50 años del Sargent Pepper de The Beatles
Por Juan Francisco Muñoz Olano
El pasado 2 de Junio se cumplieron 50 años de la publicación del álbum de larga duración, Sargent Pepper Lonely Hearts Club Band, de la legendaria banda The Beatles.
Su publicación en 1967 se convirtió en un hito cultural y comercial que representó visiblemente al movimiento hippie y contracultural de los años 60, así como a una revolución de la música pop, la cual exploró abiertamente durante unos años con la psicodelia y una experimentación poco conocida hasta entonces.
Un año antes, la generación de los baby boomers, los nacidos durante el fin de la segunda guerra mundial, inició importantes movimientos sociales y culturales. En la ciudad de San Francisco, los jóvenes y personas adultas de varias edades, buscadores de nuevos valores e ideales de vida, se concentraron en el barrio de Haight-Ashbury, para crear una suerte de experimento social, un ensayo de nuevos estilos de vida, diferentes al consumismo americano y de valores tradicionales; estilos de vida que probaron alternativas diferentes a las convenciones más profundas de la sociedad humana, como lo son el matrimonio monógamo y el rol parental más clásico. La idea de vivir de manera bohemia y diferente, sino es que contraria a los valores tradicionales, ya se había convertido en pequeñas y temporales utopías en el Greenwich Village de Nueva York durante los años 50, con la cultura del Jazz y los Beatniks.
El escritor Jack Kerouac y el poeta Allen Ginsberg, convertían estas utopías en realidad en sus obras, prometiéndole a una nueva generación algo diferente al más convencional sueño americano. También, de los 50 a los 60 se gestarían los inicios de la difusión masiva de drogas alucinógenas, como la marihuana y el ácido lisérgico LSD. Una nueva generación de predicadores y gurús sobre el valor de la vida y la búsqueda de trascendencia personal, irrumpirían. Desde la India, el Maharishi Mahesh Yogi, difundiría la práctica de la meditación transcendental a su público, las celebridades y los acaudalados buscadores de respuestas en el oriente; el profesor de Harvard, Timothy Leary, dejaría la academia para crear pequeñas comunidades donde las personas pudieran experimentar libremente con LSD.
En medio de un agitado ambiente político y social, los años 60 nos fueron contados como una época de paz y amor, no obstante, fue una época de agitación política y cultural. En Estados Unidos, los asesinatos de Martin Luther King Jr., y John F. y Robert Kennedy, hicieron pensar que muchos no querían el fin de la guerra y el racismo. No obstante, el estilo de vida hippie conduciría a un rápido declive de los ideales contraculturales, con miles de jóvenes desempleados y adictos a las drogas, indecisos de tomar el camino de sus padres o intentar nuevas carreras y formas de vida. El germen de la idea de la lucha contra las drogas, que condenaría a Colombia a ser el país donde se libran las batallas del consumo extranjero, empezaría a cobrar fuerza por cuenta de las batallas ideológicas de políticos estadounidenses, temerosos de ver caer los valores tradicionales que creyeron habían forjado su estilo de vida y su seguridad nacional.
En febrero de 1964 llegan The Beatles a Norteamérica, creando una revolución comercial y musical. Ninguna otra banda inglesa o extranjera había logrado influir de igual manera en los medios y la juventud norteamericana. Años después, en 1966, la naciente contracultura de San Francisco llegaría a Londres. Norte América y Europa se conectarían a través de la capital inglesa, no solo en el idioma, sino también en los nacientes ideales contraculturales, de la moda, el entretenimiento y los estilos de vida. Los ecos de estas revoluciones llegarían con rapidez a Latinoamérica, sin Internet alguno. Sorprendentemente, jóvenes bogotanos de nacientes bandas de rock, ya entonaban versiones en español de las canciones de los Beatles, como Flippers y Génesis. El barrio Chapinero aspiraba a emular al Swinging London y al hipismo gringo. Lo imposible parecía posible en esos años. Los festivales musicales que marcaron a esta generación, como el de Monterrey en México, y Woodstock a las afueras de Nueva York, originarían años después a Ancón, en la Estrella Antioquia, algo que hoy en día parece increíble. No obstante, las violentas revueltas en ciudades y festivales de música norteamericanos, así como la indigencia y pérdida de vidas por las drogas, mostrarían que para 1969 el movimiento contracultural y hippie dejaría de ser una tendencia visible y socialmente activa, para convertirse en un simbolismo de “todo tiempo pasado fue mejor” y en una utopía cual promesa proferida por activistas políticos radicales y algunos ermitaños.
Sin embargo, los discos de The Beatles y de muchas otras bandas, capturaron ese momento histórico y lo dejaron plasmado en la cultura colectiva. Con la extravagante portada de los cuatro de Liverpool, rodeados de fotografías de celebridades que inspiraban revoluciones y cambios, al mejor estilo del pop-art; con su disco previo a Pepper, Revolver, donde plasmaron sus nacientes inquietudes existenciales, en canciones como I´m only sleeping y She said she said, de un marcado nihilismo, Yelow Submarine y Eleanor Rigby, con un rico surrealismo, o en canciones como Tomorrow Never Knows, tratando diferentes estados mentales y extrasensoriales. Pero sería El Sargent Pepper, el disco que por su portada, su decorado y su momento, marcaría el hito de los años 60. Su música era diferente al rock ácido de bandas como Jefferson Airplane y Greatfull Dead. Más cercana a las aproximaciones neoclásicas, como las de la banda inglesa Procol Harum, o incluso, a la original y aclamada por la crítica propuesta de Brian Wilson con Pet Sounds. Sargent Pepper es en apariencia un disco psicodélico, con narrativas coloridas y surreales, pero es en esencia una propuesta de música contemporánea, influida por obras de música concreta, músicas orquestales, y tanto por occidente, como por oriente.
Si bien el álbum Sargent Pepper se convertiría en un símbolo del cambio cultural, su música es un diverso y a veces bizarro collage de tipos de música tradicionales. Con el Rhtym´n blues de su canción de entrada, y la subsiguiente canción de armoniosos coros, With a Little Help for My Friends; con la exploración circense y casi gitana de From The Benefit of Mister Kite; con la tonada estilo Cole Porter, que es When Im Sixty Four; con el viaje musical a la India que es la canción Whitin you With Out You; también, por ejemplo, con la experimentación musical diatónica del intermedio orquestal de A day In The life. En su totalidad, Sargent Pepper terminó por representar un disco conceptual, por su sonido de constante exploración y prueba de ideas libres y diversas, por su iconografía y por su comercialización. Los Beatles mandaron de gira a su álbum, por las vicisitudes de giras anteriores, haciendo más grande el misterio de sus personalidades y su obra.
Ciertamente, el Sargent Pepper no fue el único disco que creó la revolución musical de los años 60, y tampoco el primero. Pero fue el más representativo de la banda que logró capturar como ninguna los sueños e ilusiones de una generación, que a pesar de los fracasos de sus propias utopías, parece, después de todo, sí haber cambiado al mundo. Hoy en día, los visionarios de los sesentas son altos ejecutivos de compañías de software libre y programación por computadoras. Muchos de estos hijos de los sesentas son los defensores del medio ambiente. También, de estilos de vida más saludables y defensores de los derechos animales. La celebración de los 50 años del Sargent Pepper, acaso también sea una ocasión para recordar que no siempre fue posible para nuevas generaciones, poder pensar diferente y expandir su imaginación y sus sueños. Sobre todo, para el caso de tiempos actuales, donde los temores más contemporáneos parecen hacer olvidar a muchos que la bohemia, por extravagante, problemática e inútil que parezca, es precisamente eso que nos hace más humanos y mejores personas.
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