a nuestros hijos.

Mercury de carreras modelo 1946 el proyecto más esperado.

¿Qué tiene de especial el Ford Mercury 46 de los modelos anteriores?

El modelo Mercury se fabricó por una diferencia que existía entre el Ford T, el Ford A y el Lincon. El Lincon era un auto familiar de alto prestigio en los Estados Unidos, por ese entonces Edsel Ford, hijo de Henry Ford, quiso fabricar el Mercury, un auto de precio intermedio entre los automóviles Ford y Lincon. Los primeros modelos del Mercury tenían acabados sencillos, pero después de la segunda guerra mundial, al regresar los soldados de Europa pedían un carro más lujoso, por eso después se fabricaron con más esplendor, más biseles y más níquel. El resultado, el Mercury Eight.

¿Cómo un automóvil familiar puede llegar a ser un carro de carreras?

El Mercury modificado para carreras que tenemos también modelo 46, es el resultado de aumentar la velocidad de los vehículos entre los años 30 y 50, llamados Speedster. Un corredor argentino, muy famoso por ese tiempo, era Juan Manuel Fangio, que tuvo grandes logros como batir records de velocidad alcanzando los 200 kilómetros por hora. Entonces la meta para algunas personas era lograr un auto veloz y competir en su región. Algunos de estos carros modificados están en museos.

Bicicleta adler Alemana modelo 1932 tiene una caja de 3 cambios muy sofisticada, que aún hoy asombra a ingenieros.

¿Qué otros vehículos, aparte de los automóviles, está restaurando?

No todo el esfuerzo se concentra en los automóviles, además estamos tratando de conseguir y restaurar bicicletas, triciclos y otros vehículos antiguos que los dueños están a punto de venderlos como chatarra. Hasta ahora he logrado rescatar algunos que están en el proceso de restauración y otros terminados. La tarea es que la gente recuerde sus épocas de infancia o juventud, cuando los vean restaurados, nuestra gratificación es que revivan esa historia que fue muy bonita.

Tengo unos triciclos de pedal, traídos a Colombia en los años 50, también los traían personalizados. Adquirí un tractor Pedal Track, un carro de bomberos y otro Ford tipo 28. Restauramos un carrito Mercury modelo 39. Todos se han recuperados de las chatarrerías, alas que llegan porque la gente los bota al verlos viejos y feos, los salvamos de las prensas que los convierten en dos kilos de hierro y los venden por $ 6.000.

Studebaker modelo 1954 pertenece a la familia Perafán, era del médico Carlos Alberto Perafán.

Una historia muy especial

Tenemos en el taller un Studebaker modelo 1954 con una historia muy especial, pertenece a la familia Perafán, era del médico Carlos Alberto Perafán. A este carro en el año 1980 le molestó el motor y quedó en el taller del mecánico amigo Ariosto Zambrano, pero en el terremoto de 1983 le cayó una viga encima del techo y aplastó parte del carro, hace poco lo sacamos del garaje, lo recuperamos, lo pintamos con una pintura especial de poliuretano y estamos a la espera de conseguir unos repuestos que le hacen falta al motor, para tenerlo pronto rodando de nuevo por las calles de Popayán, después de 30 años.

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