La Asamblea del Insme nos hace conocer historias de vida y empresas: Julio César Pantoja

Por en mayo 28, 2018

Por: Isabel Recavarren

La siguiente es una entrevista efectuada en el Parlamento Europeo, al joven emprendedor, Julio Pantoja Castrillón, quien busca crear el clúster de Chontaduro.

La Asamblea anual del Insme, no solo ha sido una oportunidad para analizar los cambios a los cuales se enfrentan las Pymes a nivel mundial, ha sido, también, una oportunidad de encontrar empresarios, asociaciones de empresarios del mundo, en especial de Colombia.

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En esta oportunidad les haremos conocer a un empresario colombiano, Julio César Pantoja,  de Bogotá, aunque su origen familiar es de Popayán, Cauca. Estudió Cine en Barcelona, España, y Administración de Empresas en Bogotá. Luego de pasar por Londres y Estados Unidos, desde el 2012 está haciendo empresa con un producto innovador y encadenamiento productivo en una zona donde la violencia, los cultivos ilícitos, la falta de desarrollo y ausencia estatal se asentaron y dieron pie a romper el tejido económico y crear daños estructurales que erosionarían la cultura y la integración entre los grupos poblacionales y con ello, dieron paso a un ciclo de pobreza y violencia que hasta la fecha se mantiene.

Julio César está convencido de que las nuevas generaciones en Colombia, “están dispuestas a cambiar lo que hicieron o no hicieron las anteriores y con ello se respira un florecer para el país, pero necesitan apoyo y compromiso político para que se impulse y no se rezague esa transformación.”

La entrevista está dividida en dos partes. En esta primera, conoceremos el contexto en el cual se desarrolla este interesante proyecto. En la segunda parte conoceremos el producto del Chontaduro.

Foto 1 Cultivo ChontaduroCultivo de chontaduro, El Tambo, Cauca

¿Qué tiene de particular iniciar una actividad innovadora con un fruto típico del Cauca?

El Cauca, Departamento de Colombia, donde la violencia ha dejado heridas, es un territorio bastante difícil, olvidado por el Estado, cuya población tiene historias de vida dolorosas. En el Cauca, existe una división cultural entre las poblaciones, que a diferencia de lo que sucede en otras latitudes, donde las diferencias constituyen un elemento de unión, en el Cauca, no juega a favor, es motivo de divisiones y luchas individuales que generan empobrecimiento colectivo. La carencia de infraestructura, luego de más de 200 años de guerra, unido al cultivo de productos ilícitos ha generado mayor división en la región. El  problema va desde lo social se apalanca en  la división cultural que deriva en rezago económico. Sin embargo, recalca, “las bases de nuestro mestizaje se encuentran en el Cauca, su tejido económico se ha ido destruyendo, la zona rural ha sido la más afectada sin contacto con el país, son zonas con deficiencias y necesidades muy grandes donde se agudizaron los problemas de cultivos ilícitos y grupos armados.”

“En los años 30, Colombia propone la política de desarrollo industrial por medio de la sustitución de importaciones, en el Cauca esta política no prosperó, “se tenía una cierta tradición de riqueza caracterizada por terrenos muy amplios manejados por los pobladores quienes prefirieron quedarse en el desarrollo primario como la agricultura, la minería. Por eso Cali, Medellín, incluso Bogotá, dan inicio a otro tipo de desarrollo y Popayán se rezaga económicamente”.

Luego, lamentablemente, “llegan las guerrillas, el narcotráfico, los paramilitares, todas las divisiones se fortalecieron por la guerra fría y por otros fenómenos internacionales que acrecientan las divisiones poblacionales, crearon más caos y se rezagaron aún más la economía, la sociedad y también la cultura, haciéndolo uno de los departamentos con peores indicadores del país.”

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Sin embargo, en el Cauca se cultiva el fruto “Chontaduro el cual sirve como materia prima a esta empresa.”

Foto 2 (15)El Cauca, Departamento de Colombia, donde la violencia ha dejado heridas.

¿En qué contexto se propone la Empresa?

Quienes ahora trabajan en la empresa, son una primera o segunda generación de personas que han llegado del Campo a la ciudad y en muchos casos se vieron obligados a hacerlo por el peligro que representaban las zonas rurales, pero al llegar a la ciudad encontraron que no había muchas oportunidades. “En una región como el Cauca no es difícil acercarse a personas con historias muy dramáticas y darse  cuenta de que lo que para ti es un proyecto económico, para mucha gente es un proyecto de vida, es un peso al cual es difícil darle la espalda, porque puede que no existan otras posibilidades”. Por ello, Julio César toma la decisión de vivir en el Cauca y dirigir la empresa y desde ahí ha ido creciendo en el mercado nacional e internacional.

Pero los méritos de esta empresa, van más allá de ser un producto innovador, pues en medio de un ecosistema donde confluye la minería ilegal manejada por bandas criminales; cultivos ilícitos y su transformación con presencia de carteles mexicanos y remanentes de grupos armados de las guerrillas, la empresa está formando procesos asociativos entre cultivadores del Chontaduro. Además, con relación a los procesos de paz “no todos los guerrilleros se van y aunque el Gobierno comienza a hacer presencia en las zonas, siguen siendo controladas por personas que tienen armas y se han ganado el reconocimiento de la población por haber estado antes del Gobierno en esos territorios”, es esa mezcla de problemas sociales que destruye cualquier tipo de economía y sociedad que no esté apalancada a la dinámica del entorno y sobre todo a la Hoja de Coca, “es difícil romper estos ciclos”.

Foto 3 (7)En la gráfica, líderes de asociaciones de cultivadores de chontaduro con el emprendedor Julio César Pantoja.

Chontaduros versus hoja de coca

El conocimiento del territorio y la presencia de la empresa “nos da la esperanza que el ciclo se puede romper”. Al inicio, Julio César compraba la fruta a los intermediarios, quienes aplicaban  40% más al precio, mientras que el cultivador seguía con el mismo precio, para los cultivadores era poco rentables frente al precio y periodicidad del cultivo de la hoja de coca.

La producción de la hoja de coca se da cada tres meses, los chontaduros cada seis meses, no obstante se paga 20% más por kilo de Chontaduro, el precio por kilo de la hoja de coca no era económicamente interesante porque los intermediarios se quedaban con las ganancias. Por ello, la estrategia fue mejorar el precio del chontaduro, eliminando al intermediario. Aproximadamente, diez kilos de chontaduro equivalen al precio de 50 kilos de hoja de coca.

Con satisfacción nos relata “hemos podido romper el primer limitante en recomponer estos territorios, el cual es el individualismo y la desconfianza. Lo que hemos logrado es frágil, pero hoy en día es una realidad. Con las 62 familias que tienen cada una, una hectárea, el año pasado armamos un proyecto. Fue satisfactorio constatar la disposición de parte de los 62 productores de unirse y crear encadenamientos productivos en torno al chontaduro con nosotros y otros agentes. Pues ello puede desplazar los encadenamientos de la hoja de coca o minería ilegal que corrompen el tejido social y cultural de la región.”

¿Puede haber represalias?

“Actualmente no es tan masiva nuestra demanda para representar una amenaza para los cocaleros, pero estoy seguro que si uno realmente quiere transformar estas regiones, es con iniciativas como estas. Desplazar los cultivos de hoja de coca creando mayores incentivos, no sirve destruir las plantaciones de hoja de coca con los glifosato, el chontaduro puede cambiar la vida de muchas familias, con la compra-venta del fruto se puede transformar la vida de los agricultores, cuando se asocian rompen el individualismo, van al colectivismo. La Asociación de Chontadureros es una fortaleza económica, en el tiempo el efecto se masificará, el territorio rezagado, apagado, va a cambiar”.

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