Barrio Bolívar, de lo tradicional a lo lucrativo sostenible
“El río revuelto conviene a unos… y sigue mandando la pobreza con todos sus lastres”.
Por Ana Cecilia Campo
Pie de Foto: Calle 8 N del barrio Bolívar, cerrada por comercio informal de alimentos.
Celebramos el transporte multimodal que se empieza a palpar en el Municipio de Popayán, en la Carrera 6 a la altura de la plaza de mercado del Barrio Bolívar, en donde se habilita una ciclovía; sin embargo, no deja de sorprendernos que esta modernización vial contraste seriamente con la decadencia de la infraestructura física de dicha galería, del espacio público que la rodea, de la Avenida de Los Estudiantes o Carrera 5, de las Calles 7N, 8N, 9N y 10N, zonas de circulación arrebatadas a la ciudad para desarrollar por años sin fin, un comercio mayorista y minorista de alimentos desarticulado, donde se observa una creciente pauperización y el progreso parece nunca llegar.
¿Será el destino? ¿No será que la declinación de la zona, independientemente de la ciclovía, es el resultado de lo que dejamos de hacer como ciudad? La pobreza avanza vertiginosamente y lo que se constata hoy son globos, globos y más globos de análisis descriptivos sobre el problema sin decidir y concertar qué hacer para desarrollar integralmente esa zona de la municipalidad.
Rastreando información sobre el asunto se comprueba que muchos ciudadanos y autoridades locales han querido impulsar innovaciones para ese sector y hay juiciosas propuestas desde hace 39 años sin ninguna utilidad. Para 1978 se encuentra una iniciativa a nivel de Preinversión, con sus Términos de Referencia, identificada como Estudio de Abastecimiento y Mercado de Víveres en la Ciudad de Popayán y Propuesta Económica, de Asesoría y Servicios de Colombia Ltda., de la ciudad de Cali.
Para 1985 se contaba con el estudio presentado, a nivel de Diagnóstico Parte I y Parte II, por la corporación de Abastecimiento del Valle del Cauca, S.A., CAVASA. En 1997 aparece el Estudio del Plan Vial y de Transporte del Área Central de Popayán. Para 1998, y bajo los atractivos económicos generados a inversionistas por la Ley Páez, empresarios privados de la ciudad de Cali, realizan dos análisis; uno la Identificación del Problema y contabilizan 886 ciudadanos vinculados económicamente a la plaza de mercado. En un segundo momento proponen una estructura de mercadeo para los mayoristas por fuera del Barrio Bolívar y esbozan estrategias para la recuperación urbana de la ciudad.
Para 2015 se siguen registrando investigaciones y se cuenta con el Estudio Socioeconómico de la Plaza de Mercado del Barrio Bolívar, realizado en Convenio entre la Alcaldía de Popayán y la Cámara de Comercio del Cauca. Los investigadores trabajan con un censo que asciende a 1300 personas relacionadas económicamente con la Galería del Barrio Bolívar e identifican con la comunidad problemas de tipo social, político administrativo, económico, ambiental y cultural; entre sus recomendaciones está desarrollar, por fuera del sector del Barrio Bolívar, una Central de Abastos, unificando grandes comerciantes de esta plaza de mercado con grandes proveedores de perecederos de la Galería La Esmeralda.
De esta investigación llama la atención, en la descripción de las actividades económicas y el recaudo que realiza la Alcaldía de Popayán a quienes utilizan ese bien inmueble municipal, que los comerciantes se clasifican por categorías, tales como: Boletas, Tarjetas, Arriendo a Alcaldía; Arriendo a Terceros, No paga, No responde; esta clasificación es similar a la utilizada por el ente territorial en 1998, tal y como quedó reseñado en el análisis “Identificación de un Problema” del citado año. Sin embargo se advierte que en 2015 aparece la modalidad de pago de “Arriendo a Terceros”, por un total de 210 comerciantes; cabe preguntarse si los bienes públicos ocupados por diversos ciudadanos se están subarrendando, si ante los ojos de la administración pública ciudadanos inescrupulosos arriendan el espacio público, y conocer mejor qué instrumentos utiliza hoy la Alcaldía para llevar un censo fidedigno de los usuarios de este inmueble municipal.
El círculo de la inequidad y la pobreza ha quedado registrado en los estudios citados, como también en el Plan Parcial Barrio Bolívar, PPBB-2010, que es otra visión en favor de la acción para el mejoramiento del sector. En los cinco estudios rastreados hay coincidencias en los datos socioeconómicos de los comerciantes de ese sector, en su inmensa mayoría con bajos niveles de educación, predominancia de la mujer en el comercio de reventa, promedio de edad de 48 años, no residencia en la zona, baja generación de empleo en cada puesto de trabajo, malas condiciones físicas de los sitios de trabajo, bajo nivel de ingresos y cohesión social débil.
A estas frágiles condiciones se unen la inseguridad extrema en el sector, la prostitución, el tráfico de drogas, el mal manejo de basuras, y en síntesis la pauperización de la zona a pasos agigantados, sin que los estudios preliminares hayan servido para la toma de decisiones. Esta reflexión sobre la inercia empresarial en el Barrio Bolívar en contravía a su gran potencial, ha implicado la revisión de los cinco estudios citados, pero podemos agregar dos más, para un total de siete estudios, incluyendo el Plan Especial de Manejo y Protección del Sector Histórico, PEMP- 2009 y el POT-2002, y todos apuntan a la necesidad de separar el comercio de mayoristas y minoristas en ese sector y dar inicio a una modernización de la actividad económica comercial en el ramo de los alimentos provenientes del agro departamental caucano como de otros departamentos del país.
Puede decirse que la evidencia de la ciencia y de la técnica señalan la urgente necesidad de propiciar un mercado transparente, y crear una cadena productiva eficiente, en la que productores, transportadores, acopiadores, procesadores de alimentos, distribuidores y consumidores se complementen entre sí, pero en el comercio del Barrio Bolívar no existe una complementariedad orgánica entre los diversos actores que intervienen en el negocio de alimentos; hay superposición de unos sobre otros, un desarrollo desigual que combina actividades en competencia voraz, y no hay articulación para prestar un servicio moderno de venta de alimentos.
Para agravar la ineficiencia de las actividades primarias de servicio de venta de alimentos, se constata que no hay actividades de apoyo, es decir, no hay administración que valga la pena, y por lo tanto la cadena de valor está rota. ¿Cómo la reparamos? En el Barrio Bolívar impera todo menos el conocimiento aplicado. Todo es al ojo por ciento!!! No hay estrategia para crear riqueza y la mayoría sobrevive. ¿Qué se requiere? Serias concertaciones, con buena información y argumentos, entre grupos económicos con competencias empresariales complementarias, decididos a dejar atrás la “informalidad económica” y un Estado para aplicar políticas de desarrollo claras. Todos a cumplir normas. Todos por la transparencia. No puede haber populismo, pues sería un fracaso. El mundo tradicional de las acciones aisladas, de la repetición sin fin de las formas caducas de hacer empresa está llamado a reconocer la competencia, no a ignorarla; es necesario ver el entorno global de una economía de mercado veloz. Se puede empezar, todo tiene un inicio…!!!!. ¿Tareas? Nadie las quiere hacer.
En nuestro medio se dice que hay mucho cacique y poco indio. Mucha consultoría y poca acción, diríamos otros. ¿El desafío para empezar cuál sería? Destapar las cartas de los variados actores del desarrollo en esa zona, incluidos los diversos gobiernos municipales de turno, y los variados líderes políticos que van saltando de un partido político a otro.
Hay muchos votos!!!. La investigación de 2015 aporta un valioso análisis econométrico para predecir comportamientos mediados por variables económicas que impactan, por ejemplo, el tema de la reubicación y el de ingresos económicos, según que el actor empresarial sea mayorista, minorista o procedente del mercado campesino temporal no fijo. El modelo fue aplicado a 1.286 establecimientos productivos, y establece que los negocios más grandes de mayoristas, que son el 19%, son más proclives a querer ser reubicados; los demás negocios: el 81% no desean ser reubicados. Los campesinos no lo saben o no opinan sobre el tema.
El modelo econométrico interpreta también los ingresos por tipo de comerciantes, y queda claro que los mayores ingresos son para mayoristas, los demás sobreviven. Se ha venido recomendando desde 1978 que propiciar un mercado transparente, mediante una Central de Abastos, traería progreso para toda la ciudad; se reitera en los análisis, que los encadenamientos de cooperación entre unidades empresariales eficientes generan riqueza, según las técnicas de administración moderna, las cuales son desconocidas en el comercio de alimentos al por mayor y al por menor en dicha galería; en el Barrio Bolívar hay niveles empresariales a ser diferenciados para estimular ventajas competitivas; esto implica reingeniería, intervenir el sistema de valor, mucha concertación, mucho respeto mutuo, y darle cara al tema de la reubicación de mayoristas como prioridad.
¿Qué hacer con los minoristas revendedores? No seguir mercadeando en forma tan empobrecedora; insertarse en el comercio organizado de los mayoristas, con acuerdos contractuales de cooperación, apostándole a ser una fuerza de ventas, con publicidad, promoción, distribución. Esto requiere aprender mercadeo, no reventa.
¿Y los campesinos qué? Agruparse para ser eficientes; fortalecer su producción agropecuaria orgánica y de calidad; asimismo, promover ellos mismos sus productos, eliminar intermediarios; los técnicos llaman a esta estrategia encadenamientos hacia atrás y hacia adelante, para gestionar valor para sus inversiones y el reducido espacio de la Galería del Barrio Bolívar sería su vitrina de ventas, encadenado con comidas típicas de calidad.
Es ineludible la concertación y agruparse por actividades económicas competentes para integrarse exitosamente a la cadena de valor; por otra parte se requiere un Estado capaz también, para aplicar políticas claras de apoyo económico al fomento empresarial, nada regalado, y para el control efectivo y democrático de la organización. Hacemos votos para que prime la razón y se cierre el camino a la intolerancia de todos. El río revuelto conviene a unos… y sigue mandando la pobreza con todos sus lastres.
Ana Cecilia Campo L. Correo: anacampol53@gmail.com
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