Entre alianzas y propuestas, Santos y Zuluaga se disputan la carrera por la Presidencia de Colombia
Tras un estrepitoso y tóxico cierre de campañas, el domingo 25 de Mayo concluyó la primera jornada electoral por la Presidencia de Colombia para los próximos cuatro años.
Por Mariana Arteaga Mejía, Politóloga.
Los resultados pusieron en el partidor de la segunda vuelta, al ex ministro de Hacienda, Oscar Iván Zuluaga, ganador de la contienda, del partido Centro Democrático, y al candidato-presidente, Juan Manuel Santos, apoyado por la Unidad Nacional, quien obtuvo la segunda votación.
Los resultados de la primera vuelta presidencial dejan esbozados en blanco y negro, el panorama político nacional, no solo para la votación de la segunda vuelta, que se llevará a cabo el 15 de Junio, sino también para la próxima legislatura que se iniciará el 20 de Julio venidero.
El balance general
Imagen 1. Balanza electoral.
De la jornada electoral del 25 de Mayo se resalta, además del clima de tranquilidad en que se desarrolló en todo el país, la eficiente labor de la Registraduría Nacional del Estado Civil, que en tiempo record, a 63 minutos del cierre de las urnas, entregó el 93,98% de los resultados del preconteo. En su último boletín, el No. 59, informó que la participación había sido del 40.07% del total de ciudadanos habilitados para sufragar, con una votación válida de 12.8 millones de electores.
El candidato del Centro Democrático, Oscar Iván Zuluaga, alcanzó el 29.25%, equivalente a 3’759.971 votos. El Presidente-candidato, Juan Manuel Santos, con el apoyo de los partidos de la Unidad Nacional, obtuvo el 25.69%, con 3’301.815 votos. La tercera en votación fue la también ex ministra Martha Lucía Ramírez, del partido Conservador, que conquistó 1’995.698 sufragios, seguida de la ex alcaldesa de Bogotá, Clara López Obregón, del Polo Democrático, con 1.958.414 y, finalmente, el candidato de la Alianza Verde, Enrique Peñalosa, obtuvo 1.065.142 votos, de los casi dos millones que había alcanzado en la consulta interna de su partido, el pasado 9 de Marzo. El voto en blanco logró cautivar a 770.610 colombianos y la abstención superó el 60%.
Más allá de las cifras
De los discursos de los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta, además de reiterar sus promesas de campaña y de lanzar nuevos dardos al contrincante, los ciudadanos captaron frases que, seguramente, les ayudarán a entender las posturas y los temas de mayor disputa, el principal la paz, de los dos aspirantes a la primera Magistratura de la Nación.
Por ejemplo, el Presidente-candidato dijo: “En tres semanas los colombianos podrán escoger entre quienes queremos el fin de la guerra y quienes prefieren una guerra sin fin”. Por su parte, Oscar Iván Zuluaga afirmó: “Voy a continuar una campaña de propuestas. Las piedras que me arrojen las voy a recoger para construir una Colombia distinta”. Estas categorías discursivas trascienden los ánimos competitivos y sintetizan lo que en primera instancia ha desconcertado al 60 % de abstencionistas, y es que la “guerra sucia” que se vivió durante la primera parte de las campañas: escándalos de neo y narco elefantes o de agentes de espionaje al mejor modo del Hacker 007, se sale de cualquier órbita racional, dialéctica, respetuosa y fragmenta la legitimidad de los mismos candidatos dentro y fuera de las fronteras patrias.
También les cabe un cuestionamiento a las “estrategias de campaña”, más orientadas a responder de forma inmediata a los pendencieros mensajes que descalificaban a sus competidores y sus propuestas. Eso del “ojo por ojo, y diente por diente”, no es aceptable, y mucho menos de quienes aspiran a dirigir los destinos de una Nación. El talante de estadista no se puede perder. Además es contradictorio hablar de paz, en medio de una confrontación personal que lleva a la polarización, a la propia violencia, así sea verbal.
Lo cierto es, que alianzas y propuestas serán los ejes de las campañas en estas semanas restantes, y que los candidatos Santos y Zuluaga, deberán analizarlas y acoger las que le sirvan al país, no a intereses particulares, y esforzarse por presentar a la ciudadanía unos excelentes programas de gobierno.
Cuadrar las alianzas no es fácil, ya sea por coherencia política, o porque hay heridas recientes (claro está que entre políticos se disipan rápido), o por pretender nuevas o más prebendas, en especial por insaciables apetitos de la mayoría de congresistas, asunto complejo en la amalgama de la Unidad Nacional.
Si se comparan los resultados obtenidos el 25 de Mayo, primera vuelta presidencial, con los del pasado 9 de Marzo, elección del Congreso, vemos que se obtuvieron 1.682.960 votos menos. Esta diferencia, en parte se debe al poco trabajo en la campaña presidencial de los políticos de la región caribe, la que se ha caracterizado por tener estructuras políticas consolidadas. También Vargas Lleras, como fórmula vicepresidencial generó expectativas, pero no tuvo el respaldo suficiente por parte de la campaña, a pesar de su compromiso con ella y de la gira que hizo por todo el país.
Imagen 2. Pulso electoral.
Asimismo, las propuestas y los candidatos deberán ser más que contundentes; no se trata de construir un debate de voto en contra de Santos o de Zuluaga, no es cuestión de ser o no ser. Se trata de saber llegar a la gente. Si bien Ramírez, López y Peñalosa podrían definir o no las votaciones en la segunda vuelta, incluso aquellos respaldos tardíos, como los de Gaviria, Samper, Pastrana, y Petro, también es necesario capitalizarla razón argumentativa de aquellos potenciales electores que aún no están convencidos. El reto es para los candidatos y electores, para todos. La política es de ideas y proyectos, de sueños y realidades, de razones y pasiones, de ciudadanos-líderes y ciudadanos- gestores. No bastan el marketing político ni los excesos dramatúrgicos.
“Una santa región, un santo Departamento”
Los resultados de la primera vuelta presidencial evidencian una tendencia favorable para el proyecto de la Unidad Nacional, que contó con el apoyo de 672.029 electores en los departamentos del Cauca, Chocó, Nariño y Valle del Cauca, frente a 362.714 sufragios obtenidos por el Centro Democrático.
La realidad electoral del Departamento del Cauca, dejó como saldo que el Presidente-candidato fuera mayoría en 40 de sus municipios, con 149.889 votos, equivalentes a las fuerzas parlamentarias de la Unidad Nacional locales. Solo dos municipios tuvieron diferentes resultados, en la Bota Caucana la mayoría fue para Zuluaga, quien en todo el Departamento consiguió el respaldo de 54.320 caucanos; en tanto, en el municipio de Inzá se impuso la candidata del Polo, Clara López, quien en el Cauca logró 49.408 votos.
Entre tanto el partido conservador, comandado por el senador José Darío Salazar, mantuvo fieles a 42.495 ciudadanos que votaron por su candidata, Marta Lucía Ramírez. Mientras la representante a la Cámara por esa colectividad, Esmeralda Sarria, apoyó al candidato-presidente. En cuanto al respaldo al ex alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, por el Partido Verde, éste fue débil en el Cauca, con 19.488 votos.
Imagen 3: Resultados en el Cauca
De las lecturas que se hacen a los resultados obtenidos en el Cauca, se tiene que este Departamento que ha sufrido los rigores de la violencia subversiva, quiere creer en el proceso de paz que adelanta el gobierno Santos con las FARC en La Habana. También tienen mucho que ver, con el hecho de que esta región ha sido mayoritariamente liberal, partido del que procede el candidato-presidente, que está apoyado por los partidos de la Unidad Nacional (La U, partido Liberal y Cambio Radical).
De otro lado, los más de 54 mil caucanos que votaron por Zuluaga, están pidiendo una paz real, sin impunidad para los crímenes atroces y los delitos de lesa humanidad cometidos por los miembros de las FARC. Además, que el proceso de paz sea integral y sostenible, con proyectos de desarrollo socioeconómico y medioambiental, en donde hacer empresa no constituya un riesgo para la vida de los emprendedores, en un Departamento en donde la extorsión y el boleteo de la guerrilla han impedido la supervivencia de iniciativas productivas y la creación de nuevos emprendimientos.
Las jornadas electorales hacen más evidente la necesidad de fortalecer la cultura política para, a su vez, fortalecer y respetar las instituciones y formar nuevos líderes, con visión de país, valores éticos y respeto por la democracia.
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